![El centro penitenciario de Cáceres recurre a médicos privados por falta de personal](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202207/05/media/cortadas/CARCEL-RmZOkzF1Jafgzzp7paGhw3J-1248x770@Hoy.jpg)
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La falta de médicos penitenciarios deja en manos de la sanidad privada la atención en la prisión de Cáceres, una de las cinco cárceles españolas que han licitado concursos este año y el pasado para poder dar esta asistencia sanitaria a sus reclusos. En el ... centro cacereño son 468 actualmente, la mayor parte hombres. Solo hay 32 mujeres.
La medida, que se implantó el año pasado en Cáceres, no tiene visos de solucionarse a corto plazo, tal y como señala el director de la cárcel, Nahum Álvarez, por lo que es previsible que esta vía, la de la sanidad privada, sea la única para solventar esta carencia o poner un parche. «Esperemos que esto no sea permanente, pero la realidad es que se sacan plazas para médicos penitenciarios pero no se cubren, no se presentan, supuestamente porque no es muy atractivo», indica el responsable de la prisión.
«El año pasado se convocaron más de 30 plazas a nivel nacional y se presentaron cuatro o cinco médicos que no son suficientes». Las oposiciones se convocan para toda España. Pese a que la ley 16/2003 establece que las comunidades autónomas debían hacerse cargo en un plazo de 18 meses de las transferencias sanitarias de prisiones, 19 años después la mayoría no han asumido estas competencias, apunta el sindicato Acaip UGT.
La prisión de Cáceres contaba con cinco facultativos antes de 2019, que fue el momento en el que Álvarez tomó posesión de su plaza como director. Una médica interina renunció a su plaza y se han dado varias jubilaciones que no se han cubierto, lo cual ha obligado a recurrir a estas contrataciones. «No nos queda otra opción». Los dos contratos que actualmente están vigentes permiten que haya dos sanitarios que cubren el turno de mañana y el turno de tarde y urgencias durante el fin de semana. Eso sobre el papel, aunque en realidad «no tienen una jornada como tal sino la prestación de servicio, tanto de urgencias como de consultas médicas». «Hay días que están más horas y días que están menos». Se firmó un contrato inicial que duró tres meses, el actual, que estará vigente hasta el mes de agosto, al que seguirá una nueva firma.
Álvarez señala que lo que sí ha aumentado han sido los enfermeros. «Ahora mismo tenemos cinco y se va a incorporar una nueva, por lo que sí se están cubriendo las plazas». En este caso no es un servicio que esté externalizado como el de los médicos, sino que estos sanitarios son de plantilla. Otra consecuencia de la falta de médicos en la prisión tiene que ver con la asistencia policial que se dedica a los traslados de presos al hospital cuando es necesario. El sindicato policial Jupol había alertado del exceso de estos servicios, que lastraba la presencia policial en las calles. Según Lorenzo Simón, secretario provincial de Jupol, actualmente este problema se ha reducido, algo que puede ser achacable a la contratación de médicos.
Según Nahum Álvarez el traslado a los hospitales lo determina en un momento dado el propio médico. «El número de los traslados está ligado en muchos casos al volumen de población reclusa que tengamos en un momento dado, si no hay médicos y tienen que atender los enfermeros la opción de derivarles a los hospitales se daría en mayor número».
La idea, según Nahum, «es que se les pueda atender aquí y no derivarlos, pero siempre que se requiera la atención a especialistas van a ir siempre al hospital, ya que estos no vienen a la prisión». Los únicos especialistas que atienden por telemedicina o en el propio centro son los psiquiatras, pero el resto requieren ser trasladados.
Dos habitaciones en el Hospital San Pedro de Alcántara están habilitadas para acoger a los presos que necesitan ser hospitalizados en Cáceres, mientras que el Universitario cuenta con cuatro unidades de custodia hospitalaria.
Instituciones Penitenciarias ha publicado una instrucción en la que se recomienda a los centros penitenciarios que se tire de la telemedicina. La idea, señala Nahum Álvarez, es que médicos de instituciones penitenciarias asesoren a los servicios sanitarios de los centros de ese recurso. Es decir, se trata de una consulta que no se produce directamente entre recluso y médico, sino que está mediada por los sanitarios que están en el terreno, y que pueden ser enfermeros.
Por ahora, indica este funcionario, en Cáceres no se ha adoptado esta solución. «Como tenemos cubierto el servicio no lo estamos utilizando, pero hay centros penitenciarios que no tienen toda la plantilla cubierta y los déficit que tengan los pueden cubrir así, o los fines de semana».
Presencialidad
El sindicato Acaip UGT apunta a que establecer este sistema «es desconocer la realidad de los centros penitenciarios». Según un reciente comunicado emitido por esta organización, señalan, que hay numerosos ejemplos de la vida en una prisión «que requieren la pertinente emisión de informes médicos que deben basarse en la exploración del paciente y que es imposible a través de medios telemáticos». Su postura es que se puede incurrir «en un problema médico-legal si la administración pretende que otros profesionales sanitarios asuman decisiones que son competencia exclusiva de los facultativos ya que el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades son competencia exclusiva el médico, no estando otros profesionales capacitados para decidir qué situaciones son de urgencia vital o precisan ser trasladados al hospital para exploraciones complementarias.
Este sindicato considera que la solución del problema «pasa por un compromiso por parte de la administración penitenciaria y de las propias comunidades autónomas de no dejar caer el sistema sanitario penitenciario. No es solo una cuestión de atención médica, se trata de la más elemental asistencia y de no establecer una doble pena a quienes se encuentran privados de libertad, sin obviar la grave alteración y los problemas de seguridad que genera en los centros penitenciarios la falta de atención sanitaria», apuntan en una nota.
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