![La Virgen de Bótoa estuvo muy arropada por los romeros en todo el recorrido de la procesión por los campos.](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/05/procesion-RSswhhfpGWn8VWFNDIKif6K-758x531@Hoy.jpg)
![La Virgen de Bótoa estuvo muy arropada por los romeros en todo el recorrido de la procesión por los campos.](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/05/procesion-RSswhhfpGWn8VWFNDIKif6K-758x531@Hoy.jpg)
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«Yo he bailado esto», explicaba una abuela a su nieta mientras la Asociación de Coros y Danzas de Badajoz daba la bienvenida a la Virgen de Bótoa a la misa de campaña; y la mirada algo incrédula de la joven invitaba a la señora ... a ensayar unos pasos de baile al mismo tiempo que los portadores de la talla colocaban la imagen de la copatrona de Badajoz a la izquierda del altar.
La romería de Bótoa –que este domingo ha celebrado su 455 edición– volvió a reunir a cientos de familias en las proximidades de la ermita en una jornada fresca pero que la lluvia no interrumpió. Solo en los últimos segundos de la eucaristía celebrada al aire libre cayeron algunas gotas; un ligero chispeo que hizo que el arzobispo coadjutor, José Rodríguez Carballo, despidiera la ceremonia con una mención a la importancia de la lluvia. «Feliz día», deseó a los asistentes, que prorrumpieron en un espontáneo aplauso.
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Casimiro Moreno
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Fue la primera ocasión en la que el recientemente nombrado –en septiembre del año pasado– arzobispo coadjutor de la diócesis Mérida-Badajoz presidía la misa de campaña en Bótoa. «Compruebo que es la romería de Badajoz», manifestó Rodríguez Carballo mirando a su alrededor desde el altar.
Las sillas habilitadas para los feligreses se llenaron y un buen número de personas permanecieron de pie en la explanada. Incluso seis romeros a caballo siguieron el inicio de la eucaristía, que se prolongó durante más de una hora y que incluyó las canciones y los bailes del grupo de Coros y Danzas.
Precisamente, un pasillo de los miembros más jóvenes de la agrupación folclórica franqueó la entrada a la Virgen de Bótoa, vestida con su manto rojo, a la zona reservada para el oficio religioso y que llegó precedida, como manda la tradición, de su grupo de Lavanderas.
Entre los asistentes a la misa de campaña, los miembros de la hermandad de Nuestra Señora de Bótoa, las autoridades civiles de la ciudad de Badajoz –con el alcalde, Ignacio Gragera, a la cabeza y varios concejales de distintas formaciones políticas– y militares de la Base General Menacho, cargos del Ejecutivo regional y alguna cara conocida, como la del expresidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara.
David David Antonio
Romero
Ajenos a la celebración religiosa, del otro lado de la carretera, los más pequeños pasaban las primeras horas de la jornada romera en las camas elásticas y los castillos hinchables. Los puestos de venta de artículos y de alimentos, al igual que los bares, cuyas planchas encendidas aromatizaban las horas previas a la comida, se fueron llenando según avanzó la jornada.
Un olor similar llegaba desde el espacio en la que las familias pasaban la jornada festiva. Las barbacoas ya echaban humo desde antes del mediodía. «Hemos traído carne y tortillas», señalaba David David Antonio una parrilla en la que se hacían varios chorizos. Su familia es de las habituales de la romería. «Somos de Valdebótoa y venimos todos los años; en esta ocasión a pasar el sábado y el domingo», aseguraba para agradecer las bajas temperaturas de la jornada. «En otras ocasiones hemos pasado mucho calor», decía junto a David una de sus familiares.
A unos metros, junto a otra de las encinas, los miembros de la familia Martínez García estaban sentados alrededor de un par de mesas de camping. «Algunos llevamos aquí desde el viernes», afirmaba una de las integrantes del grupo con dos tiendas de campaña a sus espaldas. «Nos gusta venir y deberían abrir esta dehesa más fines de semana al año para poder pasar el día con los niños, no solo para la romería», añadía otra de las mujeres.
Al mismo tiempo, los cerca de una veintena de caballistas tomaban posiciones en la carretera para iniciar la procesión.
El desfile, que abrieron los jinetes y que cerraron sin dejar de cantar los miembros del grupo de Coros y Danzas, discurrió hacia la encina en la que –según la leyenda– se apareció la Virgen por la vía asfaltada. Por el camino paralelo de tierra la talla de Nuestra Señora de los Campos estuvo acompañado por multitud de devotos.
Dos paradas hizo la imagen a hombros de los costaleros: una frente al Hogar Lisardo Sánchez, desde el que se lanzaron repetidos aclamaciones 'Viva la Virgen de Bótoa' y otra al llegar a la encina milagrosa. De ahí, vuelta hacia la ermita.
En el patio del templo, y con Emilio González Barroso como maestro de ceremonias, la asociación de Coros y Danzas realizó su tradicional actuación frente a la copatrona de Badajoz antes de que regresara a su camarín. Primero fue el grupo infantil –«bailarán el fandango oliventino, que conocemos como 'el picoteo'», anunció González Barroso– y luego el de los adultos.
Quienes no pudieron acceder a un patio repleto de gente elevaron sus teléfonos móviles por encima de la reja que rodea el recinto para grabar la actuación. Alguno lo hizo en una posición hasta peligrosa.
«Con menos calor que otros años y contento por cómo se está desarrollando todo», seguía Gonzalo Robles, hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de Bótoa, las actuaciones previas a las subastas.
Desde el balcón de la ermita, González Barroso anunció el inicio de la puja del rosario, que se cerró en 1.300 euros. A continuación, el ramo que la copatrona de la ciudad llevó en la procesión alcanzó un precio de 1.200 euros poniendo, en torno a las dos de la tarde, el punto y final a los actos programados durante la mañana de la romería.
Los romeros volvieron entonces a la zona de los establecimientos de hostelería o al punto en el que tenían ubicadas sus mesas para compartir la comida y la tarde festiva. «Estaremos aquí hasta que se vaya el sol, aunque el lunes haya que trabajar; nosotros somos los que cerramos la puerta cuando nos vamos», bromeaba David junto a su familia.
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