
Suerte de Saavedra arregla sus propias aceras
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De manera periódica, los vecinos rellenan ellos mismos las aceras y calzadas del barrio ante el mal estado de muchas de ellospaula venera vital
Lunes, 22 de agosto 2022, 07:18
Como el Ayuntamiento no hace su trabajo, los vecinos de Suerte de Saavedra lo hacen en su lugar, asegura Fernando Gonçalves, presidente de la asociación de vecinos.
Añade que este barrio tiene muchas de sus aceras destrozadas, al igual que los laterales de las calzadas, porque son usados para aparcar.
Por eso, son los propios vecinos y no el Consistorio los que están tapando los boquetes con el cemento que les sobra de obras o que les ceden. Suelen hacerlo los fines de semana, cuando se reúnen para tomar café los diez miembros de la asociación vecinal.
La calle comercial del barrio, Luis Andreu Fernández Molina, donde se encuentra la panadería, la tienda de alimentos y la farmacia, es la más perjudicada. Los vecinos han tapado muchos de los desperfectos del asfalto, pero este se estropea de nuevo con facilidad por la lluvia o los cubos de fregar que vierten desde los negocios. Lo mismo ocurre con el acerado, donde incluso simulan la forma de las baldosas cuando echan el cemento.
Esto es consecuencia del abandono que el barrio ha sufrido en el pasado, aseguran las vecinos. Hasta hace siete años la asociación de vecinos no volvió a funcionar, y durante todo ese tiempo el barrio estuvo olvidado, añaden.
Gracias en parte a Fernando Gonçalves y el resto de miembros de la asociación, el barrio se está recuperando y cogiendo fuerza. Además Gonçalves declara que otros barrios como las 800, el Cerro de Reyes y el Gurugú viven situaciones similares, necesitan obras y renovación del asfaltado.
El presidente vecinal tiene conversaciones constantes con el alcalde Ignacio Gragera y el concejal de Vías y Obras, Carlos Ureña. Ellos han visitado frecuentemente el barrio para ver con sus propios ojos la situación de las calles y destacaron que era urgente la reparación de estas, rememora Gonçalves.
Cuando el Ayuntamiento se puso en contacto con la asociación de vecinos para pedir una lista de las calles en mal estado para asfaltar, por un error se arreglaron las que estaban en mejores condiciones, en lugar de las que urgían. «Si se arregla, bien; si no seguimos reclamando, solo queremos que lo solucionen», declara el presidente.
«Nosotros arreglamos lo que podemos, pero aquí se cae mucha gente», cuenta indignado por el mal estado de las calles llenas de boquetes, baldosas levantadas y asfalto destrozado que han provocado la caída de varios vecinos.
Además de esto son los propios residentes del barrio junto con los niños del colegio Manuel Pacheco los que plantan árboles con las semillas que les da la Diputación.
También han habilitado las rampas en los pasos de peatones hace apenas unos meses, algo crucial para personas en silla de ruedas o con andador.
«Cada vez que conseguimos cemento reparamos algo en el barrio», cuenta el presidente. Gracias a sus reivindicaciones, el barrio consiguió los 40 huertos urbanos que tiene, que tienen una lista de espera por lo demandados que están.
Los vecinos han instalado enfrente de la iglesia unos bancos enviados por el Ayuntamiento. Cuenta Gonçalves que el pasado sábado se reunieron y estuvieron hasta la una de la mañana instalando los bancos en su nuevo emplazamiento, con la ayuda de los alumnos del curso de formación de jardinería. El césped de la zona de la Iglesia, donde estaban situados estos asientos, estaba destrozado, por lo que se pusieron en contacto con el Consistorio para que les diesen permiso y colocar los bancos en una zona mejor.
Gonçalves ha acudido varias veces a las oficinas de Urueña, quien según el presidente vecinal admite que la situación del barrio es muy mala. Este confía en que solucionen algunos de los problemas del barrio antes de diciembre ya que se acercan elecciones y más tarde no harán nada.
El barrio también tiene pendiente la construcción de un centro de ocio subvencionado con fondos de la Unión Europea.
Este centro ya va con retraso, solo han sacado a licitación el proyecto y han tenido que pedir ya una prórroga de un año, por lo que tienen hasta 2023 para llevar a cabo la construcción o habrá que devolver el dinero a la Unión Europea. Este tema molesta bastante al presidente de la asociación, ya que hay muchas necesidades por cubrir en Badajoz en las que se puede invertir el dinero, y «sería una pena que se devolviese, con todo lo que se puede hacer con ese dinero».
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Lucía Palacios | Madrid
María Díaz y Álex Sánchez
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