Jorge Sánchez Castañón, entre Toño Pérez y José Polo. HOY

La aseguradora de Atrio sería la dueña de las botellas si aparecen tras el robo

La compañía mediadora avanza un acuerdo con los propietarios del hotel y el seguro para que pasen de nuevo a ellos con un reembolso de la indemnización que recibieron en marzo

Viernes, 22 de julio 2022, 07:09

La detención de los presuntos autores del que la propia Policía Nacional califica como uno de los «robos más mediáticos» en años no pone fin ... a un caso en el que ahora las miradas están puestas en el botín. Son las famosas 45 botellas de la exclusiva colección de los propietarios del hotel Atrio de Cáceres.

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Nada ha trascendido sobre si han podido ser localizadas. O al menos si la investigación tiene alguna pista sólida sobre su destino. El responsable de la unidad de delitos económicos de la comisaría general de la Policía Judicial ha defendido que José Polo y Toño Pérez pueden «albergar la esperanza de que el vino aparezca». Sin embargo, esa buena noticia también lo sería para la compañía aseguradora, con la que los dueños de Atrio llegaron a un acuerdo en marzo que se saldó con el pago de una indemnización.

La mediación la llevó el corredor de seguros, Jorge Sánchez Castañón, que ayer avanzó a HOY que en las últimas 48 horas se ha trabajado en otro acuerdo: la disponibilidad de las botellas en caso de que la Policía las encuentre.

La versión que traslada a este periódico es que al haber acordado las dos partes «de forma satisfactoria» el pago de la indemización, «si el vino aparece ya es propiedad de la compañía de seguros». Pero ello no significará que no vuelva a sus manos originales. Aclara que desde que se conoció la detención de los presuntos autores se abrieron los contactos con la aseguradora y Atrio. Sánchez Castañón lleva las pólizas del hotel, Torre de Sande y el establecimiento que está previsto abrir en el casco histórico. «Son pólizas a medida», asegura. Pero, la duda es qué pasará si aparecen las botellas. O simplemente algunas.

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«La propiedad era de la aseguradora, pero hemos llegado a un acuerdo para que las botellas pasen a Atrio con el reembolso de la indemnización»

JORGE sÁNCHEZ cASTAÑÓN

Gerente de la correduría

«Si la aseguradora no hubiera querido negociar ahora, la propiedad era suya. Porque si las encuentran son suyas. Pero esta mañana -la del jueves- hemos cerrado el acuerdo para que pasen de nuevo a Atrio y la empresa del seguro recibiría un reembolso del dinero que pagó en la indemnización», reseña Sánchez Castañón. Hay que recordar que su labor mediadora permitió en marzo el pago de esa compensación del seguro por el robo, pero la cantidad no llegó a trascender. Ahora se ha estimado en 1.648.500 euros el valor de las botellas.

«Hay un valor unitario fijado para cada botella y se aplica en función el número de las que pudieran aparecer. Es un acuerdo privado entre las dos partes», concluye el gerente de la correduría de seguros Sánchez Castañón. Tiene «vínculos personales y familiares» con Toño Pérez y José Polo. La investigación no ha facilitado más datos, tampoco a ellos, afirma, del posible paradero de los vinos. Sobre la posibilidad de que las encuentren, zanja: «Tenemos esperanzas de que aparezcan algunas. Ahora bien, ¿las 45? Por lo que nos llega, lo vemos muy difícil».

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Los enólogos admiten que la calidad del vino se pierde, pero prima la exclusividad

las que se compara con los 'buenos vinos' no hace del todo honor a la verdad. Enólogos consultados por este diario y cuyos testimonios se recogieron en un reportaje publicado tras consumarse en octubre el robo de las botellas de Atrio, coincidían en que un vino con más de cien años de vida ya ha dejado atrás su mejor momento. Sin embargo, prima la exclusividad y el valor de sumar a lo auténtico precisamente su larga vida, de ahí que sea un tesoro para los coleccionistas.

«Con los vinos pasa como con los coches antiguos de colección. Alcanzan precios muy altos por ser exclusivos», relataba Emiliano Zamora en calidad de responsable de la Estación Enológica de Almendralejo.

Aparece el nombre de la famosa botella Chateau d'Yquem, del año 1806. En la carta de Atrio tenía un precio de 310.000 euros. Ahora el afán de la Policía es poder recuperarla, aunque su paradero no ha trascendido.

Carmen de Aguirre, directora de la Escuela Europea del Vino, contaba que hay botellas que están destinadas a no abrirse nunca. No están al cabo de los años en sus mejores condiciones para beber los caldos que contienen, «pero al final es historia guardada en su bodega», un tesoro de coleccionistas, en definitiva.

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