Inmaculada Corcho, en el interior del Museo de ABC de Dibujo e Ilustración. :: óscar del pozo

La cacereña que custodia la colección gráfica de ABC

Inmaculada Corcho Gómez ·

Estudió Historia del Arte en la UEx, ha trabajado para Turespaña y fue responsable de las colecciones de la Fundación ICO | Dirige el museo de dibujo e ilustración que el periódico decano tiene en Madrid

Viernes, 26 de octubre 2018, 08:07

Inmaculada Corcho Gómez (Cáceres, 1968) nació en la calle Barrio Nuevo. Fue alumna del colegio Paideuterion y del instituto Norba Caesarina. Después se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura, donde se licenció en Historia del Arte. Aunque inició una carrera dedicada a la investigación, nunca terminó su tesis doctoral porque, según cuenta, un museo se cruzó en el camino y lo cambió todo. Fue el Museo Regional de Évora. Después llegó Turespaña (Instituto de Turismo de España), donde se adentró en el turismo cultural. En 1996 desembarcó en la Fundación ICO (Instituto de Crédito Oficial), donde se hizo cargo del área de arte.

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Hace once años, Inmaculada Corcho aceptó un reto que llegó de la mano del diario ABC, del grupo Vocento: poner en marcha en el centro de Madrid el Museo ABC de dibujo e ilustración, con más de 150.000 obras originales. El proyecto la cautivó. «Hasta entonces no existía un museo dedicado a la ilustración en España», subraya.

Hoy, viernes, la Fundación Mercedes Calles inaugura la exposición titulada 'Historietas del tebeo. 1917-1977'. La muestra está organizada y producida por el Museo ABC y cuenta con la colaboración de la obra social de La Caixa. Comisariada por Antoni Guiral, ofrece un recorrido por los personajes que han marcado una época, como Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape o Superlópez.

«Voy mucho a Cáceres; aunque el tren nos lo ponga difícil siempre nos queda la A5 con los atascos»

Afincada en la capital de España, Inmaculada regresa a Cáceres con frecuencia porque aquí, apunta, está toda su familia. Su experiencia de intercambio en Portugal, evoca, fue determinante para su carrera. «Recién salida de la universidad surgió la oportunidad de ir a Évora. Eran los primeros años en los que se hacían proyectos transfronterizos. Fue para mí un momento muy decisivo. Fue el periodo en el que decidí que realmente lo que me interesaba era el mundo de los museos, el mundo de las colecciones. Era un mundo que no conocía porque en la facultad no habíamos tenido formación en este terreno».

Allí, entre otras tareas, se encargó de elaborar la primera base de datos de la colección de grabados del museo de Évora. De vuelta a España, puso rumbo a Madrid para perfeccionar su formación. Hizo un máster en museografía y técnicas expositivas del Centro Superior de Arquitectura.

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Tras un breve paso por Turespaña, en 1996 comenzó a trabajar para la Fundación ICO, donde estuvo durante once años. «Me encargué de poner en orden las colecciones y de coordinar las exposiciones que se organizaban allí». Hasta que en 2007 su rumbo cambió. «Desde el periódico ABC me propusieron empezar el proyecto del museo. A mí me pareció una oportunidad muy bonita poder ponerlo en marcha desde cero», recuerda al otro lado del teléfono. «Afortunada o desafortunadamente siempre me ha tocado poner en marcha cosas. Los inicios de todo son periodos muy bonitos», comenta.

Inmaculada Corcho está al frente de un museo muy particular. «Sirve para hospedar la colección de dibujos del diario ABC. Esta colección comenzó siendo un archivo (una parte del archivo gráfico del periódico) en 1891 con la revista 'Blanco y Negro'. Todavía no se había fundado ABC. Fue la primera revista ilustrada de España. El archivo se crea, principalmente, con dibujos, hasta que después comenzó a entrar la fotografía. Pero nosotros en el museo no nos hacemos cargo de la fotografía, que sigue siendo parte del archivo gráfico de la redacción. Nuestra colección contiene 150.000 obras originales desde finales del siglo XIX hasta la actualidad», relata la directora.

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La Fundación Mercedes Calles inaugura hoy una exposición organizada por el Museo ABC

Hasta la existencia de este museo, apunta, no había en España un espacio dedicado a la ilustración. «La ilustración ha sido como la hermana pobre de las Bellas Artes, pero tiene un montón de seguidores porque nuestra cultura es muy visual», reivindica la cacereña.

El Museo ABC se encuentra entre la Plaza de España y el barrio de Argüelles, junto al centro cultural Conde Duque. Suele albergar tres exposiciones de forma simultánea. «Para mí este museo es como un hijo. Te quita bastante energía», admite. En estos momentos, los visitantes pueden descubrir en su interior el trabajo de Lorenzo Goñi, uno de los ilustradores más destacados de la segunda mitad del siglo XX. Publicó cerca de 2.000 dibujos en las páginas de ABC y 'Blanco y Negro'. Uno de los aspectos más destacados de su trayectoria fue su vinculación con el Nobel de Literatura Camilo José Cela, ya que fue el encargado de ilustrar sus textos.

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Tebeos en Cáceres

El Museo ABC está detrás de la exposición que hoy se inaugura en la Fundación Mercedes Calles, a las 20.30 horas. La muestra está confeccionada con fondos externos procedentes de coleccionistas privados. Tras pasar por Madrid, Granada y La Coruña, recala en la Ciudad Monumental hasta el 6 de enero. «Es una exposición que toca mucho la fibra sensible. Muchos mayores van a poder ver las historietas con las que han crecido. En el entorno rural los tebeos eran la única literatura que leían porque eran la única que tenían accesible», explica la cacereña. «El tebeo ha sido un catecismo laico para muchos españoles», añade.

Inmaculada Corcho mantiene contacto permanente con su ciudad natal. «Voy muchísimo, cada dos o tres fines de semanas porque toda mi familia y la de mi marido vive allí. Estoy al tanto de todo lo que pasa. Aunque el tren nos lo ponga difícil, siempre nos queda la A5 con los atascos», dice entre risas.

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En capitales de provincias como Cáceres, apunta, echa en falta un compromiso constante con la divulgación de la cultura para que salga de los circuitos habituales. Contar con un centro de arte contemporáneo como el Helga de Alvear, opina, «es todo un lujo para la ciudad; me parece una apuesta brutal», confiesa. «Creo que habría que mejorar y actualizar otras instituciones culturales. No es tanto cuestión de recursos económicos, que también, sino de implicación de todas las partes que estén al tanto de esas instituciones», concluye la cacereña que custodia la colección gráfica de ABC.

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