Los pacenses ya no van a Elvas a patinar

«He aprendido yo solo con vídeos de Internet. Antes practicaba por la zona de El Corte Inglés o Los cañones. Así que tenía muchas ganas de tener la pista de skate, que ha tardado mucho en llegar» apunta el joven, que subraya además la seguridad del circuito.

A él, como al resto de sus amigos se les ha hecho larga la espera para estrenar el skate park al que el Ayuntamiento ha destinado 1.423 metros cuadrados. Y, que tras varios años de espera inauguraron hace unos días en el parque del río.

Una ubicación mucho más cómoda para Juan Carlos Guerra, que hasta ahora tenía cruzar la frontera portuguesa para que su hija Alejandra pudiera hacer piruetas con la tabla de su monopatín en el circuito de Elvas.

«A mi hija le gusta bastante, me dijeron que había unas rampas en el Centro Joven, fuimos un par de veces pero estaba cerrado, así que íbamos a Elvas porque en Badajoz no había nada para los aficionados a este deporte», decía el padre de la joven.

A Alejandra le gusta mucho más el skate park que acaba de estrenar entre el puente de la Universidad y el Puente Real, que el circuito al que acudía semanalmente en Elvas. «Aquí tenemos más cosas y ofrece más posibilidades para hacer trucos. Aún no sé hacer saltos pero aprovecho las rampas, que hay muchas».

Un pole jam, un wallride, un funbox, un hubba y la bowl son los equipos que hay en la nueva pista. Todos estos elementos, desconocidos para los que no siguen este deporte, son barras, postes y rampas por las se lanzan desde hace unos días los riders pacenses en busca de sus mejores piruetas. «La bowl es lo mejor porque es una especie de piscina que nos permite subir y saltar. Aquí podemos ser creativos para sacar lo mejor que sabemos hacer cada uno», contaba González tras saltar con su bici.

Pese a que el joven está contento con las instalaciones, piensa que hay elementos que estarían mejor si antes de la obra hubieran contado con la opinión de los futuros usuarios.

A última hora de la tarde bicicletas y patines comienzan a rodar por el hormigón, el calor les impide acudir más temprano a la pista, que amortigua bien las caídas gracias al cemento, que está bastante pulido. «Me la esperaba bastante peor, y me ha sorprendido para bien porque el hormigón está tan fino que al caer hace efecto madera y el golpe no es tan fuerte», cuenta José Luis Amador.

De su tabla de madera se cayó también Fabio Chacón, que se aficionó gracias a su hermano y desde que se inauguraron las pistas acude a diario a practicar skate con sus amigos, con quien comparte trucos para aprender.

Precisamente ese ambiente de convivencia es lo que más gusta al padre de Alejandra, que desde un banco observa a su hija practicar en las rampas. «Veo mucha unidad entre las pandillas, vienen chavales de diferentes edades y veo como se enseñan unos a otros o se intercambian el material y eso me gusta», apunta.

Los patines de línea también tienen su espacio, Danielle Goncalves tan solo ha ido dos veces pero está encantada de patinar en un sitio seguro, lejos del tráfico. Una ubicación que gusta también a Félix Arias, que llevó a sus dos hijos pequeños y le encantaron las nuevas instalaciones. «Ahora lo importante es que lo sepamos cuidar entre todos para que duren y las disfruten las futuras generaciones».

Unas pistas con las que soñaban muchos de los padres que miraban saltar a sus hijos, que ya sueñan con hacer en ellas competiciones.