![El Ateneo de Cáceres se fundó en 1925. Una de sus funciones fue organizar la Fiesta de Reyes Magos, dando regalos a los niños de familias necesitadas.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/11/04/1_20231104082422-R5LfEcDQB9tZ44rdlPgJyeP-1200x840@Hoy.jpg)
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Cuenta Miguel Hurtado Urrutia que en el año 1911, el escritor cacereño Juan Luis Cordero le preguntó a su paisano el abogado Luis Grande Baudesson, que por qué no se animaban a hacer el Ateneo de Cáceres. El letrado, militante del partido conservador de Maura, ... que fue gobernador civil de Castellón de la Plana y de Córdoba, le respondió: «Nuestro pueblo es apático, indiferente; duerme y duerme de tal forma que los que no conocen su sueño le creen muerto. Pero no lo está. Sabiéndole llamar, siempre despierta. Y entonces, en ese momento, da señales de vida, como puede darlas el más culto, o el más laborioso, o el más patriota, o el más idealista... Pero después de la sacudida... ¡Vuelta a dormir!». Hurtado lo recuerda en el libro 'Historia del Ateneo de Cáceres' que acaba de publicar Esteban Cortijo.
No fue en 1911, pero sí en 1925. Ese es el año del nacimiento del Ateneo de Cáceres. «Duró hasta la llegada de la Guerra Civil –afirma Cortijo–. Reunía gente más o menos de izquierdas y más o menos de derechas. Que si ahora hablamos de que en España están las cosas complicadas con la política, hay que imaginar cómo no sería desde 1925 a 1936, era una situación mucho más difícil. En el Ateneo la gente se olvidaba del mundo mundial, y se ponía a hablar de literatura o de cualquier otra cosa. Eran librepensadores. En el de Cáceres había gente de derechas como Publio Hurtado, que fue su primer presidente, o León Leal; pero también estaba Antonio Canales, el alcalde socialista sacrificado en la Navidad de 1937».
Hurtado recuerda que se inauguró el 12 de octubre de 1925 y su sede era el número 30 de la calle Pintores. Nació con los objetivos de organizar conferencias, dar cursillos y la divulgación popular de la cultura, especialmente a la clase obrera y jóvenes que asistían a las clases nocturnas. También se dedicaba a la beneficencia, encargándose de la fiesta de los Reyes Magos en la que se repartían juguetes a niños de familias necesitadas.
En 1926 daban clases de idiomas, taquigrafía y mecanografía. También organizaron una biblioteca, con donaciones de libros por parte de los socios. En 1929 muere Publio Hurtado y le sustituye presidiendo el Ateneo Emilio Herreros. En 1930 la sede se traslada al Palacio de Monroy, la actual sede de la Cámara de Comercio de Cáceres. Luego vino la Guerra Civil y el Ateneo desapareció. El sueño duró décadas.
Hurtado recuerda que en 1990 hubo un intento de resucitarlo. Fue cuando un grupo de estudiantes de la Universidad de Extremadura, bajo la presidencia del poeta y magistrado Jesús María Gómez, fundaron la Asociación Cultural Ateneo de Cáceres. No duró mucho tiempo.
El auténtico renacer del Ateneo fue en el año 2000 de la mano del filósofo y escritor Esteban Cortijo (Cañamero, 1952). El origen fue el Centro de Estudios Mario Roso de Luna, que él puso en funcionamiento en Cáceres en 1994. Con una sede en una bocacalle de la Plaza Mayor, en este centro se impartieron cursos, se daban conferencias o se presentaban obras artísticas. Se hablaba de filosofía, historia, literatura, yoga, fotografía... Fue en aquella época el único sitio en donde se podía aprender Portugués.
Del conocido como 'El Roso' se pasó al Ateneo, pero después de un minucioso trabajo de mucha gente. «Los estatutos del Ateneo de Cáceres los copié del Ateneo de Madrid, adaptándolo a la situación actual», indica Esteban Cortijo, que fue su presidente desde su inauguración, el 9 de junio de 2000, hasta el año 2015, en el que le sustituyó en el cargo Javier Domínguez.
Ya son más de 23 años de esta nueva etapa del Ateneo, que tuvo su primera sede en la calle San Petersburgo, en Nuevo Cáceres, y desde el año 2014 está en la calle General Ezponda, en el Palacio de Camarena, sede del Colegio de Arquitectos. Cuando se vino al centro de la ciudad tenía alrededor de 450 socios.
En sus primeros 10 años, fueron cerca de 100 colectivos los que utilizaron su sede, sucediéndose las actividades como taller de teatro, literatura, filosofía, gastronomía, portugués, artes plásticas, historia, arqueología, música, astronomía, bailes de salón, viajes, técnicas de relajación... «Para mí –afirma Cortijo–, el Ateneo es como la Casa del Pueblo que había en la República. Está lleno de actividades toda la semana. Si tú quieres algo y no lo encuentras, buscas un grupo de gente y lo montas. El único requisito es hacerse socio, 9 euros al mes menos agosto que no se paga. Creo que el Ateneo es una institución que perdurará».
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