Casarse tras unos pocos años de noviazgo, jóvenes y aún sin hijos, como una forma de establecer un compromiso para toda la vida ya ... no parece ser el guion inamovible de las parejas cacereñas. A diferencia de lo que sucedía hace unas décadas ya no está penalizado socialmente convivir en unión libre y tener hijos fuera del matrimonio no supone un estigma sino una situación habitual. No hay prisa para casarse y la estadística lo refleja. El divorcio y las segundas nupcias también aportan elementos de análisis para comprender lo que se ve en la calle, que ya no es raro ver salir de los juzgados o el Ayuntamiento a novios con canas o 'novias-señora' a las que sus propios hijos lanzan el arroz.
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En la provincia de Cáceres el número de personas que se casan superados los 40 años se ha cuadruplicado en las dos últimas décadas. Según los datos que aporta el INE en 2003 fueron 189 personas que contrajeron matrimonio con 40 o más años. En 2023, el dato más reciente que brinda este organismo estadístico, fueron 799, un número ligeramente inferior al de 2022, con 805. Se trata de una línea ascendente que solo tuvo un bajón durante los años de la pandemia, cuando la supresión de la vida social hizo que se anularan muchas bodas. Un total de 2.225 personas contrajeron matrimonio en 2023, de las cuales un 36% corresponden a hombres y mujeres que tienen o superan 40 años. Analizando más, el mayor porcentaje de esa horquilla corresponde, un 21%, al lustro entre 40 y 45 años. El siguiente tramo, el de 46 a 50 años, supone un 8,8% y el de 51 a 59 años, un 9,31%. Pese a todo ello la porción más grande de los que contraen matrimonio se la llevan los hombres y mujeres de edades entre los 30 y los 34 años, seguidos de los que tienen entre 35 y 39.
Teniendo en cuenta que en Cáceres la edad media de las mujeres para tener su primer hijo es de casi 32 años parece claro que la intención de procrear no es el principal motivo que empuja a legalizar una relación, al menos en un principio. En casi 50 años la edad para contraer matrimonio en España ha crecido en más de 10 años. En 2023 la edad media para el primer matrimonio en ambos sexos fue de 35,89 años, mientras que en 1976 esa media es de 25,38 años.
La pareja cacereña formada por María Lumbreras y Raúl Pérez contrajeron matrimonio en los Juzgados de Cáceres el 18 de junio de 2021, con 41 y 42 años y dos hijos de 5 y 7 años en ese momento. El motivo fue la compra de un piso y la hipoteca. «Tuvimos que hacer papeleos varios y nos dimos cuenta de que era mejor estar casados», explica. Son una pareja de larga duración, porque llevan juntos desde los 18. «Vivíamos juntos, tuvimos a nuestros hijos, pero nunca nos lo habíamos planteado, pero vas al banco y te lo recomiendan, tienes una hipoteca, si falta uno por lo menos tienes la pensión del otro», explica María. Hicieron el trámite sin muchas alharacas y vestidos de calle. «Hicimos todo el papeleo, nos dieron la cita, fuimos con mis padres y firmamos». Cuenta entre risas que se les echó la hora de las cañas encima y que se fueron a tomárselas al bar La Chamba de la avenida Virgen de la Montaña de Cáceres. «Nos tomamos el aperitivo y para casa, fue un trámite burocrático sin más». Un tiempo después la pareja se fue de viaje a Cádiz una semana. Esa fue su luna de miel.
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Pero casarse 'a cierta edad' no siempre implica privarse de fiesta. Oriana Pop y José Hernández, que contrajeron matrimonio el pasado 25 de mayo, (con 40 y 45 años, dos hijos de 12 y 6 y una relación que empezó 17 años atrás), sí quisieron celebrarlo. «Fue una boda íntima, con la gente más querida», señalan ambos. Al trámite legal, en el Palacio de la Isla, casados por el concejal Ángel Orgaz siguió otra ceremonia más informal y una comida campestre con un concierto en directo con el que sus allegados bailaron durante horas. ¿Por qué se casaron? Ellos ya habían adquirido vivienda algunos años antes, así que no fue el motivo fundamental. Señalan como argumento de peso que las familias de ambos nunca habían estado juntas (ella procede de Rumanía), y que les apetecía que los niños pudieran presenciar el 'sí quiero' de sus padres delante de toda la gente querida. «No fue una boda convencional», zanjan. ¿Supuso un chute de romanticismo contraer matrimonio? «Nosotros no lo vivimos como un extra de amor porque ya somos así, todas las cosas que hicimos ese día ya las hacíamos», explican. Eso sí, tienen muy claro que repetirían. «Volveríamos a hacerlo».
Antonio Muriel y Sandra Bejarano
También recuerdan el de su boda como un día para enmarcar Sandra Bejarano y Antonio Muriel. Llevaban casi dos décadas de relación, y dos hijos en común de 14 y 17 años cuando decidieron legalizar la situación. Se casaron con 47 y 50 años en la intimidad y en agosto lo celebraron en un espacio familiar en Trujillo, donde residen. «Cuando te quieres, al final quieres formalizarlo y que estén presentes los niños y la familia», explica. Su objetivo fue «juntar a todos» y consiguieron que fueran personas a las que hacía muchos años que no venían. «Fue una alegría, y ese fue el motivo por el que lo hicimos, porque siempre nos juntamos para cosas malas y qué mejor que una celebración de dos personas que se llevan queriendo mucho tiempo y al final han dado el paso de formalizar, las caras de mis hijos no tienen precio, no cualquiera puede decir que sus hijos ven casarse a sus padres después de tanto tiempo».
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