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Un mes. Es el plazo que da el Ayuntamiento a las personas que se instalaron este verano en un recinto propiedad municipal en la Ribera del Marco. Es el denominado Centro Social Okupado Autogestionado (CSOA) La Muela. El pasado mes de septiembre aseguraban no ... haber recibido ninguna comunicación oficial, pero la Junta de Gobierno local ya acordó ordenar en julio su «tapiado y precinto» a la vez que pidió un informe sobre esas dependencias.
El centro okupa se presentó como iniciativa de un grupo de personas que habían decidido rehabilitarlo ante el abandono del Consistorio. En la reunión del equipo de Gobierno en la que se trató el caso ya se apuntó la idea de llevarlo a la Fiscalía. Ahora se da respuesta a las alegaciones que presentó un particular en nombre de las personas instaladas en la nave. Sobre la base de los informes técnicos, las mismas se desestiman y se da un plazo máximo de un mes para que los interesados «procedan al inmediato desalojo» así como la «retirada de todos los enseres de su propiedad». El acuerdo debe ser aprobado en pleno y a partir de ahí comenzarán a correr los plazos.
De hecho, el Ayuntamiento advierte a los afectados de que si no se van de ese inmueble se producirá una ejecución subsidiaria, de tal forma que será la administración la que se encargue de todos los trámites a su costa. El asunto ya cuenta con los informes de los técnicos municipales de Patrimonio.
Los terrenos se ubican en las traseras de la Ribera, en la calle de la Juventud, cerca del Espacio para la Creación Joven. La notificación oficial se hizo el 3 de septiembre, y el particular que responde en nombre de las personas que se encuentran en esa propiedad municipal presentó alegaciones en apenas unos días, el 17 del mismo mes.
La Policía Local informó que, el pasado 18 de julio, una dotación pudo comprobar que terceras personas estaban utilizando la nave. Reseñaron que el contador de luz estaba deshabilitado y podía haber un enganche ilegal, por lo que recomendaron la asistencia de los electricistas del Ayuntamiento. Días después los agentes volvieron al centro okupa y reseñaron haber encontrado a «un grupo de amigos que han decidido utilizar este espacio que se encuentra abandonado para realizar actividades lúdicas y culturales».
La recuperación de oficio del inmueble ya está en marcha. De hecho, comenzó el 23 de agosto con una resolución de Alcaldía en una de las primeras decisiones que se tomaron tras la vuelta de vacaciones de Rafael Mateos.
Se da por hecho que la nave estaba ocupada «ilegalmente». La versión de quienes han pasado por allí en las última semanas es distinta. Así queda patente en las alegaciones presentadas, pero que se desestiman en la propuesta que deberá llevarse a pleno para su votación.
«Desde que el colectivo la Muela comenzó a utilizar el espacio (pues no nos consideramos poseedoras del mismo, sino utilitarias), han disminuido de forma notoria los incidentes, como así ha reconocido el propio Ayuntamiento», aclaran. También indican que han estado «limpiando y mejorando las zonas y las edificaciones y el espacio ha pasado de ser algo parecido a un basurero a ser un espacio de desarrollo persona y colectivo».
Han desbrozado la finca, han aportado enseres y han llevado allí una idea alternativa de «apoyo mutuo y solidaridad» frente a lo que aseguran es hoy Cáceres, «una ciudad acorralada con el proceso de turistificación y gentrificación». Defienden que en este tiempo «han pasado por La Muela unas 500 personas», a la vez que han recogido firmas de apoyo. Recuerdan igualmente que el inmueble «lleva en total abandono por parte de la administración municipal desde hace numerosos años».
Como curiosidad, entre las actividades abiertas y gratuitas organizadas en el centro okupa mencionan su apuesta por la mejora de la comunidad, la justicia social, el rechazo del fanatismo... Aluden a talleres de kokedama, de fotobordado, introducción a la albañilería, sesiones literarias o la organización de un encuentro de centros sociales y autogestión. «Nuestra intención es seguir haciendo de La Muela un lugar vivo, de participación comunitaria, abierto al barrio y a la ciudad», se despiden los gestores del centro okupa. El Ayuntamiento, no obstante, llevará a pleno su desalojo para recuperar su propiedad en el plazo de un mes.
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