![Una de las salas con grandes ventanales que espera su rehabilitación.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/09/06/palomar1-RKZsH0m8uDkBQJr5XGpaYyL-758x531@Hoy.jpg)
![Una de las salas con grandes ventanales que espera su rehabilitación.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/09/06/palomar1-RKZsH0m8uDkBQJr5XGpaYyL-758x531@Hoy.jpg)
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Da igual donde se pise. Siempre se oye un 'crick'. El suelo está cubierto por una alfombra de excrementos de palomas, que vuelan libres en unas dependencias anejas al Teatro López de Ayala y con acceso directo por la calle Pedro de Valdivia, justo ... enfrente del Hospital Provincial.
Hace años, Miguel Celdrán se refirió a este espacio como el 'palomar' y aunque en 2010 anunció su intención de crear aquí una escuela de ballet, también reconoció que no había fondos. Hasta que esta semana el Ayuntamiento ha incluido estas dependencias en el plan de impulso a la economía local, que inyectará 25,7 millones de euros en 72 actuaciones.
Esta costará 800.000 euros, que servirán para convertir este edificio en la futura Escuela Municipal de Danza, la oficina local del Inversor y Empresario (que pondrán en marcha) y unos despachos para el Museo de la Ciencia.
Ocuparán 2.000 metros cuadrados que la ciudad apenas conoce. En 1993, cuando se inauguró la última reforma del teatro diseñada por Carmen Bravo y J. Martínez Bravo, este área quedó sin terminar porque el presupuesto se agotó. El complejo estuvo siete años en obras y la idea era retomar la actuación para acabarla.
Pero los años pasaron y las instalaciones seguían en bruto. Hasta que en 2010 el concejal de Patrimonio, Jesús Villalba, advirtió que el edificio era municipal, pero no tenía las llaves de esta parte. Así que las reclamó y las recogió.
Después admitieron que el Ayuntamiento no tenía disponibilidad económica para afrontar el final de la actuación e incluso Celdrán se planteó cederlo para evitar que se deteriorara y llevar así vida a una zona clave del centro, donde entonces se esperaba que el Hospital Provincial se convirtiera en un parador. Pero finalmente ha estado cerrado.
Las instalaciones han estado olvidadas hasta que Ignacio Gragera recuperó la idea en la campaña electoral con el objetivo de implantar ahí la futura Escuela Municipal de Danza.
El inmueble dispone de tres plantas y varias entreplantas, en las que vuelan decenas de palomas. Las estancias más grandes miden más de sesenta metros de largo cada una por siete metros de ancho con una altura aproximada de ocho metros. Están iluminadas por doce grandes ventanales, similares a los que dan hacia la plaza de San Francisco.
Está el hueco del ascensor vacío, el tragaluz ha perdido parte de la cubierta y el techo de la tercera planta ha empezado a caerse. Algunas humedades, paredes de ladrillo en bruto y escaleras sin lucir esperan su turno. En el suelo hay decenas de palomas muertas, que entran por el tragaluz y no encuentran la forma de salir ni de alimentarse.
Hay algunas cosas guardas dentro a modo de almacén, aunque se encuentran en mal estado. Algunas moquetas de las que se usan para eventos efímeros, una mesa y hasta una jaula vacía en la tercera planta.
Las dependencias forman parte del teatro. Hay varias puertas que lo comunican. En la baja, una vez dentro, hay que dirigirse por el pasillo de la derecha y buscar una puerta similar a la de emergencias entre las fotos de los homenajes a Juan Luis Galiardo y Luis de Cuenca. En la tercera altura hay otra puerta que da directamente a la sala de ensayos. Es un laberinto con salas amplias de las que van saliendo otras pequeñas.
El Ayuntamiento dará a conocer los detalles del proyecto más adelante, pero las obras servirán para dotar al edificio de electricidad, redes de saneamiento y abastecimiento de aguas, instalarán el ascensor y los sistemas de climatización. Acondicionarán los 2.000 metros cuadrados de un espacio que lleva 30 años esperando su turno.
El teatro está gestionado por un consorcio participado por el Ayuntamiento, la Junta de Extremadura, la Diputación y la fundación CB desde 1994. Pero el Ayuntamiento tiene la titularidad del edificio y cuenta con algunas oficinas en la planta baja a pie de calle, uno como sede de la Universidad Popular y el otro para la Oficina Municipal del Consumidor.
En todos estos años, el teatro ha propuesto varios usos que no han llegado a cuajar. El que fuera director del López de Ayala, Miguel Murillo, propuso desde una oficina de información del teatro a una pequeña sala para conferencias, conciertos de pequeño formato o espectáculos infantiles en este ala.
La otra idea era habilitar varios apartamentos con literas y una pequeña cocina para alojar a miembros de las compañías que vienen a Badajoz, con el fin de ahorrar costes en hoteles. Pero no se hizo. Así que los años han pasado sin que se hablara de esta parte del López de Ayala. Hasta ahora.
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