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Reconozco que cuando Ana, la novia del fotógrafo Guinea, me pide algo no soy capaz de darle un 'no' por respuesta. Resulta que es una fanática de Audrey Hepburn, y se puso como loca cuando supo, por un reportaje de la compañera Natalia Reigadas, que ... la Fundación Caja Badajoz había creado el Centro de la Documentación y la Imagen de Extremadura, y tenía entre sus tesoros fotografías de la actriz en la finca Pascualete de Trujillo, propiedad de los condes de Romanones. «Las tengo que ver –me dijo Ana–. Haz lo que sea, pero tengo que verlas».
La verdad es que no tuve que hacer mucho. Supe que las fotos se las había dado la condesa Aline Griffith (1923–2017) a Matilde Muro, presidenta de la Unión de Bibliófilos Extremeños, y que Muro había donado sus fotografías a la Fundación CB. Hablé con la amiga Matilde, ella me puso en contacto con la eficiente Vanesa Cordero de la Fundación, y a las pocas horas ya tenía las deseadas imágenes.
Llamé a Ana y tardó unos minutos en llegar nerviosa a la Redacción. «Aquí las tienes», le dije señalando la pantalla del ordenador. Se sentó en mi mesa después de besar rápidamente a su novio, y empezó a ver las maravillosas fotografías en blanco y negro de la actriz en Pascualete, que se encuentra a diez kilómetros de Trujillo.
Fotos
–¡Si está con Mel Ferrer! –afirmó Ana mientras ampliaba una imagen de la actriz paseando con un hombre; al fondo de la imagen los condes en una calesa de caballos.
–¿Quién era Mel Ferrer? –Preguntó Guinea mientras limpiaba un objetivo con una especie de pera que echaba aire.
–Fue su primer marido. Era actor, director y productor. –Explicó Ana–. Se casaron creo que en 1954, cuando ella tenía 25 años y él 12 más que ella. Se conocieron cuando Audrey rodaba 'Vacaciones en Roma' con Gregory Peck. La prensa del corazón inventó un romance entre los protagonistas, pero con quien estaba Audrey era con Mel Ferrer que era amigo de Gregory Peck. ¿Se sabe de que año son las fotos?
–De 1965 –contesté.
–Concuerda –indicó la amiga–. Mel, que en realidad se llamaba Melchor, era hijo de un español, de un catalán. Hablaba bien nuestro idioma, igual que Audrey, que también sabía inglés, francés, holandés, italiano y alemán. El matrimonio había tenido en 1960 a su hijo Sean, que aparece en una foto. Les gustaba España, y en 1964 se compraron una vivienda en Marbella, donde también tenían una casa los condes de Romanones. Eran amigos y seguro que la condesa les invitó a pasar unos días en Extremadura.
–En las fotos Audrey aparece algo triste –apuntó Guinea.
–Pasaba por un mal momento –comentó su novia–. No profesional, ya tenía un Óscar a la Mejor Actriz por 'Vacaciones en Roma', y se había convertido en un icono del cine con 'Desayuno con diamantes', en donde canta 'Moon River', el tema que compuso Henry Mancini para ella. El músico decía que había escuchado 500 versiones de la canción, pero que nadie la cantaba como Audrey. En 1965 ella veía que su matrimonio naufragaba y quiso dedicarle más tiempo a Mel, con el que intentó tener un segundo hijo.
–La verdad es que en las fotos de Pascualete hay cierta complicidad entre ellos –dije–. Mel le hace fotos a ella, y Audrey también a él, le hace varias cuando Mel está en plena sesión fotográfica a la condesa.
–Por cierto, el marido tenía una buena cámara réflex –afirmó Guinea que estaba limpiando otro objetivo.
–En alguna foto a ella se le ve más delgada de lo habitual –añadió Ana–. La verdad es que nunca pasó de los 50 kilos, y eso que medía 1,70. Fumaba mucho, y tenía como costumbre que todas las noches tomaba chocolate y una copa de whisky o bourdon. Al final el matrimonio se deshizo en 1967. Ya divorciada, en 1968, a Audrey se le vio acompañada por el torero Antonio Ordóñez, el amigo de Hemingway, y también por Alfonso de Borbón, el primo del rey emérito, que se casó con Carmen Martínez-Bordiu, la nietísima de Franco. Al año Audrey se casó con un médico italiano, con el que tuvo otro hijo. Se divorció en los 80.
–¿Dejó de hacer películas muy pronto, no? –Le pregunté.
–Sí. Ella, que fue una avanzada en su tiempo en los derechos de la mujer, que cuando un enamorado le dice «Me perteneces» en 'Desayuno con diamantes', le responde «La gente no pertenece a nadie». Audrey, que también hizo una película contra la persecución a lesbianas, 'La calumnia', en 1961, dijo que lo más importante para ella era cuidar a sus hijos. Cuando ellos fueron mayores se dedicó a salvar a los niños del mundo, con Unicef. Murió en enero de 1993, con 63 años, y tres meses antes, desahuciada por el cáncer, estaba en Somalia ayudando a evitar que miles de niños murieran de hambre. «No hay nada más importante que un niño», aseguraba. Por cierto, Cari... –llamó la atención del novio, para seguir tras un largo silencio–. Creo que estoy embarazada.
Fue entonces cuando al fotógrafo casi se le cae al suelo el objetivo que estaba limpiando. Lo salvó in extremis. Lo dejó en una mesa, y con la ridícula pera en una mano se acercó a su novia para darle un abrazo.
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