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El teléfono no ha dejado de sonar durante la última semana en Extintrex, empresa pacense dedicada a la instalación y mantenimiento de alarmas contra incendios. Ha experimentado un aumento en la demanda de detectores de humo tras el incendio de la semana pasada en Valencia. « ... Si una semana normal realizamos entre tres y cuatro instalaciones, esta semana hemos realizado nueve. Lo que equivale a un 75% más», explica uno de los socios de la empresa, Luis Verges.
En este sentido este profesional sí percibe que la población es más sensible a los incendios tras lo ocurrido en el barrio de Campanar el pasado 22 de febrero.
«Hace tiempo que habíamos notado que la gente estaba más concienciada de la importancia de la detección dentro de la vivienda, pero ha tenido que ocurrir una desgracia para que la conciencia sea mayor», subraya Verges.
Hasta hace poco los detectores de humo solo estaban ubicados en algunas comunidades de vecinos, pero cada vez son más los propietarios que deciden instalarlos en sus viviendas particulares, ya que por el momento la ley tan sólo obliga a ubicarlos en los garajes.
Este aparato resulta muy efectivo en las viviendas, ya que alerta a sus ocupantes de la presencia de humo en la instalación, lo que facilita la reacción de los inquilinos, que cuentan así con tiempo de antelación para poder poner a salvo sus vidas.
Más allá de los detectores de humo también existen detectores de gas y de monóxido de carbono, que son otros de los elementos que más fuegos provocan fuegos en viviendas.
Además, el escape de gases suele ser imperceptible, por lo que el daño causado en las personas es mayor.
Los detectores de humo funcionan a través de un láser que rebota en un espejo. Cuando se produce un incendio en la vivienda, el humo entra en este reactor y corta el haz de luz. Esto hace que el detector salte provocando un fuerte pitido que sirve para poner en alerta a las personas que se encuentren en la casa.
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María Isabel Hidalgo
«Se trata de unos aparatos altamente sensibles pues se activa con el humo de un cigarrillo», cuenta Luis Verges.
También existen detectores que se conectan a las alarmas antirrobo, por lo que automáticamente salta el aviso a los equipos de emergencias, mientras que de la otra manera son los inquilinos los encargados de dar el aviso ante el posible incendio.
Por su parte los detectores de gas y monóxido de carbono funcionan de la misma manera.
Este incremento de detectores antiincendios no ha pillado por sorpresa a Extintres, que asegura que esto ha ocurrido en más ocasiones. «El miedo es libre, no nos ha pillado por sorpresa porque habitualmente, cuando ocurren desgracias de este tipo, es cuando los propietarios se preocupan por sus viviendas».
Estos dispositivos funcionan como conectores individuales que funcionan con una batería de 9 voltios. «Es el único mantenimiento que requiere. La batería hay que cambiarla una vez al año y el propio aparato avisa cuando se está agotando», señala el jefe del parque de bomberos de Badajoz, Basilio González.
El bombero subraya la importancia de tener estos aparatos en las viviendas y destaca la eficacia de estos aparatos para personas mayores. «Esto les da el tiempo necesario para salir a la calle y llamar a los servicios de emergencia. Por las noches también es fundamental porque las familias están dormidas y emiten el sonido suficiente como para despertarlas», comenta.
Desde el parque de Bomberos del Ayuntamiento de Badajoz trabajan para concienciar a la población de la importancia que tienen estos aparatos. De hecho, hace unos años instalaron algunos detectores de manera gratuita a la población más vulnerable.
Varias han sido las comunidades de vecinos que en la última semana han contactado con su administrador de fincas, con el objetivo de instalar detector de incendios. «Aquí en Badajoz no la posibilidad de que se produzca un fuego como el de Valencia son menores porque el tipo de edificios es diferentes».
Más allá de los detectores que instalan empresas como Extintrex, instituciones como Cruz Roja también se encargan de instalar estos dispositivos en las viviendas.
«Se trata de una medida de prevención que funciona muy bien en viviendas de personas mayores o personas que viven solas», destaca el responsable autonómico de teleasistencia, Miguel Ángel Martínez.
Para que Cruz Roja instale un detector de humo de manera gratuita hay que cumplir una serie de requisitos, como que el usuario sea una persona anciana o viva sola. La solicitud se tramita a través de los Ayuntamientos o las diferentes diputaciones provinciales. Se trata de un servicio que complementa el de teleasistencia, por lo que en caso de incendio la alarma conectaría directamente a la persona con la central de Cruz Roja que inmediatamente activa el protocolo de emergencia. «Con esto ayudamos a las personas a ponerse a salvo mientras que los bomberos llegan a su domicilio», subraya.
La capacidad de prevención de estos aparatos ante un incendio está entre el 90% y el 95%, comenta el responsable de la entidad. De ahí que la solicitud para contar con este servicio sea tan elevada . Por el momento Cruz Roja tiene activados en Badajoz 88 detectores de humos en viviendas, en su mayoría de personas mayores.
Apenas habían pasado cuatro días desde que ardieron los dos edificios del barrio de Campanar en Valencia cuando Davinia Granero, propietaria de uno de los pisos que hay en la calle Miguel Pérez Carrascosa, en el barrio pacense de Valdepasillas, contactó con su administrador de fincas.
«Estaba preocupada porque lo ocurrido en Valencia me hizo pensar que no tenemos la suficiente seguridad ante un incendio en el edificio», explica.
La solución para esta propietaria, que además es presidenta de la asociación de vecinos de su bloque, pasa por un detector de humos. «Me parece una medida acertada porque al ser una alarma te hace ganar tiempo, y es especialmente útil por la noche que el fuego nos pillaría dormidos», subraya.
Pero la instalación de este aparato en las zonas comunes del edificio no depende solo de ella, sino de toda la comunidad, por eso Granero ha pedido presupuesto del coste de la instalación. Su intención es trasladar esta iniciativa en la próxima junta de vecinos. «Lo propongo porque las imágenes que hemos visto estos días del incendio de Valencia han sido horribles. A veces me ha costado verlas, y esto me ha hecho reflexionar», subraya.
La propietaria es consciente de que la fachada de su vivienda, de ladrillo visto, es más segura ante una situación de emergencia por fuego, pero su prioridad en estos momentos está en la prevención.
Davinia asegura que el hecho de vivir en una séptima planta le genera aún más preocupación. «Se trata de un bloque antiguo, tiene 34 años, es de los primeros que se construyeron en Valdepasillas. Además, la población no estamos concienciados en temas de prevención y muchos no sabríamos actuar».
Las nueve plantas que tiene el edificio número dos de la calle Miguel Pérez Carrascosa, cuenta con bocas de incendios en cada planta. «Si hay fuego conectas la manguera a la boca, pero la mayoría de inquilinos no sabemos utilizarlo, como tampoco sé utilizar un extintor», cuenta preocupada.
Precisamente, los extintores son otra de las medidas de seguridad que tienen en las plantas y el sótano, pero asegura que muchos de los vecinos tampoco saben utilizarlo. «Creo que se deberían de dar nociones sobre seguridad, porque muchos de nosotros no sabemos como actuar ante una situación de alarma».
Su edificio tampoco cuenta con salida de emergencias o puertas anti incendios. «Me aterra que algún día ocurra algo o se produzca fuego en las plantas superiores y no tengamos como escapar», comenta. Este es el motivo por el que Daavinia se ha planteado instalar las alarmas. Una idea que de no ser por lo ocurrido en Valencia no habría tenido. «No quiero parecer alarmista, pero a veces vemos cosas y creemos que no van con nosotros y es algo que nos puede ocurrir a cualquiera».
Para que su propuesta sea una realidad, Davina tiene que contar con el apoyo de la mayoría de los vecinos. «Yo espero que la mayoría de ellos sientan la misma preocupación que yo por este asunto y entiendan que esto es un elemento más para que estemos seguros en nuestras casas».
La presidenta de esta comunidad de vecinos considera la instalación de estos aparatos como una inversión. «Yo soy la primera que tengo muchas ganas de renovar el portal porque está anticuado, pero me parece que la seguridad está antes que la estética», señala, convencida de que en estas ocasiones es necesario cambiar el orden de prioridades. Más allá de las alarmas, Granero ve necesaria más formación en emergencias. «Igual que nos dan nociones de seguridad en nuestros puestos de trabajo y nos hablan de riesgos laborales, deberían hacer simulacros en bloques de viviendas, y más aún si viven en él muchos vecinos».
En el suyo viven 36, muchos de ellos estudiantes. Davina Granero, que ya vivió un incendio en el edificio en el que residía anteriormente quiere tomar todas las medidas de prevención necesarias para que todos los vecinos estén tranquilos, pero su prioridad no es otra que garantizar la seguridad y ganar tiempo en caso de que se produzca fuego en una de las plantas y tengan que desalojar.
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