¿Piso de estudiantes o residencia?

Vuelve septiembre y con él los estudiantes universitarios regresan a Badajoz. Ciudad que durante el año académico aloja a unos 5.500 jóvenes que llegan a estudiar uno de los grados que oferta la Universidad de Extremadura, afirma Jorge Rezoyo Rodríguez, director de la residencia universitaria Santa Eulalia.

El alojamiento por excelencia son los pisos de estudiantes. Del cómputo total de alumnos que llegan a la ciudad, tan solo alrededor de 900 se hospedan en residencias, apunta Jorge Rezoyo, quien señala que el motivo de que el 75% de los estudiantes prefiera compartir piso se debe a que en la ciudad la oferta de estos inmuebles es muy alta.

Pero esto no impide que las residencias universitarias estén completas, es el caso de la residencia universitaria de Caja Badajoz (Rucab), que señala a la covid como un factor positivo. «Tenemos una demanda más alta de usuarios por la covid. Los padres confían en las residencias por la responsabilidad y porque las medidas sanitarias aquí impuestas no se llevan a cabo en los pisos de estudiantes», señala la coordinadora, Carmen Rodríguez.

Esta residencia ofrece 205 plazas, una de ellas adaptada. Este año, al igual que el curso pasado han dejado dos plazas sin ocupar para disponer de una habitación en el supuesto de que algún usuario se contagie de covid y sea necesario su aislamiento. Algo que la coordinadora confía que no sea necesario al estar la mayoría de alumnos vacunados, al menos con una de las dosis y los trabajadores con la pauta completa.

Las plazas están todas ocupadas y aún así hay una lista de espera de quince personas a pocos días de comenzar el curso. Lo mismo ocurre en la residencia universitaria Hernán Cortés (ruHC) que ha recibido el doble de solicitudes respecto a su capacidad, con 148 plazas, más de 270 estudiantes han solicitado alojarse allí.

Para la adjudicación de plazas se tiene en cuenta el expediente académico, ser antiguo residente y el nivel de renta familiar. Esto último se debe a que este centro depende de la Diputación de Badajoz, entidad que cubre el 100% del coste que supone para la familia acceder a estos servicios, tasados en unos 500 euros mensuales. «Es muy positivo, es una inversión a futuro para los estudiantes», declara el director, Joaquín Pineda.

Pese a que la mayoría de los estudiantes que llegan a la ciudad se alojan en pisos compartidos, muchos optan por la residencia debido a la comodidad que esta les ofrece, señala el director de la Residencia Santa Eulalia.

Este centro ofrece pensión completa, limpieza de ropa, actividades deportivas, como fútbol y tenis. «Convivencia y compañerismo», afirma Rezoyo, quien señala que este último elemento es vital para los estudiantes. El coste es de 550 euros mensuales, un precio que el director considera irrisorio comparado con el de otras regiones.

La Rucab por su parte ofrece atención médica y psicológica. «Esto les dio confianza a los padres el curso pasado porque tienen la tranquilidad que ante cualquier problema sus hijos están atendidos», expone. Los servicios que ofrece este centro tiene un coste de 810 euros si el alumno se hospeda en una habitación individual y 100 euros menos si la habitación es doble. Un precio que se reduce con la antigüedad.

La Ingeniería y la rama Socio sanitaria como Medicina o Fisioterapia son los grados que más estudiantes arrojan a estos centros.

En lo relacionado con la estancia de los estudiantes coinciden en que la mayoría de los usuarios que inician la carrera hospedándose en residencia se mantienen ahí el tiempo que duran sus estudios. «La mayoría de los usuarios que se van a pisos, lo hacen a partir de tercero de carrera, cuando los padres ven una madurez en sus hijos», declara la coordinadora de la Rucab, que comenta que también hay residentes que vuelven si comienzan una segunda carrera.

Turnos para el comedor, uso de mascarilla en las zonas comunes y distancia de seguridad son las medidas que continuarán vigentes un curso más en estos centros. La ruHC además, arranca el nuevo curso con las actividades externas, como cine y exposiciones suspendidas con el objetivo de mantener el grupo burbuja entre los residentes.