Jesús Domínguez Cuesta, presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres y de la Federación Extremeña de Donantes de Sangre, lo dice de una manera rotunda: «Para nosotros el Cefot es una verdadera mina. Venimos dos o tres veces al año y la ... colaboración es extraordinaria. Los donantes son gente altruista, joven, sana y la organización por parte de la gente del Cefot es perfecta. No se puede pedir más».
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La última vez que ha ido la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres al Centro de Formación de Tropa (Cefot) número 1 de Cáceres, ha sido la semana pasada. Estuvieron tomando sangre de los donantes del martes 21 al jueves 23, de cinco de la tarde a nueve de la noche. Se presentaron casi 400 alumnos, pudiendo donar sangre 240 jóvenes. Muchos de los rechazados lo fueron por estar resfriados o tomar alguna medicación incompatible con la donación. Se presentaron de forma totalmente voluntaria y han donado en su tiempo de ocio.
«Cada uno de estos jóvenes –señala Jesús Domínguez– ha donado una bolsa de 450 centímetros cúbicos, que sirve para hacer tres transfusiones, por lo que cada uno va a salvar tres vidas. La donación es muy importante».
Actualmente en el Cefot están los 1.204 alumnos que ingresaron el pasado 6 de noviembre. Una vez que juren la Bandera en enero ya serán soldados, que después de dos meses más de formación en Cáceres pasarán a los destinos que ellos han elegido en distintos puntos de España.
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El presidente de la Federación Extremeña de Donantes de Sangre, destaca que muchos de estos jóvenes donan sangre por primera vez en el Cefot, pero luego siguen donando en los lugares en los que han sido destinados.
Ya son alrededor de diez años los que la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres acude al Cefot a pedir ayuda.
Domínguez Cuesta señala que en la actualidad hay necesidad de sangre. Se ha hecho un llamamiento urgente a la donación, ya que se necesita sangre de todos los grupos con RH negativo. Hace falta para intervenciones quirúrgicas, partos, tratamientos oncológicos...
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Pueden donar sangre las personas que tienen entre 18 y 70 años, que pesen más de 50 kilos y se encuentren bien de salud.
Las mujeres pueden donar sangre un máximo de tres veces al año y los hombres un máximo de cuatro. Entre donación y donación tiene que pasar un mínimo de dos meses.
Tanto para la seguridad del donante como del receptor, antes de la donación se hace una entrevista médica y se mira la presión arterial del donante y el nivel de hemoglobina.
«Donar sangre es una garantía de que se está bien de salud –recalca Domínguez–. Es como un seguro de vida, porque se detecta enfermedades como la hepatitis, o cualquier virus. Es como hacerse un chequeo».
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No solamente acude la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres al Centro de Formación de Tropa (Cefot) número 1 de Cáceres, también lo hace ADMO, la Asociación para la Donación de Médula Ósea de Extremadura.
Cada año hay dos ciclos formativos en el Cefot, con más de un millar de jóvenes en cada ciclo que están cuatro meses formándose en Cáceres. En cada ciclo ADMO da una charla sobre el trasplante de médula ósea, indicando que es la única curación posible para muchas personas que padecen enfermedades como leucemias o linfomas. En la última charla 180 alumnos se hicieron donantes de médula ósea, seleccionando a 60 de ellos.
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Para ser donante hay que tener entre 18 y 40 años y pesar más de 50 kilos.
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