Los primeros meses del año la demanda de puestos de estudio se dispara en la Biblioteca Pública. JORGE REY

La Biblioteca Pública de Cáceres se queda sin espacio 14 años después de su reforma

El recinto cultural necesita añadir 1.000 metros cuadrados a su actual superficie de 4.300 para acoger más libros y zonas comunes

Cristina Núñez

Cáceres

Domingo, 23 de enero 2022, 20:53

Estudiar, leer el periódico, investigar, tomar un libro en préstamo o simplemente usar la red wi-fi. Muchos son los motivos que hacen que las bibliotecas sean una especie de segunda plaza mayor en cualquier localidad.

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En enero del año 2008 la Biblioteca Pública Rodríguez Moñino-María Brey reabría tras más de dos años de obras que obligaron al traslado temporal de sus servicios en la calle Alfonso IX, una ubicación en la que está instalada desde el año 1983. El cambio físico fue considerable. Se pasaba de un recinto desvencijado a otro moderno, funcional y con amplias cristaleras por donde se cuela la luz a raudales. 14 años después de esa inauguración esta biblioteca, uno de los lugares con más trasiego de la ciudad, se resiente de la falta de espacio tanto para acoger actividades y dar cabida a lectores o personas que usan la sala de estudio como para almacenar libros. Cuenta con más de 250.000 volúmenes incluyendo el material audiovisual, prensa y revistas

La falta de espacio ha hecho que los responsables de este recinto hayan solicitado el uso de una zona anexa que pertenece al antiguo Hospital Provincial pero que no está en el propio inmueble. La petición viene de tiempo atrás, pero ahora, cuando se ha licitado el pliego del concurso para el plan director que determine los usos de este espacio, es cuando se han conocido los detalles que justifican esta demanda y que pueden consultarse en el anexo que forma parte de la documentación de este proceso.

Lo que se solicita es un espacio fuera del propio recinto hospitalario que permitiría una ampliación hacia atrás de 1.000 metros cuadrados que se sumarían a los 4.300 actuales. Además de esta parte se solicita una superficie de 70-80 metros cuadrados para espacio libre exterior. Las dos zonas que cuentan con unas mayores dimensiones son el área de préstamo, con 540 metros cuadrados y el área de depósito, que tiene 526.

La necesidad de espacio extra se deja ver sobre todo en estos primeros meses del año, en los que los exámenes universitarios hacen necesario que se habiliten más puestos de estudio en zonas que no están habilitadas a tal efecto. Se trata de la zona de Vicente Paredes, que se abre las mañanas en día de diario y las tardes del fin de semana.

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La afluencia de visitantes a la Biblioteca Pública se cifra en aproximadamente 300.00 personas en periodos normales. En 2019 un total de 311.000 personas utilizaron los distintos servicios de este recinto público. Durante la pandemia esta cifra se ha visto considerablemente mermada. En 2020 fueron 132.000 los usuarios que acudieron a este espacio, que permaneció cerrado entre los meses de marzo y junio y que después abrió con muchas restricciones. El año pasado la cifra de visitantes se recuperó y rozó los 173.000 visitantes.

La falta de espacio para almacenar libros afecta tanto a las colecciones de libre acceso como las de depósito cerrado, lo que hace que la colección histórica esté hacinada o que se vean obligados «a acomodar determinados ejemplares de forma inadecuada». Según la estimación que ha hecho la dirección de este centro, se requeriría doblar los estantes de ambas colecciones, que pasarían de los 4.947 metros lineales actuales a los 9.800 que se estiman necesarios.

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Fondo patrimonial

Según puede leerse en el documento del plan director la Biblioteca Pública conserva un fondo patrimonial «compuesto por incunables, manuscritos, folletos, publicaciones seriadas y otros documentos raros y curiosos desde el siglo XV hasta la actualidad». Explica que la colección procede en su origen de los fondos reunidos en las sucesivas desamortizaciones eclesiásticas del siglo XIX, por lo que se convierte en la receptora de los fondos de conventos y monasterios tan destacados como el de Santa María de Guadalupe, San Francisco el Grande, San Benito de Alcántara y otras instituciones religiosas de la provincia. Además de este origen una buena parte de las donaciones proceden de colecciones privadas de Vicente Paredes, Gabriel y Galán y Rodríguez Moñino, entre otros. La biblioteca guarda un total de 21.840 volúmenes anteriores a 1958, que es la fecha que establece el límite por el cual un libro puede catalogarse como antiguo. En el año 2017 se presentaron una colección de nueve obras de entre los siglos XV y XIX restauradas por Patrimonio Nacional.

Antes de llegar a su actual ubicación hace casi cuarenta años la biblioteca había estado ubicada en el Palacio de la Isla junto con el archivo histórico provincial. Fue en 1953 cuando se trasladó del antiguo instituto El Brocense a este espacio histórico de la plaza de la Concepción.

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