El Ayuntamiento de Cáceres ampliará el parking del Madruelo por su alta ocupación

Montaña Batuecas ha tenido suerte. Acaba de aparcar y ha conseguido la última plaza que quedaba libre. Esta vecina de la calle Villalobos es usuaria habitual del estacionamiento, abierto por el Ayuntamiento el pasado mes de mayo, aunque los últimos retoques finalizaron en septiembre. Encontrar hueco, cuenta, no es fácil. A los vecinos de Tenerías, Villalobos y Caleros que suelen usar este recinto se suman durante los fines de semana y festivos los clientes de los apartamentos turísticos que hay en la zona, aunque la ocupación de estos alojamientos se ha visto muy mermada por la pandemia.

«Me ha venido muy bien que hayan abierto este parking. Muchas veces te pones a dar vueltas y no encuentras aparcamiento en la zona. Lo que ocurre es que el parking suele estar ocupado habitualmente», describe. «Si lo ampliaran sería perfecto», dice.

Este es, precisamente, el plan que tiene el Consistorio, según ha confirmado a este diario. La idea, dada la alta ocupación de la que goza el parking, es crear nuevos estacionamientos en la parcela. «Se está estudiando aumentar el número de plazas para aparcar porque queda espacio aún», admite el Consistorio. Las nuevas plazas de aparcamiento estarían situadas en la parte de atrás del edifico. Las actuales se ubican en uno de los laterales.

De momento, el Ayuntamiento no da más detalles sobre el número de plazas previstas y los plazos contemplados para su ejecución. Según aparece recogido en el 'nuevo' Plan Especial, en El Madruelo hay capacidad para crear hasta cien estacionamientos en total.

Domingo Pablos, vecino también de la calle Villalobos, llega al recinto minutos después que Montaña. Pero a él le toca darse la vuelta. No hay hueco para su coche. «Vengo mucho a este parking pero muy a menudo está ocupado. Si lo ampliaran sería extraordinario», comenta con la ventanilla de su vehículo a media altura.

La creación de este parking fue una petición lanzada desde la asociación de vecinos Ciudad Monumental después de que el Consistorio, a través de la Policía Local, incrementara la vigilancia en la calle Villalobos, donde está prohibido estacionar. «A mí me pusieron una multa de 200 euros por aparcar», se queja Montaña Batuecas.

La creación de aparcamientos disuasorios en las inmediaciones del casco viejo es una vieja asignatura pendiente de los gobiernos municipales para despejar de coches estacionados el recinto monumental y brindar, a su vez, una alternativa a los vecinos.

Otra asignatura pendiente del gobierno de Luis Salaya es decidir sobre el uso del edificio El Madruelo, que está precintado desde el año pasado debido a su mal estado. En el mes de septiembre de 2019 el regidor cacereño admitió que el inmueble es «irrecuperable» y planteó, por primera vez, la posibilidad de su derribo. «Está mucho peor de lo que parece», dijo.

Transcurrido el tiempo, el Ayuntamiento no ha tomado todavía ninguna decisión al respecto sobre el inmueble. «No hay novedad porque no es recuperable. No hay ninguna previsión», admite el Consistorio.

La asociación vecinal, en cambio, no está del todo de acuerdo con el Ayuntamiento y cree que una parte del edificio sí se puede usar. «Los técnicos municipales han manifestado que está para tirarlo pero nosotros, por otro lado, tenemos una información que dice que la mitad sí está para tirar pero que la otra mitad es aprovechable. Más allá de eso, seguimos teniendo la esperanza de que este edificio pueda tener un uso social, vecinal o mixto, buscando la rentabilidad del espacio. Volvemos a recordar que todo lo que se hace en el barrio es con fines turísticos y hacen falta espacios para los vecinos», apunta Juan Manuel Honrado, presidente del colectivo vecinal.

El Madruelo tuvo que ser desalojado por la Junta de Extremadura en el año 2013 por su mal estado cuando funcionaba como extensión del IES Virgen de Guadalupe. Tres años más tarde, en 2016, el inmueble volvió a ser propiedad del Consistorio. Durante la anterior legislatura el ejecutivo de Elena Nevado llegó a avanzar que existía un proyecto cultural y medioambiental para el edificio con una dotación de más de un millón de euros.