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J. J. González
Jueves, 31 de marzo 2016, 07:48
Cuando los victorinos reventaron la Plaza de Toros en un festival celebrado el día 3 de marzo de 1991, decenas de personas que habían comprado su entrada no pudieron sentarse. El espectáculo fue un éxito, pero se saldó con 34 denuncias en Comisaría. ¿Se vendieron más entradas del aforo real del coso taurino? La respuesta que dio el Ayuntamiento, que gestionaba directamente los festejos, fue que no se habían despachado más entradas que las permitía el aforo, entonces fijado en 6.200 localidades. El gerente de la plaza, Luis Alviz, aseguró que ni siquiera se habían vendido todas las entradas sino 5.900. Los aficionados que conocen el coso de la Era de los Mártires saben que una de sus características es la absoluta incomodidad por la distribución de los espacios, que puede llegar a ser agobiante cuando hay lleno.
uAforo. El aforo fijado en el anterior concurso, el adjudicado en 2014, era de 5.361 localidades. Ahora se queda en 4.124. Años atrás, en 1991, por ejemplo, el aforo máximo era de 6.200.
Gastos e ingresos.
En el estudio de viabilidad, para un mínimo exigible de dos festejos, se prevén 275.000 euros de ingresos y 235.000 de gastos. El déficit son 40.000 euros y sería compensando con una subvención a la empresa gestora por esta misma cantidad.
Actualmente, con el contrato que ha salido a licitación, la capacidad de la Plaza de Toros se reduce a poco más de 4.000 localidades. Son 2.000 menos que las que había hace 25 años y ello debido a sucesivas normas que han obligado a ganar en comodidad y seguridad.
La última, un denominado plan de autoprotección que ha tenido que encargar el Ayuntamiento de Cáceres para poder cumplir el decreto de la Junta de Extremadura de 2009, por el que se creó el registro autonómico de planes de autoprotección. Se trata, en definitiva, de calibrar técnicamente la capacidad máxima que puede tener un determinado recinto en el que se celebran eventos públicos para garantizar la evacuación del mismo ante una emergencia.
En este caso, los técnicos que han hecho el plan fijan que el aforo máximo del coso cacereño debe quedar reducido a 4.124 localidades, según se explica en el pliego de condiciones del actual concurso para la explotación de la plaza, concurso que está en vías de estudio técnico de las ofertas presentadas por dos empresas, aunque el Ayuntamiento no ha decidido aún si se acabará adjudicando o no. Se prevé que lo decida hoy a la vista de informes técnicos encargados tras el obstáculo que ha supuesto la moción aprobada en el último pleno por los grupos de la oposición, un acuerdo que obliga al Ayuntamiento a no dar ningún tipo de subvención a la empresa que se haga con la concesión.
Capacidad
La pérdida de capacidad de espectadores supone algo más de 1.000 plazas en comparación con el aforo fijado en la anterior contrata, la que se adjudicó en 2014 a la empresa Lances de Futuro, cifrado en 5.361. Y son 2.000 menos en comparación con la época del aforo máximo con la gestión directa del Ayuntamiento, bajo los dos mandatos del alcalde socialista Carlos Sánchez Polo.
En concreto la gestión directa comenzó en 1988, tras no haberse organizado ningún festejo en la feria de mayo de 1987 por discrepancias entre el empresario de la plaza y el Consistorio. La gestión municipal directa se mantuvo hasta 1996 y fue eliminada con la llegada de José María Saponi, del PP, a la Alcaldía. Cambió el modelo para evitar posibles pérdidas económica municipales.
La reducción del aforo es una de las claves que ha motivado la polémica taurina actual, con la decisión del Ayuntamiento de aumentar la subvención a la empresa gestora desde los 20.000 euros fijados en la concesión adjudicada en 2014 hasta los 40.000 de la nueva contrata. La anterior ayuda oficial se estableció con un aforo máximo de 5.361 localidades, 1.000 menos que el que tenía la plaza en años anteriores, y ahora hay una nueva disminución en otros mil, hasta dejarlo en 4.124, cifra con la que los servicios técnicos municipal han hecho una previsión de déficit mayor, en la relación entre los gastos y los ingresos. El déficit sería compensado con la entrega de hasta 40.000 euros a la empresa. A menos entradas, menos ingresos posibles.
El estudio de viabilidad prevé, para un mínimo de dos festejos, unos gastos de 275.000 euros y unos ingresos de 235.000. Tiene en cuenta la venta media de entradas de los últimos años, que ha sido de 2.500, a un precio medio de 43 euros. Serían 215.000 euros por venta de localidades. En los gastos, el capítulo de los toreros se lleva 180.000 euros y 50.000 la compra de los toros.
Además, también se sube la aportación económica municipal debido a que no se rebajan las exigencias de calidad y categoría de los festejos, es decir que el Ayuntamiento continúa manteniendo en el pliego de condiciones unas determinadas característica en cuanto al nivel de los toreros y del ganado.
Así, con una plaza de menor aforo y unas mismas exigencias de calidad, además de un tope en el precio de las entradas, el Ayuntamiento decidió aumentar en 15.000 euros la subvención. Sin embargo, los grupos de la oposición impusieron sus votos sobre el grupo del Gobierno, el PP, en el último pleno para rechazar cualquier tipo de ayuda oficial a los toros.
La oposición es partidaria de renunciar al concurso que se tramita actualmente para convocar otro sin que aparezca la subvención. Por el contrario, el equipo de Gobierno cree que sin esta compensación del déficit el concurso no suscitaría el interés de ninguna empresa.
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