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Ester García entrega un paquete de Amazon, una operación que repite 15 veces al día. jorge rey

El comercio tradicional de Cáceres se alía con Amazon

Cada vez hay más tiendas de barrio que funcionan como puntos de entrega y recogida de empresas de reparto

Domingo, 29 de enero 2023, 08:00

Comprar unas zapatillas deportivas por internet y recibirlas en una joyería. Pedir por la página web de Zara unos vaqueros e irlos a buscar a un estanco. O pasarse por el quiosco de toda la vida para recoger la última adquisición hecha en Amazon. ... Cada vez más tiendas de barrio funcionan como puntos de entrega y recogida de empresas de reparto. Es un fenómeno global asociado a la escalada del comercio electrónico que también se nota en Cáceres.

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Valgan como ejemplo los datos facilitados por la empresa de mensajería UPS. En estos momentos, cuenta con más de 40 puntos de recogida en toda la provincia de Cáceres, una cifra que se ha multiplicado por cuatro desde 2019. «En España nuestra red se compone de más de 3.500 puntos, como quioscos o pequeñas tiendas de barrio, situados en zonas estratégicas y con horario de apertura amplios para que los clientes puedan recoger sus compras o incluso realizar devoluciones a la hora que mejor se adapte a sus preferencias, incluso por la tarde o en fin de semana», explican desde del departamento de comunicación. «La red se encuentra en continua expansión con colaboraciones como la Asociación de Estancos de España o Fenamix (Federación Nacional de Receptores Mixtos)», agregan.

Ainhoa de la Osa vende joyas en la calle Paneras y también entrega y recoge paquetes. jorge rey

Al hacer un pedido en Amazon, el gigante del comercio electrónico, desde el centro de Cáceres da la opción de recogerlo hasta en 20 puntos diferentes de la ciudad. Hay una copistería, una gasolinera, una tienda de informática y, sobre todo, estancos. En esta relación también aparecen los propios puntos de entrega de autoservicio (que la compañía denomina 'hub locker'), como el instalado en el parking de la avenida Clara Campoamor.

Los negocios cobran entre 30 y 50 céntimos por cada paquete y buscan incrementar el tráfico de clientes

Los logotipos de las empresas de reparto han comenzado a formar parte del paisaje urbano y ya se pueden ver con frecuencia en los escaparates de los establecimientos. En el cristal del estanco de la céntrica calle Pintores hay cinco pegatinas diferentes. Entre cajetilla y cajetilla de tabaco, María Jarillo, su propietaria, entrega paquetes. «Después de la pandemia y en plena pandemia la gente empezó a comprar por internet. Entonces, era una manera de tener mayor afluencia de tráfico de gente en el estanco. Este era mi principal objetivo. Y, además, te deja un beneficio económico y no tienes que hacer inversión. Pero lo fundamental es que te posiciona en el mapa», resuelve Jarillo tras el mostrador del establecimiento en plena hora punta.

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No hay una tarifa fija para los locales asociados. El beneficio que se obtiene por cada paquete oscila entre los 30 y los 50 céntimos. Depende de la compañía de la que se trate y, en ocasiones, del peso del bulto. Hay tiendas que destinan el dinero que consiguen por esta vía a pagar la luz.

En la calle Paneras está el establecimiento que Ainhoa de la Osa regenta junto a su madre. Se llama Las perlas de Ana. Venden artículos de joyería. Y desde hace un año custodian, además, compras que los cacereños hacen en portales como AliExpress o Shein. «Como nosotras también enviamos paquetes con productos de nuestra tienda, vimos que era una buena opción para ayudar al ciudadano a tener un punto en el que pueda disponer de más de tres días para recoger su pedido. Hoy en día casi nunca estamos en casa y aquí pueden venir a buscar su compra cuando quieran», argumenta.

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Aumento de ventas

Los establecimientos consultados admiten que desde que se han convertido en puntos de recogida han visto incrementar sus ventas. «Tenemos clientes que, través de los paquetes, se han fidelizado a nuestra tienda. En Navidad, cuando venían a recoger o a entregar una devolución, aprovechaban para llevarse de aquí los regalos de Reyes», expone Ainhoa.

El establecimiento de San Pedro de Alcántara reparte hasta 40 paquetes diarios. Empezó hace cuatro años. jorge rey

El quiosco Juanpe, situado en la confluencia de las calles Barrio Nuevo, Margallo y Santa Gertrudis, atesora décadas de historia. Aquí los paquetes de Amazon se abren paso entre pipas, gusanitos, periódicos y revistas. «Nos lo ofrecieron y pensamos que era un complemento más. La gente que viene a recoger el paquete compra otras cosas. Es una forma de atraer al público y de reinventarnos», asegura Ester García al otro lado de la ventanilla. Reparte 15 pedido al día. «El dinero que sacamos lo guardamos para las vacaciones», cuenta.

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En la calle San Pedro de Alcántara está uno de los primeros estancos que comenzaron a funcionar como puntos de recogida. Trabaja con Seur desde hace cuatro años. «Aunque nos llevamos un beneficio, lo buenos es que muchos clientes se llevan de paso algo de tabaco o alguna revista. Y eso nos genera una segunda venta», ilustra Alejandro Caballero, empleado del local.

Pero no todas las voces son favorables a este sistema. Entre las propias empresas de reparto hay quienes opinan que, de esta manera, se rompe por completo la relación de estas firmas con los clientes y que supone, además, demasiada carga para las pequeñas tiendas, que se responsabilizan del estado de la mercancía una vez que el repartidor la deja en su establecimiento.

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