Toño Pérez y José Polo posan delante del edificio de la plaza de los Golfines tras adquirirlo en 2019. HOY

Atrio busca uso para el antiguo edificio de Carreteras de la plaza de los Golfines, en Cáceres

Una de las alternativas que hay sobre la mesa es hacer viviendas para alquilar y así dotar de fondos a la fundación

Domingo, 11 de febrero 2024

Se busca uso para un edificio de 1.800 metros cuadrados situado en pleno corazón monumental de Cáceres. La adquisición el pasado mes de diciembre ... por parte de José Polo y Toño Pérez, dueños del triestrellado restaurante Atrio, del edificio de la calle Clavellina al Obispado ha cambiado los planes que tenían para la antigua sede de la Unidad de Carreteras del Ministerio de Fomento, junto a Santa María.

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Pérez y Polo adquirieron este inmueble en subasta por 1,2 millones de euros en el año 2019. Tras barajar varios usos, finalmente decidieron que albergaría la sede de su fundación, que se presentó en público en diciembre de 2022.

Fue en esa presentación donde se detalló que el inmueble destinaría dos de sus cuatro plantas a albergar un auditorio abierto a actividades culturales de todo tipo. En las otras dos se instalaría una escuela de música como prolongación del proyecto de música creativa que Atrio lleva a cabo en siete colegios de la capital. Esta escuela funcionaría, además, como centro de alto rendimiento para estudiantes nacionales e internacionales.

Se había proyectado hacer un auditorio y abrir una escuela de música, que al final irán al edificio de Clavellina

«Queremos algo que sea bueno para la fundación, pero tenemos que verlo de manera pausada», admite José Polo

Ahora se prevé que todo ese contenido vaya a parar al edificio de Clavellina, que cuenta ya con un auditorio en la planta baja y tiene, además, dos plantas de sótano y otras cuatro alturas. En total, la superficie construida es de 3.400 metros cuadrados. Las obras más inmediatas irán dirigidas a ampliar el aforo del auditorio –pasará de las 250 butacas actuales a las 350 sillas– y a mejorar su acústica. También se prevé reformar los baños y los camerinos, situados en la primera planta.

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José Polo admite que, de momento, no hay nada definido para el edificio de la Ciudad Monumental. Tampoco hay prisa, agrega. «Tenemos que verlo de manera pausada. Queremos algo que sea bueno para la fundación», señala en referencia a buscar una fórmula que permita a la fundación dotarse de ingresos propios para llevar a cabo sus actividades.

En esta línea, una de las ideas que se ha puesto sobre la mesa es hacer apartamentos en el edificio destinados a alquiler convencional, no a uso turístico. Es una fórmula que ya aplican otras fundaciones, como la Valhondo Calaff, que cuenta con un parque de viviendas y locales para alquilar. «Esta es una de las opciones. Pero nos vamos a dar un tiempo hasta que hagamos algo», subraya Polo, mientras recuerda que también está muy presente la idea de dar al recinto un uso cultural.

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Desde que Atrio se hizo con la antigua sede de Carreteras ha planificado varios usos para estas instalaciones, un edificio que data de los años sesenta del siglo XX y que en 2016 el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica ya propuso destinarlo a viviendas o a uso hotelero para revitalizar el casco viejo. Pero esta propuesta, en aquel momento, era incompatible con el Plan General Municipal (PGM). En 2019, cuando Atrio se hizo con el inmueble, su uso estaba catalogado como institucional.

En un primer momento, se apuntó la idea de instalar un 'haman' (baños árabes) y un gimnasio en estas instalaciones para completar la oferta brindada por el hotel Atrio y Casa Paredes a sus clientes. Y, después, se barajó la opción de convertirlo en un centro de convenciones, donde se ofrecería además una cocina 'casual' a base de productos locales en sus instalaciones. Cinco años después, su uso sigue sin estar cerrado.

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Actuación de la pianista Elisabeth Leonskaja en el Gran Teatro, el viernes. JORGE REY

El festival que ha logrado colarse en los circuitos especializados

Cáceres ha acogido durante este fin de semana la segunda edición de 'Atrium Musicae', el festival de música clásica que quiere hacer de la ciudad todo un referente para los amantes de este género. Sus organizadores están muy contentos por la acogida brindada por el público y por el eco que se ha hecho de la cita la prensa especializada. Este año, además, la propuesta se ha colado en los circuitos de agencias de viajes especializadas. Es el caso, por ejemplo, de Fra Diavolo, empresa orientada a organizar visitas para melómanos. El programa del viaje a Cáceres incluía visitas culturales a Trujillo, Mérida y Plasencia, alojamiento en el Parador de Turismo de Cáceres, la asistencia a todos los conciertos del festival y un menú degustación con maridaje en el restaurante Atrio. El precio por persona rondaba los 2.000 euros, según la información que aparece en la web de la agencia.

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