De la calle San Pedro a la plaza de Santa María se tarda, caminando a un paso no demasiado ligero, unos ocho minutos máximo. El ... líder nacional de Vox, Santiago Abascal, empleó este domingo una media hora en recorrerlo. Tormenta de selfies, vivas a España constantes, alguna bandera patria y apretones de manos jalonaron este trayecto en el que simpatizantes del partido y curiosos se encargaron de ralentizar el recorrido del candidato de la formación ultraderechista a la presidencia del Gobierno. Desde los soportales del Ayuntamiento un hombre le gritó «fuera, fuera», pero el político, que intentaba no mojarse los pies con los chorros de la fuente de la Plaza Mayor, ni se enteró.
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No ha sido un mitin lo que ha traído este domingo a Abascal a Cáceres, la ciudad natal de la próxima presidenta de la Junta, la popular María Guardiola, sino una comparecencia de prensa con tanta concurrencia que por momentos parecía un acto público, con enfervorecidos seguidores que se animaban a comentar las preguntas de los periodistas y que al final de la cita, aplaudieron. Abascal, al que acompañaba la número uno al Congreso por Cáceres, Magdalena Nevado y Ángel Gordillo, líder regional de la formación, entre otros miembros de este partido, sacó pecho del pacto con el PP en Extremadura y aseguró que es «lamentable» que no se haya llegado a acuerdos en comunidades como Aragón o Murcia.
Señaló que se abre en Extremadura «una importante etapa política con un cambio histórico y con un acuerdo que queremos celebrar porque implica un cambio en las cosas que de verdad importan». Citó entre los logros conseguidos el apoyo a las familias con la reducción de «los excesos fiscales» y la posibilidad de elegir la educación para los niños y la derogación de «normas totalitarias» como la ley de Memoria Histórica.
También sacó pecho de la protección del campo y del mundo rural «de las leyes totalitarias y globalistas que derivan de las imposiciones de la agenda 2030». Abascal tildó el de Extremadura como «un gran acuerdo que ha logrado Vox solo con un 8 por ciento de votos» y manifestó que espera que sea un periodo «tranquilo». Para el líder ultraderechista no es suficiente «porque tenemos el deber de alcalzar un cambio político en toda España».
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Arremetió contra Sánchez y afirmó que para el presidente del gobierno «proteger la democracia es que le voten los violadores, que le voten los golpistas, que le voten los ladrones, que le vote Txapote y que le vote Mohamed». Dijo que para su formación proteger la democracia es «defender los intereses del pueblo español en su conjunto, independientemente de donde vivan, cual sea su clase social, el color de su piel, su sexo o su orientación sexual».
Sobre la estimación de voto que publica hoy este diario, elaborado por GAD3 y que muestra que Vox podría perder sus dos diputados en el Congreso, indicó que «las encuesta que están teniendo en la calle es muy distinta de las predicciones manipuladas y muy distintas de los titulares malintencionados que leemos en todas partes».
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