El Consorcio Cáceres Ciudad Histórica cambia de sede por el mal estado de la actual

Este cambio está motivado por el mal estado en el que se encuentra la Casa Torremochada –denominación oficial del inmueble–, según ha explicado a este diario la concejala de Turismo y Patrimonio Histórico, Raquel Preciados, de cuya área depende también el Consorcio.

«Con el paso del tiempo han ido surgiendo muchos problemas de mantenimiento: goteras, suelo levantado... Y no se han ido subsanando», ilustra la edil.

El edificio de Santa Clara es propiedad de la Junta de Extremadura, una de las tres instituciones que integran el Consorcio, junto con el Ayuntamiento y la Diputación Provincial.

Consciente del estado en el que se encontraba la casa, Preciados tenía muy claro que había que tomar una decisión. Al no resolverse los desperfectos, agravados por las últimas lluvias, ha optado por trasladar a los tres trabajadores que actualmente integran la plantilla del Consorcio (el director, una restauradora y una arqueóloga) al edificio de Tiendas. Se trata, especifica, de un movimiento definitivo.

El Consorcio está, en concreto, en la planta intermedia del inmueble, que tiene tres alturas. En la planta baja están los servicios municipales de Turismo. Y la planta superior está cedida a Acocyrex, la Asociación de cocineros y reposteros de Extremadura, para instalar en este espacio la biblioteca gastronómica. Este proyecto lleva tiempo paralizado por falta de financiación.

El Consorcio Cáceres Ciudad Histórica echó a andar en la Casa Torremochada en 2014 con un equipo de cinco personas. Su primer director fue César García. El edificio era la antigua casa parroquial de San Mateo. La Junta de Extremadura la compró y la reformó entre 2009 y 2010. Realizó una inversión de 680.000 euros. Y al principio el edificio no tuvo un uso muy definido.

Su inauguración en mayo de 2011 coincidió con el arranque del Womad. Entonces acogió una exposición fotográfica que rememoraba precisamente los veinte años desde el inicio de este festival de músicas. Después, el edificio permaneció cerrado hasta que se destinó al Consorcio. Durante algún tiempo, la planta baja funcionó como oficina de información turística. Ahora, tras el reciente traslado, el inmueble vuelve a estar vacío.