Muy temprano. Antes de las ocho de la mañana ya había senderistas en ruta hacia la ermita de Bótoa. Quizá la previsión del día despejado y del alza de las temperaturas ha animado a los caminantes a salir más temprano. «Está siendo un buen día; ... hace calor, pero se va bien», decía sobre las once y media de la mañana, y ya cerca de completar el recorrido, Miguel Sánchez, del club de senderismo de Valdebótoa.
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Este colectivo fue de los más madrugadores. En torno a las ocho y cuarto de la mañana comenzaron el recorrido. «Nos hemos juntado unas treinta personas, pero la gente va saliendo sin hora concreta; ahora mismo miro hacia atrás y hay un reguero de gente y hacia delante, igual», añadía Miguel cada vez más cerca de la ermita.
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Natalia Reigadas
La salida más multitudinaria fue la programada desde la puerta de Palmas, el punto habitual de inicio de esta tradicional caminata en honor a la Virgen de Bótoa, a las nueve de la mañana por el Club del Caminante de Badajoz, el Club Caminantes del Centro Deportivo Militar Sancha Brava, el grupo senderista Los Boyicao, el grupo Caminantes Express, el Club Senderista Repechín y Amigos de Badajoz. La previsión de los convocantes era llegar a la ermita sobre las doce del mediodía, hora en la que se ha procedido a la apertura del templo. Allí, entorno a la copatrona de Badajoz, se han reunido los caminantes tras completar. «Se puede hacer el trayecto completo en unas tres horas; pero hoy es un día de fiesta y la gente para a desayunar y lo habitual es tardar un poco más», afirmaba Miguel después de haber hecho la correspondiente parada en Valdebótoa.
Los bares, repletos de gente, le daban la razón. Aunque más que desayunar, algunos senderistas se decantaban por una cerveza fría, en lugar del café caliente, para aliviar el calor del día y refrescarse antes de afrontar los últimos kilómetros del la caminata.
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El recorrido, de unos 17 kilómetros, transcurre por terreno llano, con lo que la dificultad es reducida. Aunque es cierto que este año, con las lluvias caídas en las semanas anteriores, hay algunos puntos del camino cubiertos de agua y la vegetación está demasiado crecida en algunas zonas del sendero, lo que complica el paso en lugares muy concretos.
Nada demasiado difícil que haya evitado a los caminantes cumplir con la tradición de visitar a la Virgen de Bótoa en la jornada previa a la romería.
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