Esclavas en un barrio normal
Análisis ·
Nos horrorizamos con películas sobre la esclavitud de hace siglos, pero eso mismo puede pasar al lado de nuestra casa en CáceresAnálisis ·
Nos horrorizamos con películas sobre la esclavitud de hace siglos, pero eso mismo puede pasar al lado de nuestra casa en CáceresCuando nos horrorizamos leyendo libros o viendo películas que tratan de la esclavitud nos parece una cosa de hace siglos y nunca nos paramos a pensar que eso mismo o algo muy parecido puede estar ocurriendo en el piso de al lado. Nuevo Cáceres es ... una barriada popular normal, nada conflictiva, de una capital de provincia tranquila dentro de uno de los países más desarrollados del mundo tanto desde el punto de vista económico como en el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la Policía Nacional liberó (es la palabra) la semana pasada en ese barrio a seis mujeres colombianas que eran obligadas a prostituirse en dos viviendas. Una organización criminal las había captado en su país, las había trasladado a España con el cebo de un trabajo y, una vez aquí, indefensas y sin la menor red de apoyo, les había comunicado que debían saldar una deuda de 3.000 euros, que además se iba incrementando por el alojamiento y la manutención. ¿La manera de hacerlo? Forzándolas a prostituirse en un piso cacereño donde controlaban todos sus movimientos con cámaras y aplicaciones de geolocalización en el teléfono móvil.
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Este modo de proceder, que tantas veces hemos visto en las noticias, garantiza una total sumisión de las mujeres a sus explotadores y es, en todo el sentido de la palabra, una forma de esclavitud. No sabemos cuántos casos más como este habrá en Cáceres, si bien la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura calcula que, solo en la capital, existen al menos una veintena de pisos donde se ejerce la prostitución. Las organizaciones locales que ayudan a las víctimas de trata advierten además de que ese traslado cada vez mayor de los clubes de siempre a viviendas privadas dificulta enormemente la lucha contra la explotación sexual, y más aún en una ciudad como Cáceres donde no existe la prostitución callejera, que es la más visible La actividad se oculta a los ojos de la sociedad y parece que no existe. Cuando sospechan que puede haber problemas porque los vecinos empiezan a quejarse, se trasladan o otro piso y vuelta a empezar.
La mayor red de explotación sexual detectada en la ciudad ha sido desmantelada en un grupo de bloques residencial de gran tamaño donde es más fácil pasar inadvertido. Algunos vecinos han dicho que hace ya algunos meses empezaron a sospechar lo que ocurría en esos dos pisos por el continuo trasiego de hombres a cualquier hora del día y de la noche. Con las víctimas demasiado asustadas para denunciar, ese tipo de indicios y la colaboración ciudadana son lo único que puede ayudar a acabar con esta prostitución ejercida mediante coacciones y en régimen de esclavitud, que aunque nos parezca mentira, y como hemos visto en Cáceres, puede ocurrir también al lado de nuestra casa.
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