¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
Javier Ponce de León y Miguel Borrello son jugadores patológicos en rehabilitación. ARMANDO MÉNDEZ
Asociación cacereña de jugadores de azar en rehabilitación

«La adicción al juego te convierte en un mentiroso compulsivo»

La asociación Acajer ayuda en Cáceres a personas con ludopatías a salir de un problema agravado actualmente por las apuestas on-line

Cristina Núñez

Cáceres

Viernes, 15 de diciembre 2023, 07:34

«Jugar me ha gustado jugar siempre, yo vivía en Madrid, un día fui a un casino y me volví un asiduo». Así empieza el ... relato de Javier Ponce de León Martín, jugador de azar en rehabilitación. Ese fue el inicio de su relación con el juego, una historia que le generó deudas y muchos problemas personales y económicos. No pone cifra al dinero que gastó jugando, pero ese «muchísimo, demasiado» y su expresión cuando pronuncia estas palabras, no dejan lugar a dudas. Lleva 16 años sin apostar y, asegura «sigue aprendiendo».

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Tocó fondo cuando su mujer le puso las maletas en la puerta y le echó de casa. Fue el momento en el que regresó a Cáceres, en donde buscó ayuda y la encontró en Acajer, la Asociación Cacereña de Jugadores de Azar en Rehabilitación, de la que actualmente es secretario. El pasado sábado se celebró en la Biblioteca Pública de Cáceres la reunión 'Avanzamos', en la que se desarrolló una jornada de prevención y sensibilización de la ludopatía con familiares, usuarios y profesionales. En la provincia de Cáceres hay una treintena de personas tratándose de esta patología. Acajer proporciona desde hace cerca de dos décadas apoyo para tratar esta adicción sin sustancias que se manifiesta de formas muy diferentes en cada persona.

La tipología de la adicción al juego ha cambiado por completo desde la irrupción de las nuevas tecnologías. «Mi perfil ya cuando entré era atípico, porque la mayoría de mis compañeros eran de tragaperras y yo era de cartas, lo que pasa es que el perfil del jugador cada vez ha ido a peor, cada vez son más jóvenes, es a través del juego on-line y los periodos de enganche se acortan muchísimo, antes era a partir de un año cuando se podía empezar a detectar que había un problema, ahora es en seis meses o incluso menos porque el juego on-line es 24/7, no es como un bar o un casino, que tienen hora de cierre», describe.

Peligro del anonimato

El anonimato que proporciona este medio, estar delante del móvil sin que nadie vea lo que se hace también es otro gran peligro para encadenarse a los juegos on-line. «Y otro de los peligros es que el dinero no se ve, no se palpa, son dígitos en una pantalla, tú ves la cifra pero no eres consciente, eso acelera los procesos de enganche». En Cáceres, señala, aún no se han encontrado a ningún menor en tratamiento, pero estos casos ya se están dando en otras provincias.

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«La Navidad hace más vulnerables a las personas con adicciones»

Javier Ponce de León y Miguel Borrello son jugadores patológicos en rehabilitación. ARMANDO MÉNDEZ

José de Sande Álvarez participó el pasado sábado en las jornadas de prevención de la ludopatía organizadas por Acajer en la Biblioteca Pública. Él es médico de familia en el equipo de conductas adictivas de Coria y lleva 15 años en la asociación. «La demanda ha cambiado y no solamente trabajamos con personas que tienen problemas con sustancias sino también con adicciones comportamentales: juegos de azar con apuestas y videojuegos», explica. Este doctor apunta que las personas que tienen problemas con el juego o con otras sustancias como el alcohol «en estas fechas son más vulnerables, tienen recaídas, están más expuestas a estímulos que les pueden hacer recaer, hay una presión social de ciertas conductas y es importante estar muy pendientes de ellos en estas fechas». En todo caso apunta que el juego de Lotería es menos adictivo que otros juegos. «Pero normalizarlo o vincularlo a otro tipo de cosas como las emociones les expone y hace que se comparen y que con más facilidad recaigan», apunta De Sande.

Junto a Javier está Miguel Borrello Contreras, que con 33 años representa otra generación de jugadores. Lleva tres años fuera de esa adicción después de sufrirla 14. «Empecé a jugar siendo muy joven, con una máquina que era un pinball y que daba premios en metálico, de ahí pasé a juntarme a nivel social con personas que jugábamos a máquinas tragaperras». Empezó a hacer su propia ruta de bares, en solitario y a meterse en una espiral. También se aficionó a los rascas de la ONCE. «Reconocí mi problema por primera vez con 18 años, pero no supe adoptar bien las medidas, me engañé, pensé que lo estaba controlando y seguí consumiendo el juego». Miguel desarrolló también la adicción a las compras compulsivas. «Cuando no me daba por una cosa me daba por otra, casi siempre compraba comida, cosas innecesarias, tenía la necesidad de gastar». Miguel no se entrampó, pero sí se quedaba sin dinero para hacer planes con sus amigos o familia. «Y tenía que mentir. En la ludopatía te acompaña la mentira, la correa es muy larga y te conviertes en un mentiroso compulsivo», describe.

Familia

El entorno es vital para detectar una adicción sin sustancia como es el juego. «Es la familia la que levanta la liebre», indica gráficamente Javier, que describe el proceso de tratamiento como «complejo». Acajer brinda una recepción por parte de un jugador en rehabilitación veterano, se hace una valoración médica y psicológica de manera individual y cuando los profesionales creen que es conveniente esas personas pasan a terapia de grupo, una terapia espejo «donde se habla de todo» y donde se busca que la persona «se vea reflejada». Pero, advierte Javier, «cada ludópata es un mundo». Acajer ofrece más información en la página web www.acajer.es y en el teléfono 666 68 69 88.

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