Cáceres da la bienvenida a un Womad que ya llena las calles

«Womad tiene tantas cosas que se tendría que extender de lunes a domingo», propuso ayer en tono de humor Dania Dévora, la directora de Womad, durante la inauguración oficial de esta cita, que ya llena las calles de la ciudad. La animación ayer era total, con una Plaza llena hasta la mitad hacia las nueve de la noche, un aforo muy respetable para ser un jueves inaugural. A esa hora, la gente seguía bajando.

Con un presupuesto de 460.000 euros, esta 28ª edición finaliza su contrato por cuatro años y Womad tendrá que renegociar las condiciones para la próxima edición con el Consorcio Gran Teatro. No parece, por ahora, que su estado de salud esté resentido, sino, como apuntaba Dévora, cada vez son más las actividades que se suman a una fiesta que amplía su concepto y abraza innumerables causas sociales y cultura más allá de la música. Ayer todo era fiesta en el Gran Teatro, en donde los representantes de las instituciones que lo respaldan (Junta de Extremadura, Ayuntamiento de Cáceres y Diputación) abrazaron con albricias este inicio de festival. Chris Smith, el director internacional de este evento sugirió que Womad debería llamarse el festival del respeto, la tolerancia y la comprensión.

Cuatro conciertos abrieron ayer brecha en la Plaza Mayor y fueron muchos los que se acercaron a paladear los primeros acordes de la oleada de música que se extenderá hasta el próximo sábado. El domingo se exhibirán los trabajos hechos en los talleres infantiles. Eran poco más de las ocho de la tarde cuando el grupo de folk EnVerea inauguraba Womad 2019. Uno de sus integrantes, Toni García, hablaba en la presentación del concierto, en el escenario principal de la Plaza Mayor, de la emoción que le producía estar allí, arriba, cuando tantos años había estado abajo como espectador. Igual de emocionado estaba Miguel Caldito, que junto a Combo Utopía difundió su mestizaje entre rumba, rock, reggae, ska y flamenco, un concierto que arrancó con retraso por problemas técnicos. Completaron en aperitivo Quentin Gas & Los Zíngaros y los franceses Vadou Game.

Ampliar

No faltó uno de los elementos unidos indisolublemente a esa cita: el botellón. Desde antes de que arrancaran los conciertos empezaban a verse los grupos de jóvenes bolsa en ristre hacia la Plaza Mayor, en donde se establecieron los primeros controles para evitar el acceso con envases que no fueran de plástico. La iniciativa de los vasos reutilizables, expendidos por los bares de la Plaza como una medida para reducir los residuos parecía estar teniendo una buena acogida ayer. Los bares vendían distintos formatos con los anagramas de sus distintos negocios por el precio de un euro. La organización también puso a la venta recipientes serigrafiados con el logotipo del Womad.

La jornada del jueves es como una entrada lenta en el mar. Es hoy, y sobre todo mañana, cuando las actividades se multiplican y se entra en la vorágine de los tres escenarios funcionando de forma simultánea, además de todas las actividades paralelas, que incluyen cine en la Filmoteca (desde ayer hasta el próximo sábado se exhibe un ciclo de cine africano), la exposición 'Cielo sobre cielo', del fotógrafo Lorenzo Lumeras en el espacio Los Siete Jardines y 'Mundo de Palabras', un encuentro con la literatura que arrancó ayer en varios centros de mayores de la ciudad para demostrar que Womad no solo es cosa de jóvenes.