Se llevaba años imaginando cómo luciría la gran estatua de Buda en lo alto del cerro Arropez, pero esa imagen parece que nunca se dará allí. La Fundación Lumbini Garden, que promueve el complejo budista en Cáceres y el Ayuntamiento de Cáceres han llegado ... a un acuerdo que desbloquea las negociaciones, estancadas porque la ubicación inicial, la del cerro Arropez, cuenta con protección ambiental por ser zona ZEPA, además de escollos derivados de los derechos mineros de particulares y los suministros básicos de agua y energía eléctrica.
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Esa situación hizo plantear la idea de que se ubicara inicialmente, en una primera fase, la gran estatua de Buda de 47 metros, una propuesta que el nuevo equipo de gobierno municipal rechazó. El alcalde, Rafael Mateos, siempre ha defendido que para que el proyecto fuera viable debería hacerse al completo, tal y como se presentó en un primer momento. La propia presidenta de Extremadura, María Guardiola, también expresó la posibilidad de buscar un lugar alternativo a Arropez. La fundación había dado una especie de ultimátum hasta final de año para desatascar la situación. Alegaba que los inversores asiáticos se estaban cansando de la dilación.
Este viernes la Fundación Lumbini y el Ayuntamiento de Cáceres presentarán en nuevo espacio en el que se ubicará este macrocomplejo espiritual en el que habrá diferentes templos financiados por distintos países asiáticos. Según ha confirmado Ricardo Guerrero, el director de Relaciones Institucionales de de la Fundación Lumbini Garden «Arropez se descarta» y este viernes «se dará la nueva ubicación», que está en el término municipal de Cáceres. «La fundación ha elaborado un documento en el que se explican algunos malos entendidos de estos últimos tiempos y se explica exactamente qué estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo».
Los informes emitidos hasta ahora por el Ayuntamiento de Cáceres cuestionaban la instalación de este centro espiritual y turístico tal y como se proyectó, aunque muestran más facilidades a una primera fase con estatua de 47 metros de un buda sentado y un centro de interpretación.
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El expediente de cesión del terreno necesario para poner en marcha el proyecto emitido el pasado mes de abril indica que «el uso pretendido» (de carácter científico, docente y cultural) es un «uso admitido» por el Plan General Municipal y cuenta también con un informe favorable de afección a la red Natura 2000 (red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad) por lo que las obras solicitadas serían viables para la primera fase que propone la Fundación Lumbini. A pesar de ello, según este documento, en el escrito de solicitud se hace referencia a varias actividades que no forman parte de los expedientes de tramitación, como servicio de restauración y alojamiento para peregrinos, monjes y personal de servicio, tienda de recuerdos para visitantes, actividades de fabricación de productos artesanales y cualquier otro propia de un centro religioso. Se detalla también que «estas actividades no son autorizables con las condiciones urbanísticas vigentes».
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