Ocho empresas ya han desistido de construir el comedor del colegio Luis Vives de Badajoz

Desde enero que la Consejería de Educación sacó a concurso los trabajos de construcción de comedor, aún no ha logrado adjudicar las obras. De las doce constructoras que presentaron sus ofertas para optar al contrato, las ocho primeras de la lista (por orden de puntuación) han desistido de firmar el contrato. «La Consejería de Educación acaba de enviar la comunicación al noveno licitador», confirma.

Educación no explica qué hay detrás de estas renuncias, pero el precio de licitación, que fue de 151.000 euros, es muy probable que haya sido un freno para las empresas, a la vista de la subida de los precios.

El problema es que, según explica la Consejería de Educación, «mientras existan licitadores con oferta presentada sin retirar no se puede declarar desierto el concurso». Esto está dilatando todos los plazos, ya que si finalmente ninguna de las doce empresas que presentaron ofertas quiere firmar el contrato, Educación tendrá que empezar de nuevo el proceso, sacando un nuevo concurso con más presupuesto.

Este es un retraso que se acumula a los cinco años de tramitación (ha sido necesario modificar el Plan General Municipal para aumentar la edificabilidad de la parcela para poder hacerle hueco al comedor dentro de las instalaciones) hasta que por fin salieron las obras a contratación a inicios de este año.

Mientras tanto el colegio Luis Vives ha iniciado el nuevo curso sin comedor y sin información sobre cómo está el proceso. «No nos dan muchas respuestas. Creemos que el proceso está paralizado», contaba ayer la secretaria de este centro público de San Roque, cuyas familias llevan años demandando este servicio.

«Ha habido familias del Cerro Gordo que les habían dado plaza como segunda opción en el colegio y que no han matriculado a sus hijos porque necesitaban el comedor para poder conciliar con su vida laboral», explica.

El comedor del Luis Vives, cuyas obras tardarán nueve meses una vez que se contraten, se edificará reformando el pabellón como sala de usos múltiples del centro. Según el proyecto, tendrá capacidad para servir a 61 alumnos cuando esté operativo el servicio.

Los servicios auxiliares del comedor se harán haciendo uso de parte del patio, donde está previsto ubicar la cocina, el cuarto de basuras y el acceso.

Además, se va aprovechar la obra para modificar la entrada del colegio y hacer una conserjería y un despacho para la dirección, que permita atender a las familias y se pueda controlar el acceso al centro.