Hacia las dos de la tarde en la zona de acampada de Extremúsika se mezclaban los que bajaban la cremallera de la tienda con cara de sueño, los que, gel en ristre y toalla en cuello hacían cola para la ducha portátil y los ... que trasteaban ya en improvisadas cocinas para poner en marcha un guisote para todo el grupo de amigos. Este era el caso de Juan Navarro, chef oficial de una cuadrilla llegada de la localidad pacense de Higuera la Real. «Veremos a ver si comemos», desconfiaban algunos de los compañeros que esperaban su ración. «Estoy bajo mínimos, es que ayer…», decía Juan sin terminar la frase dando a entender que la noche de festival había sido dura, probablemente muy divertida. El menú para estos jóvenes era 'choriganzos', es decir, garbanzos con chorizo elaborados en una olla y sobre camping gas. Además de por la comida este grupo viene a Extremúsika atendiendo al reclamo del rock. «Llevamos viniendo desde que se hizo en Mérida en 2009», detallaban, y luego retomamos aquí en 2018. «Lo que más nos gusta es Ska-P y para hoy, La pegatina».
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No muy lejos de allí un grupo de emeritenses, madrileños y gallegos («somos un grupo remezclado») apuraban algunas latas sentados en torno a una mesa de camping. «Ha llovido un poco pero esa no es la preocupación, la preocupación es pasárnoslo bien y disfrutar», contaban a varias voces. Entre sus grupos favoritos, la M.O.D.A. «Vinimos el año pasado y como lo pasamos tan bien hemos decidido volver». El tema comida era todavía un poco una incógnita y miembros de este grupo se planteaban si ir a la ciudad para poder comer mejor.
Acampar es una de las experiencias paralelas más disfrutables de grandes festivales como Extremúsika, y, aunque el camping acoge fundamentalmente a personas que llegan de otras ciudades, también hay cacereños, como Andrea, que duermen en tienda de campaña. «Pero tengo colchón hinchable», precisaba después de echar un partidillo de 'voley playa' en el Recinto Ferial.
A la aventura «con muy poco preparado» llegan de la provincia de Cádiz Rodrigo Zatarai y su amigo Rubén Pereira, ya cuarentones. «Es la segunda vez que venimos, en España hay muchos festivales pero están todos muy masificados, pero aquí hay la gente justa y de la edad adecuada, muy buen rollo». Otra de las cosas que le gusta a Rodrigo de Extremúsika son las fechas. «Es como a última hora, cuando ya ha pasado todo y apetece». Eskorzo es su 'hit' en este Extremúsika.
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