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Este sábado ha costado contener las lágrimas en el interior de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Cáceres, situada en el barrio de Moctezuma. ... El templo se ha llenado para brindar un emotivo homenaje y dar una sentida despedida Florentino Escribano Ruiz, Tino, párroco durante las últimas cuatro décadas en este templo. Con los 70 ya cumplidos (nació en 1952), hace dos años dio un paso a un lado y se convirtió en párroco adscrito. Entregó el testigo a Ángel Martín Chapinal, que se convirtió desde entonces en el párroco titular.
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Pero hasta ahora había seguido en Cáceres, cerca de sus feligreses. El mes que viene hará las maletas y dejará la ciudad para poner rumbo a Pedrosa del Príncipe, el municipio burgalés del que es originario y donde quiere compartir el tiempo con sus ocho hermanos.
Tino se llevará guardado el calor que este sábado le ha mostrado su «comunidad». Visiblemente emocionado, ha oficiado una misa en la que han participado otros cuatro sacerdotes: Martín Chapinal, Francisco Neila, Isaac Macarro y Francisco Delgado. La iglesia se ha llenado para la ocasión de personas de todas las edades. Había parejas a las que conoció siendo niños, a las que casó y a las que ha visto convertirse en padres y ha bautizado a sus hijos. «Os he conocido con chupete y ahora he bautizado a vuestros hijos», ha admitido.
«No quería ningún homenaje, ni ninguna despedida porque sabía que lo iba a pasar mal», ha señalado durante su intervención. Ha explicado que padece apnea del sueño, un trastorno que no le permite descansar de manera adecuada («Mi cabeza no funciona», ha reconocido) y que se marcha a Burgos con su gran familia. Todos sus hermanos, con edades comprendidas entre los 80 y los 90 años, son mayores que él. También se ha referido a su pérdida de peso (18 kilos) y ha lanzado un mensaje tranquilizador. «La salud va bien; son las emociones», ha añadido en referencia al resultado de las pruebas médicas a las que ha sido sometido.
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Escribano ha insistido en el valor de la comunidad y ha dado las gracias a sus feligreses. «Me lo habéis puesto, iba a decir a huevo, pero mejor voy a decir en bandeja», ha bromeado. La ceremonia, que ha sido muy participativa, se ha prolongado durante más de una hora. Al inicio, se han repasado los orígenes de la parroquia, que echó a andar en unos barracones situados en la parcela que ocupa en la actualidad del centro de salud San Jorge durante el curso 19836/1984. El templo actual se inauguró en 1988. «Tino ha sido el motor principal de la parroquia», se ha señalado durante una de las intervenciones. Tras la eucaristía, se ha celebrado una comida en los salones parroquiales, seguida de actuaciones musicales.
Tino ha estado al frente de una parroquia diferente, donde la participación popular ha sido uno de sus grandes ejes. Su acogida brindada a la población inmigrante hizo que se convirtiera en todo un referente para los extranjeros que llegaban hasta Cáceres. «Hasta el subdelegado del Gobierno venía a tomar café con nosotros», ha recordado el sacerdote. En 2010 rompió moldes y se convirtió en el primer cura de Cáceres que bautizó a la hija de una pareja de lesbianas.
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También ha impartido clases de Pedagogía y Didáctica de la Religión en la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Extremadura y tenía su propio programa semanal en Antena Cáceres, 'Atina con Tino'. Algunos le conocían como 'el cura moderno' o 'el cura rojo'.
«Si se entiende por moderno ser abierto, emprendedor y aquel que innova y tiene gancho para ver el futuro más que el pasado, sí me siento identificado. Y sobre lo del cura rojo, pues no sé en qué sentido lo dirán (risas). Pero si es por la denuncia social que hago y porque digo las cosas que me parece que hay que decir con toda contundencia, pues también me parece bien. A mí me da igual que me pongan rojo o verde porque hay otros que me ponen verde por considerarme rojo. Y otros me dicen que no parezco cura. Y a mí eso me parece genial porque ese cura que tienen en la cabeza, que suele ser una imagen de cura rancia y anticuada, no tiene nada que ver conmigo. Yo nunca he querido ser ese tipo de cura», declaraba en una entrevista publicada por HOY en 2012.
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«Ahora te toca migrar. Pero aquí tienes tu casa y tu comunidad», ha dicho a modo de cierre este sábado Ángel Martín Chapinal. Al término de la celebración, se ha formado una larga cola entre los asistentes para despedirse personalmente del cura que revolucionó la Iglesia en el barrio de Moctezuma.
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