Manuel M. Núñez
Miércoles, 26 de noviembre 2014, 07:34
Nunca llueve a gusto de todos, y en Cáceres todavía más. Un proyecto que en principio solo iba a recibir alabanzas y sería bien recibido por toda la ciudadanía también es objeto de crítica. El nuevo alumbrado de la Ciudad Monumental cacereña permitirá cambiar de iluminación según el tipo de actos que se celebren y realzará el patrimonio histórico de la ciudad. «Buscamos la excelencia», adelantó la alcaldesa el día de su presentación. Además se ahorraba un 50 por ciento de la factura y los 629.000 euros de la inversión los completaban la Junta de Extremadura y Endesa. Todo parecía perfecto, pero hay voces que no lo ven así. Es el caso de la Asociación contra la contaminación lumínica y la Agrupación Astronómica.
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Juan Miguel González es socio de la primera y presidente de la segunda. Sostiene que la administración se ha basado en criterios económicos, por lo que no se han tenido en cuenta otros factores como la contaminación lumínica. Para combatirla, opina, hay que utilizar la cantidad de luz precisa en cada lugar, con la orientación adecuada y de forma que se eviten molestias a viandantes o residentes. «Afirmar que con la tecnología LED se va a reducir la contaminación lumínica es un poco cuestionable», subraya el socio de Ces Fosc, un colectivo ciudadano que se propone «mejorar el alumbrado público y privado. Iluminar mejor, respetando el medio ambiente y la salud», según detalla en su página web. Admite Juan Miguel González que aunque las luminarias LED permiten «mayor versatilidad para la iluminación ornamental, no necesariamente son la mejor solución para el alumbrado viario». Las lámparas por las que se ha apostado en este proyecto «emiten un tipo de radiación azul -advierte- altamente nociva para la salud humana y para el medio nocturno». Entre otros detalles, también menciona que alteran los ciclos vigilia-sueño de seres vivos, aumentan el deslumbramiento y «triplican la contaminación lumínica». En este sentido, cita al Instituto de Astrofísica de Canarias, un «referente mundial», recuerda, que desaconseja el uso de LED blanco con temperatura de color superior a 3.000 grados Kelvin. «Al parecer -aclara el presidente de la Agrupación Astronómica-, las lámparas que pretenden instalarse para iluminar las calles de la Ciudad Monumental son de luz blanca (4.000K), el tipo de lámpara más frecuentemente utilizado por los instaladores debido a su mayor eficacia luminosa y menor coste respecto a LED de tonos más cálidos».
En conversación con HOY, Juan Miguel González solicita al Ayuntamiento «que recapacite» y alude al caso de Malpartida de Cáceres: «Lo que se ha hecho allí no es el mejor ejemplo. Los vecinos no pueden dormir con las ventanas abiertas. Aquí estamos a tiempo de evitarlo».
«Puede que sea un sistema barato, pero es inconcebible que la parte antigua que es el gran tesoro de Cáceres luzca ese color 'blanco quirófano'», se lamenta. «Hay luces LED más adecuadas y así habría quedado de manifiesto en una auditoría energética independiente. El problema es que esto es algo que hacen los propios instaladores por lo que recurren a lo que resulta más económico». El presidente de la Agrupación Astronómica sugiere «tonalidades más cálidas» y respetuosas con el entorno. La inversión -resume- «debería servir para mejorar la situación actual y no para generar nuevos problemas».
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