¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
Juan Carlos Barra, en el transcurso de la segunda sesión del juicio, hoy martes.

Barra confesó hasta cuatro veces ser el autor de la muerte de sus padres

«Los seguiré queriendo toda mi vida», dijo ayer a los miembros del jurado, que hoy emitirán su veredicto

Sergio Lorenzo

Martes, 16 de diciembre 2014, 17:19

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No ha sido ni una, ni dos las veces que Juan Carlos Barra confesó que había matado a sus padres antes de declararse inocente durante el juicio. Fueron cuatro, según se ha desprendido de las declaraciones de personas que aseguran que le han escuchado contar, con todo lujo de detalles, la forma en la que acabó con las vidas de sus progenitores.

Ayer por la mañana la fiscal Rhut Crehuet enumeró las cuatro confesiones: la primera está grabada. A los dos días de huir del escenario del crimen, cuando según la acusación ya se había gastado buena parte de los 5.400 euros que robó al padre, llamó con su teléfono móvil (que estaba intervenido) a su novia Natividad y en una conversación de 55 minutos le contó que había acabado con la vida de su madre y su padre, y que estaba en Zafra.

Natividad llamó a la policía y les indicó el sitio en el que hallaba Juan Carlos, pidiéndoles que se dieran prisa porque temía que pudiera suicidarse. Cuando llegaron al lugar que les señaló, en un jardín de la entrada de La Lapa, localidad a 11 kilómetros de Zafra, vieron al acusado fumando tranquilamente, y a su lado a Natividad y al marido de ésta. Los agentes le leyeron sus derechos como detenido y le llevaron en un coche a la Comisaría de Cáceres. En este vehículo se produjo la segunda confesión. Uno de los agentes señaló en el juicio que estaba relajado y lo contó todo porque era como una liberación.

Del calabozo de la Comisaría fue al Palacio de Justicia. Delante del juez, de su entonces abogada defensora y de la fiscal Crehuet, contó nuevamente como acabó con la vida de sus padres. La fiscal comentó a los miembros del jurado que se le pusieron los pelos de punta al ver como narraba lo sucedido, «con una frialdad y un menosprecio absoluto a sus padres». Indicó que el acusado llegó a declarar que después de matarles cargó otra vez la escopeta, «porque dijo que si venía alguien a la casa también se lo cepillaba».

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El juez ordenó su ingreso en prisión y luego los forenses se reunieron con el entonces asesino confeso, que volvió a contar detalles del crimen. Esa fue la cuarta confesión.

Luego, a los seis meses de estar en la cárcel ya declaró que era inocente. Y eso mismo ha mantenido en el juicio.

Una de las cuestiones a resolver es si Juan Carlos Barra es o no un enfermo mental. Los forenses lo tienen claro. Le han analizado en este y en otros tres procedimientos penales y siempre le han visto como una persona normal mentalmente, aunque tiene problemas con la cocaína; ha llegado a consumir hasta 6 gramos al día. Además, es frío en el trato y tiene una conducta a veces antisocial.

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Uno de los procedimientos judiciales abiertos en el pasado contra él fue por cometer un robo con violencia, y otro por agredir a su exmujer, con la que tuvo dos hijas. Ocurrió en 2010 en el aparcamiento de un Burger King donde habían quedado para recoger a una de sus hijas.

Los forenses comentaron que en un informe del Cedex, elaborado unos meses antes de que se produjera el crimen de la Mejostilla, ya señalaban que Carlos Barra tenía problemas de convivencia con sus padres.

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La fiscal mantuvo ayer su petición de 38 años de cárcel.

José Galán, abogado de la acusación particular, que representa a los cinco hermanos del acusado, mantuvo también su petición de 40 años. Insistió en que era el autor de dos asesinatos y que no estaba loco. «Actuó con sangre fría, él no escuchó voces». Al igual que la fiscal, comentó que al huir fue tan frío que no olvidó llevarse su desodorante y su colonia.

A las dos de la tarde de ayer, segundo día del juicio, se terminó con las declaraciones de los testigos. Antes de marcharse el jurado a deliberar, se concedió el uso de la palabra al acusado que mantuvo que es inocente. Se mostró como víctima, diciendo que se le había causado un daño enorme. Dijo estar viviendo una pesadilla y que no era como le describían, «he sido un currante toda mi vida». Tuvo una frase de cariño sobre las víctimas: «Siempre he querido a mis padres y los seguiré queriendo toda mi vida».

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El jurado decidirá hoy si Juan Carlos Barra es o no un frío asesino.

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