S.L.
Lunes, 22 de noviembre 2021, 07:14
Cuando se conocieron a través de internet, ella tenía 13 años y él 20. Ninguno mintió sobre su edad cuando empezaron a chatear en la red social Instagram.
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Él fue el primero en enviarle fotos de contenido sexual. Fotografías de él desnudo y de su pene. Empezaron a mantener conversaciones relacionadas con sexo y empezaron a enviarse vídeos porno, empezando a hacerlo por WhatsApp al tener menos problemas con las reproducciones de los vídeos. Él convenció a la niña y ella le envió también fotos de ella desnuda. Nunca quedaron para verse.
La relación terminó cuando el padre de la niña le cogió el teléfono móvil y vio las conversaciones entre los dos y las fotografías y vídeos que se mandaban. El padre denunció los hechos ante la Guardia Civil y, al investigar al joven, vieron que en el móvil tenía 20 archivos de imagen de carácter sexual de la menor.
Juzgado por la Audiencia Provincial de Cáceres, el acusado ha sido condenado a dos años y seis meses de prisión por un delito de elaboración de material pornográfico con menores de 16 años, y otros tres meses de prisión por exhibicionismo ante menores. Como medida de seguridad estará cinco años en libertad vigilada una vez salga de la cárcel y se le prohibe ejercer una profesión en la que esté en contacto con menores durante seis años.
Por otra parte, indemnizará a la menor con 3.000 euros. Con motivo de estos hechos, la víctima ha tenido que estar durante un año en tratamiento psicológico y todavía mantiene temor a salir a la calle como consecuencia de lo sucedido.
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