La Sala de lo Social del TSJ de Extremadura ha confirmado que es un grave caso de acoso laboral. HOY

Condenan a dos constructoras extremeñas a pagar a un empleado 94.000 euros por acoso laboral

Le quitaron el ordenador y la llave de la oficina, le pusieron solo haciendo tareas inútiles, y hasta le impidieron usar la nevera del trabajo para tomar agua fría

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 17 de diciembre 2023, 20:56

Dos empresas constructoras de la provincia de Cáceres han sido condenadas por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, a indemnizar a un trabajador víctima de acoso laboral, al que habían despedido, con 94.000 euros; además de reintegrarle en ... su puesto de trabajo con todas las consecuencias legales, incluido el abono de los salarios dejados de percibir.

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La Sala de lo Social, y antes el Juzgado de lo Social número 2 de Cáceres, afirman que las empresas han cometido acoso laboral contra un trabajador que tenía una antigüedad desde abril de 1989, con la categoría profesional de oficial de primera. La víctima tenía un salario de 2.250 euros mensuales, incluida la prorrata de pagas extras.

Los dos tribunales consideran probado que el 3 de noviembre de 202 se cambió la cerradura de la puerta de entrada de la oficina, obligando al trabajador a cogerse la tarde libre y un día y medio de vacaciones, y el representante legal de una de las empresas le pidió las claves de su ordenador.

Sufrió ansiedad

Al día siguiente el trabajador causó baja, con un diagnóstico de «trastorno de ansiedad relacionado con entorno laboral».

El 17 de marzo de 2022 se incorporó a su trabajo, para el que ya habían contratado a otra persona que ocupaba su lugar, y al que le habían instalado su correo personal. Al trabajador que se acababa de incorporar no le proporcionaron las nuevas llaves de entrada en la oficina, y le trasladaron a la primera planta donde no había ningún trabajador. No tenía ordenador y, según indican las sentencias, «se le niega el acceso a la nevera donde cada trabajador tiene su botella de agua». Durante varios días no le dieron ninguna tarea, hasta que el 21 de marzo de 2022 se le asignó pasar más de 700 partidas a mano, una tarea que siempre se había hecho con un programa informático. El trabajador víctima de acoso laboral entregó la tarea encomendada el 5 de abril de 2022, y le dieron para seguir trabajando una hoja de cálculo, que nunca fue utilizada antes, para contabilizar dos facturas. No le volvieron a dar trabajo y el 19 de abril de 2022 se le notificó que estaba despedido.

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Sospechaban del trabajador

La defensa de las empresas indicó que los empleadores denunciaron al trabajador por un posible delito de revelación o descubrimiento de secretos. Lo hicieron en el juzgado, pero la denuncia fue archivada. Las empresas recurrieron y la Audiencia Provincial confirmó el archivo de las actuaciones el 20 de enero de 2023.

El empleado que sufrió acoso era el encargado de la gestión y administración de correos, y, según las empresas, en los meses de septiembre y octubre de 2021 el presidente de una de ellas no pudo acceder a su cuenta de correo, pero sí accedían a su cuenta desde la oficina en la que trabajaba el empleado acosado. También se accedía desde esa oficina a correos de otros jefes. Los dos tribunales señalan que las sospechas, que no fueron demostradas, no justifican el acoso que recibió el trabajador.

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La Sala de lo Social indica que no se puede alegar que el comportamiento empresarial no tuvo la intención de dañar, sino que fue una actuación de cautela de precaución. «Lo cierto –dice el tribunal–, es que esa supuesta finalidad difícilmente justifica que se le asignaran tareas repetitivas e innecesarias, o que se le se aislara en una planta del resto de sus compañeros, o que se le impidiera el acceso a la nevera donde tenía su botella de agua».

«Uno vuelve a casa humillado y hundido»

Al analizar este caso, la Sala de lo Social del TSJ de Extremadura recuerda una sentencia del Juzgado de lo Social número 33 de Madrid, de 2001, que analiza el fenómeno del acoso en el trabajo.

Indica que hace 22 años el tribunal madrileño dijo: «Al principio las personas acosadas no quieren sentirse ofendidas, y no se toman en serio las indirectas y las vejaciones. Luego, los ataques se multiplican. Durante un largo periodo y con regularidad, la víctima es acorralada, se le coloca en una posición de inferioridad y se le somete a maniobras hostiles y degradantes. Uno no se muere directamente de recibir todas estas agresiones, pero sí pierde una parte de sí mismo. Uno vuelve a casa desgastado, humillado y hundido. Resulta difícil recuperarse».

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La Sala de lo Social extremeña afirma que el acoso se manifiesta a través de muy variados mecanismos de hostigamiento, como asignar tareas innecesarias, degradantes o repetitivas, medidas de aislamiento social (con compañeros y clientes), criticas, vejaciones, burlas... Describe un infierno para el acosado.

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