Los vecinos de Ricardo Carapeto oyeron tres disparos y derrapes de coches

Un joven de 30 años permanecía ayer detenido en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía por su presunta relación con el enfrentamiento a tiros que se produjo el lunes en el corazón de San Roque. Los disparos fueron realizados en la calle Toledo, que comunica la avenida Ricardo Carapeto con la parroquia del barrio, una zona muy habitada en la que jugaban a esa hora varios niños.

«Yo vi a una madre correr junto a su hijo. Oí dos disparos, aunque dicen que fueron tres, pero cuando salí a la ventana ya se había ido el coche y solo veía a jóvenes, niños y madres correr de un lado a otro», relataba ayer, no sin cierto miedo, una vecina de la zona.

Ella había visto a algunos de los chicos implicados en la pelea. Al parecer, jóvenes que huyeron a la carrera cuando se escucharon los disparos. «Primero los vi pasar hacia un lado, luego hacia el otro, realmente no sé dónde iban».

Varios testigos confirmaron a HOY que eran las 21.30 horas cuando se aproximó a gran velocidad un vehículo que procedía de la plaza Santiago Arolo. Ese coche era ocupado por varios jóvenes que al llegar a la calle Toledo detuvieron el turismo para enfrentarse a otro grupo de jóvenes que se encontraban en la calle Toledo, junto a una peluquería. Al parecer, el bar que hay al lado no estaba abierto, por lo que no había mesas en la calle en ese momento.

Ninguno de los testigos consultados vio los disparos, pero en el barrio se comenta que fueron realizados por uno de los chicos que se encontraban en la calle Toledo, posiblemente para ahuyentar a los jóvenes que habían llegado a bordo del coche.

«Yo creí escuchar unos cohetes, no pensé que fueran disparos. Después comenzaron los derrapes y al poco tiempo comenzó a llegar la policía», añadió otro residente que vive al otro lado de la avenida Ricardo Carapeto, donde se encuentra el bar La Esquina, que también estaba cerrado por tratarse de un lunes.

Un vecino relató que el coche que entró desde la plaza Santiago Arolo regresó por donde había llegado «a toda pastilla». Era un vehículo de color gris o negro, añadió. «Por diez segundos no me cogió allí, tuve suerte».

Quienes sí presenciaron lo ocurrido fueron los niños que a esa hora jugaban al balón y la bicicleta en la calle Dos de Mayo, una vía peatonal paralela a Ricardo Carapeto. Allí acostumbran a reunirse los pequeños de la zona por ser un lugar seguro, pero el lunes se vio interrumpida esa calma.

La Jefatura Superior de Policía de Extremadura dijo ayer que había sido detenido un joven de 30 años «por esos hechos», pero no aclaró las circunstancias en las que se había producido el enfrentamiento, que está siendo investigado por la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional.

Minutos después de producirse la reyerta se desplazaron a la zona los especialistas de la Policía Científica. Aseguran los vecinos que recogieron algunos casquillos en la esquina de la calle Toledo con la calle Dos de Mayo.

Fuentes conocedoras del suceso han explicado a HOY que un policía fuera de servicio detuvo al único arrestado hasta el momento. Además, la Policía Local, que ahora tiene una de sus sedes en el Revellín, a sólo 300 metros de la calle Toledo, también habría interceptado un coche ocupado por algunas de las personas que fueron vistas en el lugar de los hechos. Los vecinos confirman que ninguno de los participantes en la reyerta eran vecinos del barrio.

Lo inusual de este suceso no fue sólo la utilización de un arma de fuego, sino el lugar donde se produjo. El tramo de la calle Toledo en el que se realizaron los disparos, de apenas 50 metros, desemboca en la avenida Ricardo Carapeto, donde se encuentran las oficinas bancarias de Ibercaja y Liberbank, y el bar restaurante La Esquina.

«Aquí no se había vivido nunca un suceso de este tipo. Ya hace una semana o dos dicen que hubo algún navajazo en esa misma zona, pero nunca había habido tiros como los del lunes», aseguran los vecinos.