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Se dieron la vuelta. Los arquitectos municipales y policías locales que acudieron este lunes para comenzar las tareas de derribo de una veintena de ... construcciones en Los Rostros tuvieron que marcharse sin entrar en la urbanización.
Este lunes estaba prevista la demolición de una veintena de propiedades (entre viviendas, cuartos de aperos e instalaciones ganaderas y piscinas tras dos décadas de expedientes) tras veinte años de resoluciones municipales y posteriores sentencias que dan la razón al Ayuntamiento. Esto es, tanto la parcelación de la finca original como la posterior construcción es ilegal.
Los vecinos de Los Rostros se concentraron a las puertas de la urbanización, cerraron la verja e impidieron la entrada de la caravana municipal de manera pacífica.
Los arquitectos les explicaron que llevaban las órdenes de derribo, pero no tenían una orden judicial de acceso a propiedad privada. Por eso necesitaban que los propietarios les permitieran entrar. Estos no estaban dispuestos y la comitiva se marchó tras anunciarles que volverán con la orden del juzgado que les permita ejecutar los trabajos.
Una veintena de propietarios se concentraron en la verja de entrada desde antes de las ocho y media, mientras que otros muchos se marcharon a sus parcelas. Bastantes de ellos llevaban carpetas con sus últimos intentos de paralizar las demoliciones.
Por un lado, las alegaciones presentadas por el abogado Javier Bravo a las últimas notificaciones de derribo de sus representados. También los escritos en los que anuncian que impedirán la entrada sin autorización judicial.
Por otro lado, 70 titulares registraron el viernes la propuesta de una modificación puntual del PGM con el objetivo de legalizar las edificaciones acogidos a la Lotus. El artículo 71 recoge la figura de asentamientos rústicos irregulares, con el que pretenden mantener las construcciones. Como medida cautelar, piden la paralización de los derribos hasta que el Ayuntamiento resuelva la modificación de las normas urbanísticas.
La concejala encargada del Gabinete de Proyectos, María José Solana, ha dicho este mediodía que los servicios jurídicos y urbanísticos analizan las peticiones y, de momento, no hay ninguna decisión adoptada.
Solana especificó que hay órdenes de demolición en 20 construcciones de Los Rostros I y otras 18 de Los Rostros II. Se trata de aquellas edificaciones donde el proceso legal se ha agotado, aunque hay más porque los vecinos han seguido desarrollando obras sin licencia.
«También ha habido vecinos que han hecho ellos las demoliciones», ha indicado Solana. La concejala María José Solana ha reconocido que no es una actuación agradable para el Consistorio, pero que están obligados por las sentencias.
Los Rostros se asienta sobre suelo no urbanizable con una especial protección de carácter estructural agrícola pecuario. Además de tratarse de una finca proindiviso que parcelaron ilegalmente.
Han pasado 21 años desde que comenzara el conflicto. La empresa Los Rostros SL vendió a Alvisere Compraventa SL la finca de 1.530.500 metros cuadrados en suelo rústico de especial protección. Corría el año 2000 cuando la compradora segregó el terreno en varias parcelas y empezó a venderlas a interesados en levantar allí una casa de campo.
Al año siguiente, Cristina Herrera, que era entonces concejala de Urbanismo, ya advirtió a los propietarios de que era ilegal tanto parcelar la finca como construir en los terrenos resultantes.
El Ayuntamiento detectó que se estaban tendiendo canalizaciones y las paralizó. Días después, Herrera anunció que los vendedores estaban devolviendo la señal entregada por algunos compradores ante la prohibición de construir.
El administrador de la empresa Alvisere, que era la que vendía las parcelas, explicó entonces que habían comprado 27 hectáreas y las estaba vendiendo por partes: 4.800 euros por 5.000 metros.
A lo largo de 2002 la concejala de Urbanismo insistió en que jamás se iba a conceder licencia para construir en parcelas inferiores a 35.000 metros cuadrados. Como a pesar de la advertencia las obras continuaron, el Ayuntamiento decretó su demolición, e incluso la programó para el 8 de agosto de 2002. Pero no pudo hacerlo porque los propietarios bloquearon los caminos con cadenas y las máquinas no pudieron pasar.
Urbanismo acudió de nuevo al juez para que le diera permiso para la demolición, pero no pudo hacerlo hasta casi tres años después, el 14 de junio de 2005. Ese día, tres máquinas excavadoras destruyeron las conducciones de agua y el aljibe que se había construido en la finca.
Entre los años 2000 y 2012 los propietarios de Los Rostros I y II tuvieron que acostumbrarse a las sentencias, incluso del TSJEx, que dan la razón al Ayuntamiento en su proceder. Los propietarios también se acostumbraron a los expedientes municipales, tanto los sancionadores como los de restitución de legalidad (es decir, la demolición). Muchos han pagado ya por estos dos conceptos.
Las sentencias avalan que tanto las construcciones como las parcelaciones eran ilegales y, por tanto, debían derribarlas. El Ayuntamiento anunció en 2018 que contrataría a una empresa y reclamaría el pago del derribo a los vecinos. Esta mañana ha sido el último intento.
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