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Con el móvil y paragüas en mano estaba Matilde Píriz a las puertas del colegio Sopeña de Badajoz. No quería perderse la salida de la ... procesión infantil en la que participan sus nietos, Mateo y Julia. El pequeño acompañaba a la borriquita, vestido de hebreo y con una rama de olivo en la mano. Julia en cambio, iba vestida de mantilla al final del desfile procesional que el colegio ha celebrado por décimo quinto año consecutivo.
«Me parece muy bien que hagan este tipo de actividades. Es algo muy bonito y donde vemos a los niños disfrutar. Además no podemos olvidar que es un colegio religioso y es normal que fomenten este tipo de cosas», decía Matilde emocionada porque era la primera vez que acudía a esta procesión, que es una tradición ya en el Sopeña para abrir la semana de pasión en la Badajoz.
La procesión salió del colegio puntual, a las 12 de la mañana, y después de mucho mirar al cielo, los pequeños de infantil que portaban la Cruz de guía salieron por la puerta principal. Mientras, el repique de tambores anunciando las marchas procesionales comenzó a sonar en el altavoz del patio del colegio. La borriquita acompañada de los alumnos de infantil vestidos de hebreo abria el desfile de los cinco pasos que han hecho alumnos y profesores del centro y que forman esta procesión.
«Los pasos están hechos con palets reciclados. Las flores están hechas con papel que han hecho los niños en clase. Los mantos de las imágenes lo han hecho padres y profesores. Entonces esta mañana los niños no han dejado de asomarse a la ventana porque sienten esta procesión como suya y esto es el resultado de implicarse y trabajar con ellos y las familias», subrayaba el director del centro, Servando Hermosa.
Con esta procesión el colegio Sopeña lo que busca no es más que transmitir las tradiciones, las fiestas y el patrimonio de Badajoz a través de la Semana Santa que este año además se estrena con la cetegoría de fiesta de Interés Turístico Internacional.
Sobre procesiones saben mucho María y Adriana que pese a sus once años, son alumnas de sexto de primaria, salen de mantilla en la Semana Santa del Colegio desde los tres años. «Me encanta vestirme de mantilla, podemos elegir si queremos coger un paso o ir de hebreos, pero siempre nos hemos vestido de mantilla porque es la que más nos gusta. El traje es muy bonito», contaban emocionadas porque para ellas tras la procesión del colegio empezaban sus vacaciones de Semana Santa.
Bajo la amenaza de lluvia los alumnos de infantil, primaria, la ESO y los ciclos formativos procesionaron en los alrededores del colegio con la mirada puesta en el cielo porque las imágenes que sacaban las han hecho ellos mismos. «Algunas imágenes como las de los Cristos son cedidas, pero otras como la de la Virgen de la Palma la hemos hecho nosotros. Está hecha con mucho respeto es una muñeca porque no queremos perder ese sello infantil. Creemos que la forma en la que se transmite la fe está en las vivencias que se inculcan en la familia y hay que adaptarse a su edad y su nivel para que comprendan el mensaje porque vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesús es un concepto muy complicado», apunta el director.
La procesión infantil ha crecido con el paso de los años, pero para ello el centro no deja de incorporar novedades cada edición. El año pasado fue el paso del Misterio del Calvario en homenaje a la Hermandad de la Estación el que se sumó al desfile que cuenta ya con cinco pasos, y este año ha sido un estandarte bacalao con el logo del colegio. Además durante el recorrido uno de los alumnos ha cantado una saeta.
«Estudio en el colegio desde hace tres años y nunca me había atrevido a cantar una saeta, pero me ha hecho mucha ilusión poder hacerlo hoy porque en colegio se vive muy intensamente la Semana Santa», cuenta el estudiante del ciclo formativo, Rafael Velázquez, que pese a que es de Sevilla está sorprendido por la intensidad con la que se vive la semana de pasión en Badajoz.
Entre el público también se encontraban antiguas profesoras, que pese a que ya están jubiladas no han querido perderse una tradición que comenzó cuando ellas trabajaban en él. «Venimos cada año porque nos encanta ver a los niños vivir la Semana Santa porque esto lo hacen porque antes se le ha explicado el significado que tiene esta celebración», apunta Carmen Colorado
«Esto nos sirve para revivir nuestros inicios cuando impulsamos el proyecto en que empezamos con un par de pasos y es un orgullo ver como esta procesión crece cada año», subraya Marisol Sánchez.
Los alumnos de primaria eran los capataces de esta procesión que volvió al centro tras dar una vuelta al centro, y que contó con la representación de algunos cofrades de las hermandades de Badajoz, y de la concejala de Infancia y Juventud, Mariema Seck. El olor a incieso dio paso a las vacaciones de los estudiantes, que esperan celebrar esta procesión en un futuro en compañía de otros centros por las calles de la ciudad.
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