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«Nunca la he humillado ni ofendido». Varias veces pronunció esta frase este martes durante el juicio en la Audiencia Provincial de Cáceres Daniel C., acusado de denigrar a Nerea Gibello, una mujer trans, por su identidad de género. Compañeros de trabajo entre febrero y ... abril 2022 en un restaurante de la ciudad, ella le denunció y él se sentó este jueves en el banquillo para enfrentarse a los 18 meses de cárcel que solicita para él la Fiscalía Provincial. La defensa del acusado pide por su parte la libre absolución del mismo al considerarle inocente.
«Siempre se la ha tratado con total naturalidad y respeto», ilustró el acusado para tratar de reflejar cómo era la relación entre él y Nerea en el contexto laboral. «Con nosotros se sentía querida y se sentía mujer», indicó rechazando una y otra vez cualquier trato denigrante. Al contrario, indicó que el equipo la ayudaba, que juntos llegaron a comprarle ropa y que él mismo llegó a doblar un turno para que ella acudiera a una charla sobre su realidad trans. También contó que llegó a tachar su nombre masculino del DNI que estaba en un cuadrante laboral para que se sintiera más cómoda. Pero, a su juicio, su compañera tenía otros problemas previos de tipo familiar y personal que arrastraba. Alegó también el acusado que en anterior trabajo de Nerea, en una pizzería, también había tenido problemas.
«Al principio su trato era distante», explicó Nerea Gibello para describir cómo era el día a día con su compañero en las cocinas de la tapería para las que trabajaban juntos y donde se conocieron. «Cuando cogió confianza su actitud se vuelve violenta y agresiva hacia mí y hacia mi situación trans, me apartaba de mi puesto de trabajo con un empujón, me acusaba de que no valía para el trabajo, que era un inútil, de esto ya pasó al insulto y al menosprecio como persona trans con frases como que porque lo diga Irene Montero las vacas no van a tener rabo». Nerea estaba en una fase previa a su operación de vaginoplastia y sintió esa frase «como un golpe» a su realidad. Esta actitud hizo que ella elevara una queja a sus jefes, lo cual, argumentó ayer, no cambió mucho su día a día, que le provocó una recaída en la ansiedad y depresión que había padecido.
Hubo, relata, una segunda fase en su relación con su compañero, en la que él combinaba momentos violentos con otros de excesiva amabilidad. Nerea «estalló» en un momento concreto en el trabajo y al escuchar que el acusado se dirigía a ella como 'mi niña' enfureció. Esa muletilla, 'mi niña' o 'mi niño' que forma parte del habla popular cacereña, centró una parte de las preguntas. Daniel C. indicó que él lo utiliza de manera «cariñosa» y con mucha gente.
El acusado indicó que él también se había sentido humillado por Nerea. Sucedió tras la comida de empresa, ya por la noche en un local de la Madrila en la que ella le tocó los genitales. La denunciante indicó que fue «una broma» que quiso gastarle en connivencia con otro compañero.
Los testigos, compañeros de trabajo y la dueña del negocio, negaron que el acusado humillara a Nerea por su realidad trans y todos aseguraron que la trataba «como mujer» aunque hubo disparidad de versiones en cuanto a cómo era la relación laboral entre ambos. Una de las compañeras de trabajo sí señaló que a Daniel «no le gustaba Irene Montero» y que él solo tenía problemas en el trabajo con Nerea.
Las declaraciones del equipo de trabajo que coincidió en el restaurante durante esta etapas discreparon en cuanto a cómo era la actitud de Nerea o incluso sobre el trabajo o las tareas que tenía asignado cada uno.
Los forenses desgranaron el informe psiquiátrico elaborado durante el proceso y declararon que «el padecimiento que tuvo fue un trastorno adaptativo o un episodio depresivo que puede deberse a diversas circunstancias exteriores estresantes» que «al menos en parte pudo estar provocada por una supuesta conducta vejatoria sin que pueda descartarse otro tipo de factores».
El juicio quedó ayer visto para sentencia y Nerea Gibello tienen otra brecha abierta paralizada hasta que se resuelva este proceso. Cogió una baja laboral para llevarse a cabo su operación de cambio de sexo pero, indica, fue despedida.
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