¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
Vista de la ciudad desde la torre de la Catedral. Pakopí

La torre de la Catedral de Badajoz vuelve a abrir para las visitas 50 años después

Badajoz recupera este elemento patrimonial terminado en 1544 que a partir de ahora podrá ser recorrido por los turistas

Rocío Romero

Badajoz

Lunes, 23 de octubre 2023, 13:28

Son solo 142 peldaños. Pero, en la práctica, supone introducir a Badajoz en la lista de ciudades que permiten visitar el campanario de su Catedral.

Publicidad

Terminada en 1544, la torre llevaba 50 años sin recibir curiosos. Hasta que el Arzobispado inició contactos y logró que el Ayuntamiento se sumara a la rehabilitación. Entre los dos han hecho posible que Badajoz incorpore un atractivo patrimonial y turístico que está disponible para todos a partir de esta semana.

Este martes, el alcalde Ignacio Gragera y el arzobispo, Celso Morga, subirán los 41 metros de altura que tiene la torre para ver el resultado. El Arzobispado ya abrió este lunes las puertas para que los medios de comunicación pudieran enseñarlo a los ciudadanos.

Los pacenses podrán entrar esta semana. La idea es que el miércoles sea posible, aunque queda algún preparativo final. Se podrán adquirir dos entradas. Una para el templo de la Catedral y la torre (5 euros la general y 4 euros la reducida) y otra que a la visita de la Catedral y la torre añade las doce salas del museo y el claustro (8 euros la general y 6 la reducida). Con las dos entradas se entregará una audioguía para saber qué se está viendo. También existe la posibilidad de realizar una visita guiada.

Publicidad

Las visitas se realizarán bajo el nombre 'Un símbolo con secretos' porque, según el director del Museo Catedralicio, Juan Román, la torre es un símbolo que guarda muchos detalles que ahora se explican para todos. El horario de visitas será inicialmente de martes a viernes, de 10.30 a 13.30 horas y de 17 a 19 horas. Hay posibilidades de ampliar esta horquilla. Desde el Arzobispado están en contacto con touroperadores y agencias de viaje, por si resultara interesante que estuviera disponible los lunes.

Escaleras para subir a la torre. Son 142 peldaños. Pakopí

Para acceder a la torre se podrá entrar por el Museo o por la puerta del Cordero, la más próxima al Ayuntamiento.

Publicidad

La torre no se encontraba en mal estado, pero no estaba preparada para acoger visitas. Por ejemplo, carecía de salidas de emergencia. La rehabilitación (eliminación de humedades, sustituir carpinterías, reparar peldaños y pintura entre otras actuaciones) incluye la musealización. De manera que se pueden leer los detalles del monumento. Se han implementado elementos de seguridad, nueva iluminación y un sistema de videovigilancia con cámaras y sensores.

Quienes se animen a subir, lo harán con la ayuda de un semáforo en las escaleras. Cuando la escalera esté libre se encenderá el verde, cuando alguien esté bajando se activará el piloto rojo.

En los tres tramos, la ciudad conocerá la figura del campanero. El último fue Daniel Perera y vivió en un piso dentro de la torre entre 1949 y 1970. Esta vivienda se componía de tres habitaciones: cocina, comedor y dormitorio. Desde allí se tenía acceso a los dos amplios ventanales de la torre. En uno de los habitáculos están los huecos por los que caían las cuerdas con las que tocaba las campanas.

Publicidad

Ver fotos

Una de las piezas exhibidas dentro de la torre. Pakopí

En 1963, el propio campanero explicaba en una entrevista en HOY que hasta la década de los 50 se podía llegar hasta este punto sin demasiadas dificultades. Pero la marcha del encargado de repicar las campanas hizo que esa costumbre se perdiera definitivamente. Hasta que esta semana se recupera, 50 años después. El campanero también se encargaba del reloj cuando funcionaba con pesas.

Ahora se podrá aprender de los relojes que han marcado la hora de la ciudad durante décadas. El último reloj mecánico se instaló en 1892 y ha estado en funcionamiento hasta 2005, tras un proceso de motorización y electrificación en los años 70, según explicó ayer el director del Museo de la Catedral, Juan Román. Ya antes funcionó un reloj de sol y, después de los 70, los electrónicos. Además, se podrán ver las nueve campanas que siguen funcionando y aprender sus nombres. La más antigua, de 1549, se llama Santa Cruz.

Publicidad

Quienes se animen a subir conocerán al inquilino que vuelve cada febrero a pasar la primavera ante unas vistas privilegiadas: el cernícalo primilla. Que todos los años se va y todos los años vuelve.

El director del Museo de la Catedral, Juan Román, y el ecónomo del Arzobispado, Julián Peña. Pakopí

Las entradas se destinan a cubrir los gastos de mantenimiento

La rehabilitación de la torre ha costado 100.000 euros. El Ayuntamiento ha aportado 35.000 euros y el resto lo ha asumido el Arzobispado. El proyecto inicial calculó la obra en 70.000 euros, por lo que la Iglesia financiaría la mitad. Pero finalmente les ha costado prácticamente el doble dado que el Ayuntamiento se ha mantenido en 35.000 euros. El director del Museo Catedralicio, Juan Román, explicó que la obra está pagada, pero que la Catedral requiere de fondos para mantener abierto el templo, la torre y el museo. Por eso se ven obligados a cobrar entradas para conocer la torre. «Hay que cubrir los gastos que conlleva el personal, la limpieza, la iluminación, la seguridad y lo que requiere tener a disposición de todos esta riqueza patrimonial». Desde que se abrió el museo, en 2019, se ofrece la posibilidad a ciudadanos y empresas de colaborar con el plan de mecenazgo Amigos de la Catedral. A partir de 25 euros al año se puede apoyar que este complejo monumental siga abierto a las visitas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad