José Leonardo, María Paula y Yuri Liseth en la puerta de su parroquia, la de San Pedro de Alcántara. ARMANDO

La comunidad latina revitaliza las parroquias de Cáceres

La participación de los extranjeros en eucaristías y actividades religiosas compensa el abandono progresivo por parte de los cacereños

Cristina Núñez

Cáceres

Sábado, 17 de diciembre 2022

Yuri Liseth Bonilla, José Leonardo Tabares y su hija María Paula pisaron por primera vez España en noviembre de 2021. Tras un largo periplo por distintas ciudades esta familia colombiana instaló su hogar en Cáceres. No tardaron en encontrar una parroquia de referencia, el pequeño ... templo de San Pedro de Alcántara, en donde María Paula tomará su primera comunión la próxima primavera y donde acude a catequesis. «Nosotros somos muy creyentes», enfatiza Yuri. «La fe me ha traído cosas muy buenas, en mi casa y en mi vida siempre está muy presente» , señala, dando a entender que es algo consustancial a su persona.

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También, explica, se ha apoyado en su creencia para afrontar las dificultades propias del proceso migratorio. Es consciente de que la población autóctona ha ido abandonando la fe. «He hablado con muchos españoles y muchos de ellos no creen en Dios, algunos dicen que por el papel que tuvo la Iglesia en la Guerra Civil», señala.

Ayer se celebró en Cáceres la marcha por la paz y una buena parte de los participantes de las distintas confesiones eran migrantes de diferentes países. María José Sánchez es la responsable de relaciones interconfesionales de la Diócesis Coria-Cáceres. Indica que las iglesias o los espacios de reunión de distintas confesiones son, además de lugares en donde rezar o manifestar la fe, puntos donde relacionarse con compatriotas, recibir información o ayuda. De eso se encarga precisamente la Delegación diocesana de personas migrantes y refugiadas, que dirige el sacerdote Ángel Martín Chapinal.

Este cura ha tomado las riendas recientemente de la parroquia Virgen de Guadalupe, además de la del Espíritu Santo y el Buen Pastor. Por sus manos pasan todos los servicios que tratan de dar apoyo a los extranjeros que necesitan ayuda de diferente tipo.

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Usuarios y voluntarios de la Delegación diocesana de migrantes.

Él constata la realidad de que una buena parte de los que acuden a las eucaristías son migrantes latinos. «No es algo tan significativo como en otras regiones, porque aquí el porcentaje de migración es del 3%», señala. Pero sí, percibe que esa savia nueva que llena los bancos de las parroquias proceden de personas que han venido a España para buscar un porvenir mejor. El calor que encuentran en su llegada a la ciudad hace que muchos migrantes, que hoy celebran su día internacional, participen también como voluntarios en Cáritas o integren los coros de las distintas parroquias. Martín Chapinal asegura que el objetivo de las acciones de la Diocésis con los migrantes es «acoger, proteger, promover e integrar», cuatro principios establecidos por el Papa Francisco.

Apoyo

En el local parroquial de la calle Cervantes se ofrecen clases de refuerzo escolar para niños, jóvenes y adultos a cargo de profesores voluntarios. Allí está Liliana Rodríguez. Procede de Venezuela, un país del que salió por la situación política y con la idea de que sus hijos «vivan tranquilos». «Yo soy muy creyente, y acercarnos a la iglesia nos ha venido muy bien, hay mucha gente que nos ha brindado ayuda», indica. La iglesia se ha convertido en un lugar donde luchar contra la soledad. Ella va a la parroquia del Buen Pastor. «Les agradezco mucho lo que hacen por mí».

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Pedro, nombre ficticio de un refugiado hondureño que prefirió no revelar su identidad, explica que ha acudido a la iglesia a través de Cáritas. «He recibido sobre todo apoyo moral, y me he sentido bien».

Ana Pacheco y Fernando Alonso son dos de los voluntarios que atienden a estas personas. «La idea es acompañarles, ser los amigos que no tienen». A juicio de Ana aunque hay un acercamiento a la Iglesia «no todos se quedan». Cree que en realidad todos «se comportan igual que comportaban en su lugar de origen». Pacheco indica que a pesar de las dificultades que afrontan todos los migrantes, los latinos tiene a su favor el idioma, que les abre puertas.

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En la ciudad también hay cinco iglesias evangélicas que reciben también un buen número de personas extranjeras, muchas de ellas procedentes también de Latinoamérica.

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