Los vecinos de Santa Lucía de Badajoz denuncian que no pueden entrar en su calle

Santa Lucía está ubicada en el Casco Antiguo de Badajoz. Comienza en una de las salidas de la plaza de los Reyes Católicos, más comúnmente conocida como Puerta de Palmas, y termina en el cruce con las calles Carvajal, Santa Ana, Meléndez Valdés y Santo Domingo.

Las obras de la calle Santa Lucía comenzaron el pasado 29 de marzo con el fin de hacerla plataforma única, al igual que en otras zonas del centro, un actuación que se amplió en mayo a las calles Santa Ana y Duque San Germán.

Los vecinos de la calle Santa Lucía reconocen que no habría ningún problema si no fuera porque el 5 de julio empezaron también las obras en Puerta de Palmas con el mismo objetivo de eliminar los bordillos de las aceras.

Todas estas actuaciones forman parte de una obra global que afecta a la plaza de los Reyes Católicos y a los viales más próximos, con un presupuesto de 863.940 euros

Esta sucesión de obras ha provocado que los vecinos de Santa Lucía no puedan entrar con sus coches en la calle desde marzo. Algunos tienen allí sus plazas de garaje, por lo que llevan cuatro meses sin poder hacer uso de ellas.

Rosalía Saavedra no entiende que en pleno centro pueda haber una calle cortada por ambos extremos sin que el Ayuntamiento haya dado solución. «Los vecinos de Santa Lucía reclamamos que al menos una de las obras finalice ya para que, como mínimo, podamos acceder con los coches», comenta. Y añade que preferiblemente deberían acabar las obras del cruce con Santo Domingo porque son las que llevan más tiempo en ejecución.

Ampliar

Antes de que empezasen a remodelar Santa Ana, los vecinos se apañaban como podían. «En el cruce de Santa Ana parábamos el coche y descargábamos lo que necesitábamos pero ahora es imposible pararse», comenta.

Saavedra tiene que aparcar en la Alcazaba dado que en las zonas cercanas el aparcamiento es reducido, y recuerda que los viernes y sábados desde las 23.00 horas hasta las 7.00 de la mañana cierran la Alcazaba. «Yo fui una de las perjudicadas del Viernes Santo cuando se me quedó el coche dentro», recuerda esta vecina.

Y los vecinos no son los únicos afectados. «Han cerrado varios bares por las obras, como el Mano de Santo», declara esta residente.

Antonio Ponce tiene un negocio en la misma calle, cerca del cruce con Santo Domingo. «Para nosotros el no poder aparcar cerca de la tienda para transportar los materiales ha sido complicado», se queja.

Según ha explicado, cuando van a llevarles los materiales que necesitan en su negocio, tienen que parar en medio de la calzada para descargar. El problema es que los coches no pueden pararse en ese cruce porque se forma un atasco. «Pero es que no tenemos otra forma de hacerlo»,

Algo que también han criticado los vecinos es que por culpa de las vallas de seguridad, los baches y el espacio reducido «hay personas mayores que no pueden salir de sus casas porque no pueden pasar con las sillas de ruedas».

Mayi Mendoza, otra vecina de la calle Santa Lucía, afirma que tiene un niño con discapacidad y que pasar con la silla de ruedas por alguna de las dos salidas le resulta complicado. «Deberían haber planificado mejor las obras porque estamos aislados».

Todos los vecinos están de acuerdo en que las obras del cruce con Santo Domingo podrían estar ya terminadas dado que solo falta poner un par de baldosas más.

Antonio Ponce aclara que no entiende «cómo les cuesta tanto terminar las obras de esta parte cuando solamente les falta por poner un trozo pequeño de suelo». «Pero no hacen nada por terminarlo. Si lo terminasen podrían pasar los coches», dice indignado.

A algunos vecinos les han comentado los albañiles que las obras se han retrasado debido a la falta de personal y a que perdieron mucho tiempo en decidir dónde iba un paso de peatones en una de las calles que confluyen en ese cruce.

«Lo que quiero dejar claro es que entendemos que son unas obras muy necesarias para el barrio, pero lo que no aceptamos es que se hagan a costa de los vecinos porque podrían haber acabado primero las del cruce de Santo Domingo y luego empezar las de Puerta de Palmas», concluye Saavedra enfadada.