Agentes de la Policía Local de Cáceres patrullan por el centro de la ciudad en una imagen de archivo. HOY
Opinión

Un revulsivo en la Policía Local

Análisis ·

Un servicio esencial para Cáceres como este no puede seguir en permanente precariedad y sin un liderazgo sólido

Claudio Mateos

Cáceres

Domingo, 3 de noviembre 2024, 08:15

«Faltan transmisores, la sede policial no cumple la normativa de accesibilidad, la galería de tiro carece de las condiciones técnicas necesarias y de seguridad y la organización del cuerpo provoca desajustes en el día a día». Así comenzaba la información publicada esta semana ... en HOY por Manu Núñez sobre las condiciones en las que trabaja la Policía Local de Cáceres. Hay otras carencias, como la falta de homologación de los test que impide realizar controles de drogas, o carencias tan básicas como los dispositivos que usan los agentes para comunicarse entre ellos, que son insuficientes. La lista es larga.

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La Policía Local es uno de los servicios esenciales que prestan los ayuntamientos, y mientras siga siendo su responsabilidad, debería ser prioritario para cualquier gobierno municipal garantizar un buen funcionamiento. Se sabe que no es fácil, y es cierto que algunos de los problemas de Cáceres se repiten también en otros municipios extremeños, donde tanto los medios materiales como los agentes disponibles para trabajar en la calle escasean por múltiples motivos, que no son solo la falta de cobertura de las plantillas.

Una de las principales quejas internas en el caso de la capital cacereña es la mala organización, derivada de que desde hace demasiados años no existe en el cuerpo un liderazgo sólido. En la actualidad ejerce la jefatura, no un superintendente o u intendente, sino el oficial de mayor rango, Benedicto Cacho, un inspector que ya desde el principio tuvo que encarar situaciones como el robo de su pistola reglamentaria en la jefatura a plena luz del día en febrero de 2018, que se ha enfrentado al Ayuntamiento en los tribunales por unas retribuciones salariales no reconocidas, y cuya ausencia últimamente en actos relevantes para la ciudad se ha interpretado como una muestra de distanciamiento y desmotivación, aunque él las justifica por una baja médica y su reciente paternidad.

El liderazgo en la Policía Local se ha ido diluyendo en los últimos tiempos y ahora mismo es precario, lo cual supone un problema a todos los niveles al que el gobierno municipal pretende dar solución convocando por fin la plaza de intendente, vacante desde hace años. Sin duda se requiere un perfil que disponga de la suficiente autoridad, tanto para ejecutar los cambios internos que se requieren en favor de la eficacia del servicio como para exigir al gobierno de turno que disponga los medios necesarios para llevarlo a cabo, retribuciones incluidas. Cáceres lo tuvo en la figura del fallecido César García, que dirigió el cuerpo durante nada menos que 27 años hasta su jubilación en 2009. Será difícil encontrar a otro César García, pero es un clamor que la Policía Local de Cáceres necesita un revulsivo.

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