Un intenso azul turquesa, que en la cultura árabe significa protección y que es una seña de identidad de la arquitectura del Magreb y de Oriente Medio predomina ya desde la fachada en el hammam 'Al Qázeres', un negocio que se reinicia con nuevos ... dueños y que pretende hacer borrón y cuenta nueva respecto a su anterior etapa. Estos baños árabes, que puso en marcha con el nombre de 'El Aljibe' un empresario cordobés hace 17 años, pasó después a las manos de un gestor local, que los compró.
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Ahora, los hermanos Miguel y Fernando Aguirre (49 y 44 años) quieren dar un impulso a este negocio, que trata contribuir a rescatar y conocer parte de la historia de la ciudad, ese periodo que se sitúa entre 1147 y 1229. «Estos baños recuerdan el pasado árabe de la ciudad, Cáceres es musulmán», indica Miguel, quiromasajista y encargado de la parte más técnica, de la atención más personalizada de este espacio, en el que trabajó durante dos años en su primera etapa.
El nuevo nombre del establecimiento alude a la denominación árabe de la ciudad, a su carácter amurallado. Los hammam o baños árabes están muy enraizados en los ritos de los países árabes, aunque su origen, según diversas fuentes, se sitúan en el Imperio Romano, con las termas. «En el Cáceres musulmán había baños públicos incluso de lujo, sitios de ocio en donde se lavaban», entra en detalles.
«Nos enteramos de que el antiguo dueño quería venderlo, pero nosotros ofrecimos alquilarlo y así hemos tirado para adelante», cuenta Fernando, conductor de taxis con don de gentes, que asume la parte más comercial.
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Los servicios están basados en un baño de una hora y media en total para disfrutar de un circuito en las tres piscinas, cada una de las cuales tiene distinta temperatura (caliente, templada y fría con 40, 33 y 18 grados respectivamente), a lo que se puede añadir un masaje de 15 o de 30 minutos. El número máximo de personas que pueden estar en cada turno es de ocho, para evitar la masificación, y es solo para adultos, porque la idea es que rezume la calma. «La idea es que la gente se relaje y se olvide de todo».
«Es un negocio turístico y con un encanto que se sale de lo común, es un sitio misterioso, mucha gente no se espera que esto lo haya en Cáceres», prosigue Miguel, el encargado de proporcionar con sus manos, a base de masaje, un rato de calma total. Dice que las novedades son abundantes: han cambiado el color, han adquirido nuevas camillas, han instalado un nuevo hilo musical, han hecho una limpieza profunda y le han dado a todo un toque especial de luz.
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El edificio que acoge estos baños tiene el sello de la arquitectura típica de la región. «El empresario de Córdoba que lo montó se pasó mucho tiempo buscando el sitio idóneo, era una casa antigua, con bóvedas».
La zona de Santiago, en donde se encuentran estos baños, está en pleno proceso de cambio de piel por la próxima apertura del hotel Palacio de Godoy, de Hilton, y los hermanos Aguirre consideran que también pueden ser una opción para los clientes de este espacio de cinco estrellas. «No sé si el hotel tiene spa, pero esto es algo muy diferente», apunta Miguel Aguirre. Por ahora, esta nueva etapa les está trayendo satisfacciones. «La gente sale muy contenta».
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Aunque el mayor reclamo de la ciudad, lo que todo el mundo tienen en mente cuando evoca Cáceres es el conjunto monumental integrado fundamentalmente por casas fuertes del siglo XV y XVI con predominio del estilo gótico y renacentista, hay un elemento esencial que define la parte antigua: su muralla almohade del siglo XII, que rodea el corazón de piedra de la ciudad.
Los musulmanes, procedentes del norte de África, llegaron a Cáceres en el año 1147 y Abd al-Mumin refundó la ciudad, como recuerda Juan Floriano Reviriego en su blog 'Todo sobre Cáceres', en donde apunta que no son pocos los vestigios que se conservan de la época almohade, entre ellos 11 torres, entre las que destacan la Torre de Bujaco y la Torre del Horno.
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Uno de los elementos clave de esta cultura es el aljibe del Museo de Cáceres, el aljibe hispanomusulmán mejor conservado de España y uno de los mejores del mundo, uno de los restos que ha pervivido de la alcazaba militar almohade. La casa museo árabe Yusuf Al Burch, con sede en una casa del siglo XII en la que se encontraron restos árabes y romanos y que se abrió en 1976 con la presencia del embajador de Irak es otro de los restos árabes.
Cuentan estos empresarios que desde el museo árabe llegan muchos clientes a los que se recomienda acudir a probar las sensaciones de las piscinas de distinta temperatura, la aromaterapia y los sonidos envolventes que proporciona este hammam. Una forma de completar un circuito en el que se rememora esa etapa del Cáceres almohade que marca también su identidad.
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