Pedro Monty, un músico para los demás

Pedro Gutiérrez Domínguez debe su nombre artístico a la localidad en la que nació, Montijo, y más concretamente a la orquesta 'Monty', a la que perteneció su abuelo en los duros años de posguerra. Fue en su pueblo natal donde Pedro Monty aprendió que uno es más feliz cuando pone sus talentos al servicio de los demás.

Un momento clave en su vida fue 1992. Ese año realizó el curso de monitor de Ocio y Tiempo Libre con la Escuela Jálama de Cáritas, y poco tiempo después nació Cáritas Juvenil de Montijo, donde ayudó a organizar los campamentos dirigidos a niños en riesgo de exclusión social.

En esos años se marchó a Cáceres para estudiar Magisterio por la especialidad de Educación Músical. También cursó los estudios de profesor de Piano. Pero no se desvinculó del voluntariado, una faceta clave en su existir que entró en una nueva fase cuando en 1997, justo después de producirse la trágica riada de Badajoz, recibió la llamada del sacerdote Manuel Malagón, quien antes de hacerse cargo de la parroquia del Cerro de Reyes de Badajoz había estado destinado en Montijo. «Os necesito aquí y ahora, este año el campamento más importante será ayudar en el Cerro de Reyes, me dijo. Fue precisamente en ese momento cuando decidí que la solidaridad y el voluntariado formarían para siempre parte de mi vida».

En esa época nació también la ONG Músicos Solidarios sin Fronteras, cuya primera acción solidaria fue apoyar económicamente y donar instrumentos al colegio Jesús Obrero del Cerro de Reyes, un centro en el que estudiaban los hijos de muchas de las familias afectadas por las inundaciones.

Aquel bautizo de fuego en el voluntariado lo marcó y 25 años después Pedro Monty se ha convertido en pieza fundamental de muchas de las actividades solidarias que se desarrollan en Badajoz, la ciudad en la que vive. Durante los últimos diez años ha sido profesor de Música del colegio público de Las Vaguadas de Badajoz, aunque este curso ha querido tomarse un necesario descanso en la educación, para retomarla el próximo curso con más fuerza.

Su acción no tiene fronteras y de forma continua se mueve por toda la geografía regional junto a la cantante de coplas Pilar Boyero para actuar en centros de mayores en los que convierten la canción en una herramienta que activa la memoria y despierta los recuerdos. Cada actuación llena de vida a Pedro Monty, que ha visto recuperar la alegría de vivir a mujeres que tras años de luto y tristeza han vuelto a coger un micrófono para entonar canciones que las devuelven a los mejores años de sus vidas.

Uno de los conciertos más emotivos de Pilar Boyero y Pedro Monty tuvo como escenario el domicilio de Marcos Becerra, reconocido con la Medalla de Extremadura a título póstumo. Incansable luchador por los enfermos de ELA, la enfermedad que le arrebató la vida, Marcos recibió en su casa la visita de estos artistas cuando ya permanecía postrado en la cama. Fue un regalo para todos.

Creyente y seguidor del mensaje de Jesús de Nazaret, Monty colabora con quien más lo necesita. La Asociación Española Contra el Cáncer, Aexpainba, Fundación Primera Fila... Es frecuente verlo actuar en foros culturales y espacios públicos de Badajoz y Extremadura, aunque también ha realizado conciertos en Portugal, Francia, Reino Unido, Bélgica, Alemania, Italia y Holanda.

Cuando hace ahora un año su amiga Anuncia Maján le preguntó cuál era su película favorita en una entrevista publicada por la Fundación Primera Fila, Monty no dudó en responder que 'Supermán'. «Cuando tenía siete años me impresionó ese héroe amable y solidario, sobre todo porque sabía diferenciar el bien del mal y siempre se decantaba por el bien».

Es lo que trata de hacer Monty, que actualmente preside la delegación en Extremadura de la ONGMúsicos Solidarios sin Fronteras y es vicepresidente de la Fundación CorazonEX Solidarios, impulsora de las escuelas de fútbol para familias con pocos recursos que ha puesto en marcha la Fundación Atlético de Madrid con el apoyo del mítico Adelardo, así como la Gala Solidaria Ningún Niñ@ sin juguete.

«La generosidad de tanta gente voluntaria posibilita que la solidaridad se convierta en un arma de construcción masiva», dijo el 5 de diciembre en el Teatro Carolina Coronado de Almendralejo tras recoger el premio de manos del alcalde José María Ramírez. «Ser voluntario significa desear con el corazón un mundo donde reine la paz, la igualdad y el bienestar social y para ello se necesitan personas como vosotros, voluntarios que quieran transformar el mundo haciéndolo más humano, fraterno y solidario».

En esa importante tarea siempre ha contado con el apoyo de su esposa, Reyes, y de sus tres hijos. A todos los quiere con locura aunque siente una especial predilección por la pequeña. «Cuando nos enteramos de que venia con una malformación cerebral y que iba a tener un retraso madurativo, decidimos ponerle Irene, que quiere decir paz, porque al final es verdad, pensamos que ella nos ha traído la paz y el sosiego. Los niños con dificultades son un tesoro porque lo que hacen es aterrizarte a la vida y poner las cosas en su justa medida y en el valor que tienen. Realmente creo que es una bendición».

La concesión a Pedro Monty del Premio Extremeño al Voluntariado 2022 no ha sorprendido a quienes le conocen y saben de su trayectoria vital. Basta poner su nombre en un buscador para comprobar que sus acciones voluntarias son constantes. Aunque eso no le hace olvidar que lo que él hace sólo es la mínima parte de un trabajo que se nutre de la aportación de miles de personas voluntarias. Porque como dice Eduardo Galeano, «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo».