Trece meses después de que empezara a instalarse el sistema de cámaras que regula el acceso de vehículos al casco histórico de Cáceres, ayer, por fin, se puso en marcha. Los conductores que hagan caso omiso a las señales de paso restringido sin gozar de autorización previa, se enfrentan a una multa de 200 euros que en algún caso puede llevar aparejada la retirada de 4 puntos del carné. Es decir, una sanción importante. Ni el tiempo transcurrido ni el amplio eco que esta medida ha tenido en este y en otros medios de comunicación han evitado que fueran muchos los ciudadanos al volante que expresaran ayer su desconocimiento y lamentaran amargamente la falta de información al respecto. Si nos preguntamos cuáles han sido las acciones promovidas por el consistorio para trasladar a la ciudadanía estas nuevas medidas de tráfico en un lugar tan relevante como el casco viejo de Cáceres, la respuesta es ninguna. Ni a través de su propia web, ni con los recursos humanos de la Policía Local, que hasta ayer no informó a los conductores en los puntos de acceso, ni garantizando su difusión continua a través de los medios u otros canales, que sí han considerado relevante informar de algo que el propio ayuntamiento ha ignorado en un ejercicio de dejadez y gestión rutinaria. Hay que mejorar.
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