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Los vecinos de la barriada de Tulio, unas 50 familias, compran agua mineral para beber y para cocinar. La que sale de los grifos solo ... sirve para ducharse y poco más. No se atreven a bañarse. La causa es que su agua incluye un alto porcentaje de nitratos y bacterias coliformes.
El agua que utilizan en este barrio procede de un pozo. Las viviendas se construyeron de forma irregular hace más de 30 años y no cuentan con tuberías. Sin embargo, sus vecinos denuncian que llevan años pagando el IBI al Ayuntamiento y que su situación no se regulariza, como si se ha hecho en otros barrios.
Antonio Rosario, presidente de la Asociación de Vecinos de Fuente Caballero (la zona más conocida como Tulio), lo ha medido. La tubería a la que tendrían que engancharse está a solo 500 metros de las casas, en el Cerro de Reyes. De este barrio sale un camino de tierra que llega hasta su zona.
«El agua tiene nitratos porque estamos rodeados de campos de cultivo y, como no hay canalización, aquí todo son fosas sépticas. También hay bacterias coliformes. Entre eso y los animales hay filtraciones y el agua es un peligro», admite el representante vecinal. Rosario pone como ejemplo el caso de una niña de Tulio con dermatitis atópica que no puede lavarse en su propia casa por recomendación médica.
«Esto es criminal», dice el presidente de la asociación de vecinos. «Y ya no sabemos qué hacer, es una falta de higiene grave y te desmoraliza no lograr nada», se lamenta.
Rosario admite que las viviendas se edificaron irregularmente «como muchos barrios de Badajoz como Antonio Domínguez o la zona antigua de Pardaleras, pero ya se han urbanizado». Estos vecinos añaden que quieren regularizar su situación. «Yo pago el IBI, urbano, desde el año 2000 y muchos vecinos desde 2010, así que la ilegalidad pierde el sentido cuando nos estás cobrando impuestos. Cada año salen unos 30.000 euros de este barrio, 330.000 desde 2010 ¿Dónde está ese dinero», se queja.
Por el momento Tulio solo recibe el servicio municipal de recogida de basuras, pero no tiene asfaltado, sus caminos son de tierra, ni agua ni iluminación. Tampoco red de saneamiento de aguas fecales.
La prioridad, sin embargo, es lograr el agua corriente, pero piden la colaboración municipal porque los vecinos no pueden realizar la inversión para llevar la tubería la zona. Ante esto pidieron unos análisis privados de la calidad de agua y el resultado es lo que les ha asustado.
Otro problema es que hay una conducción de aguas residuales por el Rivillas, que pasa cerca del barrio, y produce malos olores. Los residentes piden que se solucione y que se aproveche para crear la red de saneamiento que mejoraría sus condiciones de vida.
Otra prioridad en Tulio es el camino de acceso. Son unos 700 metros de camino de tierra que sale de la calle Federico García Lorca, junto al puente sobre el Rivillas. Es la única forma de entrar y salir del barrio en coche.
En marzo de 2019 una niña de cuatro años murió cuando el coche de su padre volcó mientras salían de Tulio. Ha sido el más grave, pero no el único accidente en este acceso. Habitualmente es peligroso porque hay numerosos baches, pero cuando llueve, como esta semana, es una pista de barro. «Los coches patinan», se lamenta Antonio Rosario, que añade que muchos días se sienten aislados en sus casas a pesar de estar tan cerca del casco urbano.
La única otra forma de ir a Tulio es seguir un camino a través del campo que continúa el parque del Rivillas, pero igualmente es de tierra y se convierte en un barrizal cuando llueve. Este solo sirve para peatones.
Ambos accesos, además, carecen de iluminación. «Las personas que no tienen coche o los estudiantes que van y vienen tienen que ir sin luz, eso es un peligro».
La carretera de acceso, además, no es la única de tierra. Todas las calles de Tulio están sin asfaltar. Apenas cuentan con unas aceras de hormigón que han construido sus propios residentes para poder entrar a sus casas sin llegar desde la tierra.
La agrupación vecinal calcula que hacen falta unos 50.000 euros para urbanizar este espacio. Están negociando, según explica Rosario, para ceder los viales al Consistorio pacense. Esperan que los recepcionen y los asfalten.
Los residentes de la zona llevan años exigiendo el apoyo de las instituciones para desbloquear esta solución. Incluso se han manifestado en varias ocasiones para llamar la atención sobre las malas condiciones en las que se vive en la zona.
La respuesta más habitual que reciben es que deben ser ellos mismos los que urbanicen en barrio como promotores. Es decir, que costeen las tuberías, asfalten y coloquen las aceras y el alumbrado, como en otras promociones, para que luego el Consistorio recepcione las instalaciones. Sin embargo alegan que las familias que viven en la zona no cuentan con recursos para realizar una inversión de este calibre.
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