El cierre de Lizarrán en el Ruta de la Plata de Cáceres deja en la calle a 12 trabajadores

El propio Gómez explica a HOY que la marcha de Lizarrán del centro comercial no ha sido por voluntad propia. El contrato de alquiler, con una duración de diez años, vencía. Y el Ruta de la Plata, que pertenece desde el pasado mes de mayo al empresario valenciano Felipe Peraire, ha decidido no renovar el acuerdo. En su lugar, el local será ocupado por Inditex, el gigante textil de Amancio Ortega. En concreto, este espacio se destinará a ampliar la tienda Stradivarius que hay justo al lado. Las obras de reforma ya han comenzado.

El gerente de Lizarrán en Cáceres, según ha contado a este diario, no se esperaba esta decisión por parte del centro comercial. Y, de hecho, ya tenía listo un proyecto para reformar el local del restaurante, de 150 metros cuadrados, de acuerdo a la nueva imagen de la marca. Pero el pasado mes de febrero, fecha en la que se disponía a iniciar las obras, se encontró con la negativa del Ruta de la Plata debido a que el alquiler no iba a ser renovado.

«Teníamos unas ventas importantísimas. Era un negocio muy rentable», admite Gómez. Considera que con el cierre de Lizarrán la superficie comercial ve mermada su oferta de hostelería. «Nosotros dábamos un servicio que ahora nadie más da», presume.

Responsable de establecimientos franquiciados en la capital como Granier, Sana Locura y Sibuya, el empresario mantiene en el centro comercial otros dos negocios de hostelería: el establecimiento de bocadillos Pans & Company y Casa García, una marca comercial que hace un guiño a los bares de toda la vida. Descarta abrir un nuevo Lizarrán en el centro comercial al no haber, señala, locales disponibles que se ajusten a sus necesidades.

Así las cosas, tras el cierre del pasado 30 de junio, la oferta de hostelería del Ruta de la Plata está compuesta por Burger King, el restaurante Vips, la heladería Hand's, la cafetería Harry y los dos establecimientos ya mencionados: Pans&Company y Casa García.

Lizarrán, franquicia inspirada en una taberna de pinchos, llegó a la gran superficie del polígono de Cabezarrubia hace ahora diez años. Y ocupó una parte del local que había dejado libre otra firma de referencia para la hostelería cacereña: el restaurante El Puchero. Este establecimiento cerró sus puertas en enero de 2014 después de dos décadas en funcionamiento en este enclave. En este caso, la decisión estuvo motivada por una falta de acuerdo en la negociación del alquiler y afectó a cerca de una veintena de trabajadores.

Por su parte, Lizarrán sigue presente en Cáceres con el otro establecimiento de la marca que Jorge Antonio Gómez regenta en la calle Obispo Ciriaco Benavente. Hay que recordar que este negocio estaba inicialmente ubicado en la intersección de la calle Pintores con Moret. Los desprendimientos de la fachada del edificio anexo obligó al Ayuntamiento a acordonar el inmueble. Este cordón de seguridad impidió al establecimiento de hostelería instalar su terraza en la calle. Al dilatarse el arreglo del inmueble dañado, Lizarrán decidió cambiar de zona, ya que la terraza era una fuente importante de ingresos.