¿Qué ha pasado hoy, 11 de febrero, en Extremadura?
El acusado no respondió a las preguntas de Juan Manuel Yerga ni a las del fiscal Diego Yebra. PAKOPÍ

Badajoz

Los testigos de la muerte del jardinero de Las Vaguadas dicen que fue golpeado por la espalda

«Si yo sé que está enfermo, no entro en la pelea», afirma el acusado de haberle dado con un palo en la cabeza antes de que se desplomase

Martes, 11 de febrero 2025, 20:57

Entre sollozos en un pequeño tramo de su declaración respondió este martes a la acusación de homicidio Pedro T.R., el jardinero de 52 años procesado por acabar con la vida de otro jardinero al que conocía en la urbanización de Las Vaguadas. «Si yo ... sé que esa persona está mala, en esas condiciones, yo no entro».

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De ese modo contestó a su abogado, Enrique González-Vallejo, cuando le preguntó si tenía conocimiento de la patología cardíaca previa que presentaba Luis Ventura, la víctima. «No lo sabía y desde ese día esto es un sinvivir», añadió el acusado, que se enfrenta a una petición de cuatro años de prisión por un homicidio por imprudencia grave.

Explicó durante el juicio que ese día estuvieron bebiendo cerveza desde las 2 de la tarde hasta las 7 o las 8. «Yo creo que estábamos un poco pasados», reconoció antes de explicar que el enfrentamiento se produjo cuando el hombre al que golpeó la cabeza «se puso un poco farruco conmigo y empezamos a discutir».

«Entonces me dijo: ¿tú qué quieres, que nos peguemos? Yo le dije que no, pero él me buscó a mí, le entré al trapo y nos fuimos a pegar fuera», prosiguió en un relato que no fue más largo porque rechazó contestar a las preguntas del fiscal y también a las de Juan Manuel Yerga, el abogado de la acusación particular.

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«Yo no tenía conocimiento de la salud de esa persona», insistió Pedro T.R. antes de concretar que en ese enfrentamiento él también recibió un golpe en la cabeza. «Creo que fue Luis quien me golpeó», dijo.

Más adelante aseguró que no recuerda cómo era el palo con el que impactó al fallecido, «pero yo no pensaba nunca que pudiera haber una muerte, es que no lo he pensado siquiera. Si no hubiésemos estado bebidos, no hay pelea ni nada».

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Dijo para terminar que después de la reyerta fue a la tienda de autoservicio de su cuñado, que está a unos cien metros del lugar de los hechos, para lavarse las manchas de sangre que tenía en la cara. «No intenté huir, me quedé ahí hasta que vino la policía».

Sobre la pelea dio detalles un jardinero que trabajaba junto al fallecido desde hacía cuatro años y que el día que se produjo la muerte estuvo bebiendo cerveza desde mediodía junto a la víctima, el acusado y un cuñado del acusado. «Cuando dijeron que salían a pegarse yo me quedé dentro, pero cuando la gente empezó a gritar vi a Luis en el suelo y al acusado encima de él. En ese momento yo lo empujo para quitarlo de encima y cuando voy a levantar a Luis es cuando le da el palo, suena como una bomba, cae al suelo y se golpea la cabeza. Entonces yo le meto a Luis la mano en la boca para que no se trague la lengua y es cuando me da a mí otro palo (...). Entonces yo miro a Pedro y le digo: '¿qué, me vas a rematar a mí también?'. Porque a mí me dio igual».

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Apunta este testigo que aunque hacía cuatro años que trabajaba junto al fallecido, Luis no le había contado nunca que tenía problemas cardíacos.

Tampoco sabía de esa patología el cuñado de la víctima, que desde horas antes del suceso también se encontraba en el bar. «Yo no vi la pelea, yo no salí del bar. Tan solo les dije que se dejaran de peleas porque las peleas traen problemas». Recordó este segundo testigo que en un primer momento él también fue detenido porque alguien aseguró que él le había dicho a su cuñado «que tenía que haber matado a los dos», una acusación que niega.

De la pelea dieron detalles tres testigos que presenciaron el momento en el que el acusado golpeó al fallecido. Los tres coinciden en que se lo propinó por la espalda con una rama gorda cuando la víctima acababa de levantarse del suelo y estaba algo tambaleante.

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Tras escuchar estos testimonios, el fiscal adscrito al caso mantuvo la petición de cuatro años de prisión por homicidio por imprudencia grave tras considerar la agravante de alevosía (le golpeó cuando se estaba levantando) y la atenuante de consumo de alcohol. Además, pide que indemnice a los familiares de la víctima con 361.000 euros por ser ese el baremo que se utiliza en los accidentes de tráfico. A esa petición se sumó la acusación particular.

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