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Pablo Calvo
Lunes, 23 de junio 2014, 07:59
Los universitarios alojados en el Colegio Mayor Francisco de Sande ya saben que el próximo día 5 de julio, sábado, deben abandonar las instalaciones ubicadas en la casa-palacio de Pereros, en la Ciudad Monumental. Pueden hacerlo por la tarde, pero hasta ahí llegará la historia de esta residencia universitaria abierta en el año 1988. Los trabajadores ya saben su próximo destino dentro de los departamentos y áreas de la Diputación.
Un grupo reducido de alumnos y exalumnos del Colegio Mayor se concentraron ayer ante el Palacio Provincial, en la plaza de Santa María, para expresar una vez más su desacuerdo con la medida.
Los primeros, ya tienen alojamiento en la ciudad para el curso próximo. Todos, excepto tres de los 35 jóvenes que se han alojado durante el último año en el Francisco de Sande, han optado por buscar piso, y señalan que «no se h a cumplido eso de que habría facilidades para quienes quisieran una plaza en las residencias de la Junta; han tenido que hacer como cualquier otro estudiante», aseguran Víctor Romero y Daniel Murillo, de Algeciras y Segovia, respectivamente, ambos estudiantes de Veterinaria.
Se quejan, junto a Daniel Campos, de Villanueva de la Serena, y Cristina Palanco, de Huelva, estudiantes de Informática y Terapia Ocupacional, de que el cierre del Colegio les ha restado tiempo de estudio. «Hemos tenido que ponernos a buscar piso en época de exámenes. Teníamos que hacerlo antes de que llegara la gente de Selectividad. Luego ya solo queda lo peor», explican.
Los residentes estuvieron acompañados por algunos exalumnos, como Paco Morcillo, de Medellín, quien residió entre el 2004 y 2007, o César Andrade, de Navalmoral de la Mata, quien estuvo cinco años, hasta 1999. «Nos da mucha pena de su cierre. En nuestra época había más actividades universitarias, parece que se lo han ido dejando morir. También la Universidad se ha ido despreocupando», opinan.
Lo hacen con mucha nostalgia, y César subraya que de su generación «salieron dos jueces y otros profesionales relevantes. Es una manera de dar a la sociedad extremeña lo que ella nos dio ayudándonos a estudiar». Él estudió y residió en el Francisco de Sande con beca. «Era una ventaja, porque no te preocupabas de nada. Cuando llegaba la beca en marzo o abril, la pagabas. Era mejor que si estuvieras en un piso, que no se puede hacer eso. Yo no hubiera podido».
Durante la concentración, los jóvenes coincidieron con el presidente de la Diputación, Laureano León, que participaba en la procesión del Corpus Christi.
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