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J. J. GONZÁLEZ
CÁCERES.
Domingo, 11 de marzo 2018, 08:59
Trabajar en el corazón de la ciudad monumental puede que sea todo un privilegio, por el valor arquitectónico e histórico del entorno. Si embargo, tal privilegio se viene abajo cuando se comprueba la enorme desventaja de esta zona desde el punto de vista de las conexiones a internet, algo tan esencial hoy día que hace que esta carencia puede ser un freno para la dinamización del recinto intramuros y el asentamiento de negocios, despachos profesionales e incluso nuevos vecinos. Sin fibra óptica, no hay la fluidez necesaria y requerida para muchos trabajos y en esta parte antigua de la ciudad no existe.
«Para nosotros es esencial la banda ancha y la fibra óptica y con tres megas es muy difícil trabajar», se lamenta Ginés Rubio, ecónomo (administrador) de la Diócesis de Coria-Cáceres. Él y otra veintena de personas trabaja en un lugar tan privilegiado como la Plaza de Santa María, concretamente en el Palacio Episcopal, pero las tareas que realizan se tienen que conformar con una ADSL de apenas tres megas. «Es que el nodo de la ciudad monumental no da para más de tres megas», explica Rubio, quien, como otras personas que viven o que trabajan y regentan negocios en la zona, reclama el derecho a poder contratar y disponer de conexión a internet por fibra óptica, como pueden hacer los ciudadanos del resto de Cáceres.
«Hemos intentado contratar con varias operadoras, pero ninguna dispone de fibra aquí», afirma y añade que las empresas no le dan demasiadas explicaciones sobre la imposibilidad de llegar a la ciudad monumental: «Nos dicen que el cableado debe ir soterrado y ningún operador tiene fibra aquí».
En este sentido, el presidente de la asociación de vecinos de la ciudad monumental, Juan Manuel Honrado, afirma que a las operadoras no les interesa económicamente dar este servicio en una zona de baja densidad y donde, además, el coste es mayor al obligar el Ayuntamiento a que el cableado vaya soterrado y no de forma área o por fachadas. La ciudad monumental tiene censados 348 residentes. «La fibra no llega porque las operadoras la instalan donde hay densidad demográfica y aquí no les interesa», dice y recuerda que la legislación obliga a que las empresas y a las administraciones públicas colaboren para garantizar el despliegue de las redes de comunicaciones. Se trata de la Ley de Telecomunicaciones de 2014, en la que se recoge «el derecho» de los operadores a «ocupar la propiedad pública y privada para realizar el despliegue de redes públicas de comunicaciones electrónicas». En su opinión, los vecinos, instituciones y negocios de la ciudad monumental tienen derecho a disponer de la máxima velocidad y capacidad en las comunicaciones por internet: «Queremos tener la misma cobertura que el resto de la ciudad y eso es posible. Ahora es un problema burocrático entre el Ayuntamiento y las empresas operadoras».
Sobre esta carencia en la conexión a internet, desde el Gobierno municipal se indica que son los distintos operadores de comunicaciones «los que tienen que prestar este servicio a sus clientes». Respecto de los requisitos que deben cumplir las empresas dentro del recinto intramuros, el Gobierno municipal indica que, en efecto, para instalar la fibra óptica hay que cumplir, básicamente, tres obligaciones: «deben solicitar la licencia urbanística; el cableado debe ir soterrado, en ningún caso de manera aérea, y se debe contar con un seguimiento arqueológico». Desde el Ayuntamiento se reconoce que son condiciones especiales porque el recinto intramuros es Patrimonio de la Humanidad: «es lo que genera este tipo de requisitos».
El presidente de la asociación vecinal afirma que la falta de fibra óptica ha obligado incluso a algunos profesionales a desistir de instalarse en la zona: «Hay gente que se ha tenido que ir porque no puede trabajar sin la conexión adecuada», se lamenta Honrado.
Juan Enrique Pérez es uno de los empresarios que tiene negocios en la zona, en concreto un apartamento turístico. Está en la calle Godoy, junto a la Plaza de San Santiago, y allí no puede disponer de fibra óptica, lo que considera un perjuicio para su negocio al no poder ofrecer una conexión de internet adecuada a sus clientes: «Que estemos así en una ciudad como Cáceres me parece un anacronismo, no sé por qué no ponen la fibra».
Él mismo sufre las consecuencias de una conexión débil en su propia casa porque vive también en la zona donde tiene el apartamento turístico, que pertenece a la Casa Pintada. «En mi casa se queda a veces parada la película en televisión porque no llega bien Internet», explica.
Troy Nahumko, canadiense, es profesor y escritor y otro de los vecino de la ciudad monumental que sufre las consecuencias de la lentitud en las conexiones. «Si quieren que la gente se quede en la ciudad monumental deben hacer posible que estemos en el siglo XXI», ironiza y se pregunta por qué el no puede disponer de fibra óptica «cuando vivo a 50 metros de la Diputación, que sí tiene fibra». Además resalta que lleva más de diez años peleando con su empresa operadora porque tiene contratados 10 megas cuando en realidad sólo puede ofrecer 6, con lo que estima que debería tener al menos una rebaja del 40 por ciento.
En la ciudad monumental hay también importantes establecimientos hoteleros, como el Parador de Turismo, cuyo director, José Menguiano, reconoce la necesidad de contar con fibra óptica: «Llevo dos años reclamando la fibra, desde que soy director», dice y reconoce que por las consultas que ha hecho, cree que la llegada del cableado al recinto intramuros «está cerca» y señala que en concreto se está instalando ya en calles aledañas. «La última vez que lo he solicitado a Telefónica ha sido hace un mes». Mientras, el Parador de Turismo dispone de conexión a internet mediante un servicio contratado con una empresa que ofrece conexión aérea, sin cables, mediante repetidores que tiene instalados en la avenida Virgen de la Montaña y la Sierrilla. Se trata de la firma 'Ciudad Sin Cables Telecom', con sede en Ciudad Real y Mérida. Odín Mayoral, su coordinador del departamento técnico, explica a este periódico que la empresa trabaja desde 2013 al margen de la llegada de la fibra óptica a las ciudad. Precisamente, su servicio es ofrecer conexión inalámbrica, como el propio nombre de la empresa indica, con velocidad que oscilan entre los 5 y los 25 megas. Una tarifa habitual ronda los 20 euros y entre los clientes hay gente que vive en el campo. También en la ciudad de Cáceres demandan sus servicios estudiantes que quieren tener internet sólo durante el curso: «Nosotros no atamos a nadie ni con los cables ni con permanencias», afirma.
En la ciudad monumental hay relevantes dotaciones culturales como la Fundación Mercedes Calles, cuyo director, Luis Acha, lamenta que no haya todavía posibilidad de contratar fibra óptica: «es una pena y necesitamos estar como el resto del mundo comunicado», afirma y señala que a pesar de su insistencia ante las operadoras, «argumentan que la llegada a la ciudad monumental no entra en sus planes. Hemos protestado en todos los sitios y no nos hacen caso».
En su opinión, si es necesario dar vida al recinto histórico para que se instalen empresas «hay que estar en el siglo XXI y no en el XV, que para eso ya están las torres». El centro cultural de la fundación dispone de internet, con tan sólo tres megas de capacidad. Cuando ha tenido que hacer alguna conexión para programas de radio, por ejemplo, ha tenido que poner provisionalmente un cable con más capacidad.
El problema no lo sufren los organismos oficiales y así la sede de la Diputación provincial, en la Plaza de Santa María, dispone de lo que se denomina fibra óptica corporativa, que no se puede instalar en hogares o despachos particulares. Según explica a HOY la diputada de Tecnologías de la Información, Ana Garrido, forma parte de un contrato global con Telefónica para todos los servicios digitales que presta la administración provincial.
La reivindicación ha llegado a la esfera política y motivó la iniciativa del grupo municipal socialista. El PSOE pide al Ayuntamiento que haga «las gestiones necesarias para la instalación de la fibra óptica en la ciudad monumental y entorno de Santiago, como medida de dinamización profesional y comercial».
El portavoz del grupo socialista, Luis Salaya, explica que profesionales, autónomos y comercios «se encuentran con la barrera de no disponer de fibra óptica, algo tan básico en estos días y que para las empresas resulta fundamental. Para el empresario que quiere establecerse resulta un hándicap a la hora de decidirse por esta zona». La comisión municipal de Fomento decidió, ante la propuesta socialista, pedir los informes técnicos necesarios de forma previa a las gestiones con las empresas operadoras de telecomunicaciones.
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