

Secciones
Servicios
Destacamos
Dormir estos días es complicado para los vecinos de las Casas Aisladas de Gévora. Las crecidas de los ríos y arroyos que cercan esta zona ... de Badajoz amenazan sus casas. Es el caso de Juan Antonio Núñez, que confiesa que la noche del martes apenas pudo conciliar el sueño. Se pasó la noche entre sus dos casas para comprobar si llagaba la riada.
Núñez vive en Gévora, pero tiene una casa con inquilinos en las Casas Aisladas y un terreno con sus animales. Esa noche temía que el arroyo Bermejo, muy cerca de sus parcelas, se desbordase, «y me pasé todo el rato yendo y viniendo por miedo».
Este vecino asegura que no es el único que no concilia el sueño por temor a una riada. «Sobre todo la gente mayor, que se pone descompuesta en cuando ve crecer el río o ve las sirenas. Pasa la policía para controlar», explica Juan Antonio Núñez.
La presencia de la Policía Local en la zona es constante. Los agentes miden la crecida del Gévora y vigilan los arroyos. También informan a los vecinos de la situación y de lo que deben hacer en caso de crecida, les han indicado que deberían desalojar sus viviendas.
Es el caso de Eva Zambrano, que tiene su vivienda principal en esta zona. «Nos van informando y así estamos, muy pendientes del río todo el rato», explica. «Hay miedo aunque la policía está pasando constantemente», matiza esta vecina.
Noticias relacionadas
En las Casas Aisladas el miedo está justificado porque la mayor parte de los vecinos tienen cercano el recuerdo de la riada de diciembre de 2022. Hubo casas destrozadas, bajos anegados y daños en explotaciones ganaderas, como una de cabras donde murieron muchos de los animales.
De hecho los residentes de esta zona están acostumbrados a las crecidas, igual que los de Valdebótoa por encontrarse en la confluencia del río Gévora y el Zapatón, pero hace dos años y medio la crecida se produjo en cuestión de minutos y el agua llegó a rozar los dos metros de altura en algunas viviendas, por lo que se vivieron situaciones críticas. Los bomberos tuvieron que sacar en zodiac a varios vecinos, uno de ellos se salvó al subirse al tejado de su coche.
Juan Antonio Núñez lo recuerda muy bien, porque en esa inundación tuvo que acudir a las Casa Aisladas para sacar a sus inquilinas. Salvó la situación aunque sus tierras quedaron dañadas. Ahora vigila los arroyos cercanos para reaccionar rápido si vuelve a pasar.
El miedo de los vecinos va acompañado de indignación porque creen que el riesgo de crecidas es mayor debido al estado de los cauces. Considera que están sucios y eso facilita que se taponen y se produzcan desbordamientos cuando sube el nivel del agua.
«El arroyo Bermejo», dice Núñez mientras señala un regato cerca de su casa. «La comunidad dice que la limpieza depende de la Confederación (Hidrográfica del Guadiana), pero ellos no lo limpian y está prohibido que lo hagamos nosotros mismos, no podemos tocar las cañas», añade.
En efecto las cañas cubren gran parte del cauce del Bermejo y, según los vecinos, hacen que el agua apenas corra por el arroyo. «En cuanto viene una crecida, se inundan todos los campos de alrededor porque el agua se encuentra el tapón», se queja el vecino afectado.
Eva Zambrano también vive cerca y explica que hace años que los vecinos reclaman que se limpie tanto este arroyo como el río Gévora porque consideran que bajaría el riesgo de inundaciones con el que conviven.
«En el Gévora hace falta también una limpieza. Cuando fue la crecida hace dos años, quitaron tierra de debajo del puente, por donde se desbordó, y colocaron piedras, pero sigue habiendo mucha arboleda y vegetación y tapona», se lamenta Juan Antonio Núñez.
La crecida de estos días ha provocado que muchos residentes de la zona tomen precauciones. En las Casas Aisladas de Gévora hay unos pocos residentes fijos y otros que cuentan con viviendas que usan los fines de semana o en verano. Entre estos últimos hay vecinos que se han mudado estos días a esta zona para vigilar de cerca su propiedad. En otros casos prefieren estar lejos, pero se han llevado a los animales por si hay una crecida. En 2022 tuvieron que rescatar a perros y gatos, algunos que se habían subido a los tejados.
«La situación es complicada, aquí hay miedo», dice Núñez. De hecho es que hay vecinos que prácticamente acaban de terminar con la obra de recuperación de sus casas y ahora vuelven a verlas amenazadas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mejor restaurante de comida sin gluten de España está en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.